miércoles, 23 de septiembre de 2009

Meet the Habsburg : "Poisoned Heart"

Tuvieron que llevarlo a rastras y llamar a la servidumbre para sacarle a su hermano de encima. Franz Joseph llevaba cargando a su inconsolable sobrino hacia un cuarto contiguo para que pudiese calmarse. Lo encerro y vio con pena como el pobre Ferdinand se tiraba a la cama angustiado , apretando las sabanas con rabia y pena.

-Dios santo...que te ha hecho Sophie..?

No le contesto, solo lloraba desconsoladamente. Al rato llego una asustada sirvienta con un vaso de agua con azucar para el pobre muchacho. El emperador se lo alargo y tomo un sorbo.

-Quiero estar solo.

-Seguro que no quieres hablar de lo que paso?.- pregunto pacientemente su tio

-No, no es asunto suyo ni de nadie mas. Es entre Marie Sophie y yo. Por favor, puede salir del cuarto?. Quiero dormir.

Se puso de pie y camino silente hacia la puerta. Luego, preocupado dio la media vuelta y pregunto.

-No haras ninguna locura, no?.

-Soy lo suficientemente insensato para seguir amando a esa mujer a pesar de todo, pero no para atentar contra mi vida. Antes que todo, esta mi hija.

-Me alegro escuchar eso...

Y salio.

A continuacion, se dirigio al cuarto de Mimi la cual era fuertemente encarada por su madre. Junto a ella, estaba Otto el cual la abrazaba y acariciaba el cabello.

-No entiendo aquel afan tuyo por ir contra la corriente. Y el tuyo, Otto!, deberias estar con tu mujer e hijo.- dijo desesperada su tia

-Y seguir la farsa?. Ellos estan mejor sin mi.

-Carolath tiene razon. Tu ahora te vas con Josepha y Karl.

-Vaya, tio. Se habia mantenido bastante mudo, eh?.

-Has escuchado lo que dije?. Te vas inmediatamente a cumplir tu rol de padre de familia o..

-...O que?. Me mandara al exilio?, Me quitara el titulo de archiduque?. Usted sabe lo que aquello desencadenaria, no?. Se sabria todo, incluso la sucia jugarreta que mi"intachable" hermano hizo para CAZAR a Mimi.Tambien se enteraran de todas sus aventurillas en el pasado y el presente...- menciono con una leve sonrisa en el rostro

La joven observaba todo complacida, aferrada a su primo. Sabia que Franz Joseph no haria nada pues creia muy capaz a su sobrino de soltar la lengua y hablar cosas de la familia que afectarian su reputacion y de paso la de todos los Habsburgo. Otto reia llevando la sarten por el mango ...

-No se olvide de que se todo. Usted muy Kaiser puede ser pero una sola palabra mia lo puede hundir en el fango de la humillacion...

-Pero a ti te importa un carajo tu familia!.- grito impotente.

-Solo me importa Mimi...no me interesan los titulos ni lo que se me haya impuesto, porque si, usted sabe que aquella mujer se me fue impuesta.

Carolath y Franz estaban de piedra, no sabiando como actuar. El rigido y correcto emperador se veia totalmente indefenso ante el amor que Otto Franz le profesaba a su hija y el cual defenderia con uñas y dientes, no importando pasar por encima de la familia.

La verdad es que estaba desesperado, sin miedo pero el ver a su amada maltratada y vapuleada le sacaba de quicio, y lo enervaba aun mas en la situacion que se encontraban. Pero no siempre fue asi, hubo un tiempo que, aunque en silencio y a escondidas, se amaron libremente.

Despues del nacimiento de Annunziata, el distanciamiento entre Sophie y Franz se hizo aun mas notorio. Este , poniendo todas las cartas sobre la mesa, trato de reconquistarla pero todo en vano, su mujer se desaparecia y habia veces que no llegaba en dias. El, por supuesto, por amor y evitarle los retos de su madre, ocultaba todo y se sumergia en el trabajo y en la pequeña, que se convirtio en el centro de su universo. Por su parte, la discola Mimi pasaba sus dias y noches junto a Otto en distintos locales de mala muerte y en el elegante burdel de Frau Von Traut, la cual recibia con entusiasmo a la niña que consideraba "fruto de sus enseñanzas".

La malcriaba con exquisitos manjares, las mejores bebidas y la mejor habitacion para la pareja. Se encerraban abarrotados de toda clase de licores y comidas y pasaban horas emborrachandose y haciendo el amor. Se amaban con locura y pasion animal, la cual derrochaban en horas de erotismo y carnalidad extrema, de la cual eran testigos las "niñas" de Von Traut, las que se turnaban para escucharlos fuera de la puerta o vigilarlos desde un cuarto contiguo a travez de un agujero estrategicamente ubicado para no perder detalle de aquellas soberbias copulas.

Estaban ambos extasiados y sumergidos en un mundo banal y sibarita, todo era valido con tal de alcanzar el placer maximo, no importanto si aquello conllevaba experimentar con drogas o incluir terceros, las cuales eran de sexo femenino y elegidas por Mimi. La unica regla era...

-No te enamores ni involucres mas alla de lo necesario. Me romperias el corazon si lo hicieses...

-No te preocupes, preciosa. Jamas hare eso.- respondia rozandole los labios

Pero lo haria. Despues de esquivar por años el compromiso, su padre le puso ante la espada y la pared imponiendole una bella y candida muchacha, Maria Josepha de Sajonia a finales de 1885. Sophie estaba confundida e irritada con la noticia, cosa que no se molesto en disimular, causando la indignacion en su madre.

-Pero muchacha!. Con que cara vienes hacer berrinches por la noticia!.

-Tu lo sabes bien, no se para que preguntas!

-Tu no tienes derecho!

-Si lo tengo, porque soy su mujer!

Carolath quedaba en silencio y tartamudeando. Aunque ya sabia la relacion que habia entre su sobrino y su hija, que esta se lo tirara asi como asi en la cara le dolia, y no tanto por ella, sino por el pobre Franz Ferdinand, el cual a esas alturas, despues de cuatro año de matrimonio, tenia dos cuernos del tamaño del Everest. Pero a pesar de los desplantes de su mujer y sus rabietas por el compromiso de Otto, el no se daba por enterado. Desde hace algun tiempo habia optado por hacerse el tonto y dedicarse a su hija , tambien a ser sombra de Mimi la que disfrutaba casi maquiavelicamente el sentir cerca a su desesperado marido ansioso por tocarla y hacerla suya. A veces se daba baños con la puerta abierta y rompia en risa estridente al ver al pobre joven observandola con cara de becerro desde una esquina.

En visperas de la boda, reventando de celos y ganas de ver a su rival, la joven conocio a la candida Josepha. Batallo duro por no reirse en su cara cuando la vio. La encontro sonsa, fea, poca cosa e idiota a morir, exactamente la misma observacion que Otto hizo al conocer a su futura mujer. Fue entonces que pudo respirar tranquila y dar su venia definitiva a esa union que le resultaba un chiste.

La boda se llevo a cabo en octubre de 1886 y Mimi, junto a su resignado marido, fueron testigos en primera fila de aquella farsa. Reia complacida observando a la candida novia sonreirle con la cara llena de rubor a su novio que le mentia descaradamente mientras le recitaba sus previamente aprendidos votos matrimoniales. Le resultaba todo tan penoso, tan patetico, pero se aguanto porque, celebraria mas tarde con su amado que aquel circo habia salido a la perfeccion.

Y asi fue. Despues de la recepcion y de la noche de bodas que fue fugaz y traumatica para Josepha por lo rudo y poco delicado que fue su marido, Otto corrio hacia lo de Frau Von Traut para encontrarse su Sophie. La gente ahi presente que sabian de la boda, se sorprendio al ver la pareja de lo mas acarameladita cuando , en teoria, se suponia que el joven deberia estar con su flamante esposa. Pero despues sacudieron cabeza y , como les conocian, aquello se veia venir.

Esa noche fue especial, no solo por el nuevos status que llevaba Otto, sino porque, en plan de innovar en la tacticas amatorias, incluyeron al mas improbable compañero de orgias a sus jueguitos. Eran las 2 de la mañana y en el bar bebia Rudolph, el primo de ambos. Sophie sonrio coquetamente y ronroneo como gata en celo. Otto le observo y acariciandole la espalda, susurro:

-Y? que esperas?

-Le busco?

-Anda, ve...los espero

Se acerco caminando cual gacela hacia su presa y suavemente le susurro al oido:

-No tienes ganas de jugar, primito?

Rudolph se dio vuelta sorprendido y le respondio elevando su vaso de cognac.

-Por que no?.

Se sonrieron y luego ambos caminaron hacia el recien casado para despues encaminarse escaleras arriba hacia el cuarto que les esperaba. Frau Von Traut miraba esto desde lejos acompañada de una de sus favoritas. Tragaba lento y temblaba.

-Que le ocurre?. Por que esta asi?. Pareciese que vio un fantasma.

-Peor que eso. Acabo de ver una aberracion.

-De que habla?.- pregunto la chica preocupada.

Le encargo el negocio y subio rapidamente hasta llegar al cuarto continuo el cual estaba ocupado. No importandole interrumpir lo que ahi ocurria, entro violentamente , movio el cuadro y ahi, con sus propios ojos vio como Sophie se entregaba a Rudolph mientras Otto satisfacia su lujuria observandolos. Dio un chillido y se llevo la mano a la garganta. La chica que se encontraba en aquel cuarto, se dirigio preocupada hacia su madama y le ofrecio un vaso de agua.

-Pero que le pasa? que vio?!. Dios santo , responda!

Fue incapaz de interrumpir a aquellas bestias hambrientas, por mas que lo que estuviesen haciendo fuese una aberracion y un pecado. Se persigno, respiro hondo y se le condujo hacia su habitacion de donde no salio hasta el dia siguiente. Se arrepintio de haberlo hecho cuando en el desayuno, escucho a algunas de las muchachas comentar de la orgia que se habian mandado los Archiduques con el Crownprince .

-No era normal!. Chillaba de una manera!. Ni yo, que soy actriz puedo finger aquel tono de pasion!

-Y los vieron? era toda una escena. Aquella mujer sabe como montarselos...imaginense! y con dos al mismo tiempo!- risas

-Callen!! callen!!!. Quiero que aquel incidente se olvide para siempre!. No quiero escuchar palabra de aquello. Me entendieron?!.- bramo furiosa y por primera vez en su vida, escandalizada

Las chicas titubeaban asustadas y respondieron "si" al unisono.

-Muchas gracias. Ahora coman y despues ponganse decentes que vendra el doctor a verlas.

A continuacion se retiro a su cuarto y despues de años de no hacerlo, se puso a rezar miles de padres nuestros y a pedirle fuerza a dios para no soltar la lengua ante su amiga Carolath, porque una noticia como aquella , la destrozaria. Eso si, habilmente evito que el trio hiciese de las suyas bajo su techo, evitando malentendidos y peleas. A pesar de todo, queria mucho a Sophie e ignorando que esta sabia la verdad, prefirio llevar el asunto con tacto para evitar cualquier drama.

Para el alivio de Frau Von Traut, las relaciones con Rudolph duraron poco y nada, pero ambos entablaron una solida relacion de amistad que encontraba punto en comun en el gusto de ambos por las bacanales y el libertinaje. Otto con el tiempo se habia vuelto mas posesivo con Mimi y la queria para solo para el, a pesar de que este al llegar a casa , cumplia sus obligaciones como marido a la perfeccion. Estas dieron fruto en Agosto de 1887 cuando el primogenito de los recien casados vino al mundo, un hermoso varoncito llamado Karl.

A Otto le daba gracia su nuevo titulo de flamante padre, pero no le quitaba el sueño. Le gustaba jugar con el pequeñito, cargarlo y hacerle arrumacos, pero se aburria luego y se lo entregaba a la madre o a la enfermera. Josepha veia con desazon el fracaso de su union y se propuso dedicarse devotamente en criar a su pequeño y hacer de el un hombre de bien, tratando de mantenerlo lo mas lejos posible de la mala influencia de su padre.

El joven vio esto como un alivio y prosiguio su banal vida junto a su prima. Una tarde, ya algo embebidos de alcohol, decidieron hacer de las suyas en la residencia de Marie Sophie, recordando aquella maravillosa primera vez en que hicieron el amor. A tropezones y muertos de la risa subieron las escaleras y luego se desgarraron la ropa para caer rebotando sobre la cama, acariciandose y besandose fundidos en un abrazo. Aquella tarde Franz habia sacado a Annunziata de paseo al campo. Al encontrarse la niña cansada, se devolvieron a casa y la llevo hacia su dormitorio para que durmiese tranquilamente la siesta. Luego, tomo un ramo de flores que habia cogido en el paseo y se dirigio hacia el dormitorio para ponerla en la mesita de noche de su mujer. Aquel dia se cumplian siete años desde su proposicion de matrimonio, y pensaba agasajar a Mimi con flores, una cena y cariños varios, los cuales ultimamente habian sido aceptados por ella de forma excepcional.

Se sentia confiado y feliz, quizas esa noche la volveria a hacer suya con la pasion de los primeros dias de matrimonio y asi, ampliar la familia, pues ansiaba tener un varoncito. Subio lentamente , sonriendo y observando las coloridas flores, camino hacia el cuarto y al dar la vuelta el pomo, la escena que vio termino por romperle el corazon : Su hermano y su mujer unidos en cuerpo y alma, ambos en extasis mientras se apretaban el uno al otro. Las flores cayeron al piso y rapidamente salio de ahi para quedar con la espalda pegada a la pared, frio y con el llanto atravesado en la garganta. Fueron minutos que estuvo en shock escuchando los gemidos de ambos, hasta que no dio mas y, tomando su chaqueta, salio a perderse por lo alrededores de su residencia para gritar y llorar de impotencia. Le desgarraba el alma que la persona que amaba tan devotamente y su hermano, su propio hermano! le traicionaran de esa forma, ahi, en sus narices, en el lecho que compartia noche tras noche con ella!

Igual de impotente que ese dia, meses atras se encontro nuevamente, pero ahora el dolor era mas profundo, porque, a pesar de todo, seguia amando a aquella despiadada mujer.

Se puso de pie y camino hacia la ventana para observar la lluvia caer. Recordo el dia siguiente a aquel horrible episodio. Era primavera y Mimi se habia despertado de particular buen humor, tanto que vistio a Annunziata y la acompaño hasta la puerta donde la esperaba su madre para llevarla a su casa. Vestia una vaporosa bata de gasa purpura y caminaba tarareando una alegre cancion.

Franz la observaba fijamente desde donde se encontraba y esta le sonreia y guiñaba el ojo. Se sento al frente de el y pidio bollos rellenos.

-Y a ti que te pasa que me miras asi?. Nuevamente has tenido un "sueño humedo" conmigo?.- pregunto sonriendole

No le respondio. Sorbia su te sin sacarle la mirada de encima. A ella no le importaba y comia feliz. Fue tanta la impotencia que causo en el la despreocupacion de su mujer y las imagenes que desde ayer le atormentaban que no aguanto mas y, con el paso firme se acerco a ella. Esta le miro desafiante y el la agarro firme del brazo para luego besarla con furia. Ella trato de alejarse de el, pero la tenia fuertemente apretada contra si. Luego de romperse los labios besandola, de un manotazo tiro todo lo de la mesa hacia el suelo y la subio a la fuerza sobre esta, mientras Mimi pataleaba desesperada batallando contra el. Toda intebto de escapar fue inutil al sentirse de un golpe poseida por el. Echo el cuerpo para atras y luego se dejo amar mientras gemia con fuerza de la agitacion y Franz, como nunca, le hacia el amor de forma casi animal, como tratando de destrozarla por dentro.

Mientras veia el cuerpo de su mujer sacudirse violentamente con cada embestida, el joven se sentia triunfador, por fin sabia que le volvia tan loca de Otto y por fin volveria a sus brazos. Ella se retorcia y gritaba, no importando que los sirvientes estuviesen rondando, y al rato, se corrio entre temblores y luces brillantes que le nublaban la vista. Franz hizo lo propio segundos despues que su mujer y suavemente la levanto de la mesa para estrecharla contra suyo. Mimi poso su cabeza sobre el agitado pecho y luego el murmuro:

-Ahora si me amaras?. Ahora si seras mia para siempre?. Puedo ser este fiero amante siempre...siempre...

La muchacha levanto lentamente la cabeza y le observo fijamente. Sin mediar este palabra, comprendio que el lo sabia todo. El habia sido el que habia dejado las flores tiradas en el suelo.
Suspiro, cerro los ojos y luego dijo:

-No te dejes engañar por lo que has visto. No le llegas ni a los talones a tu hermano.

Con fuerza le empujo y este cayo pesado y boquiabierto sobre una silla. Sophie se paro, arreglo la bata y con una servilleta limpio sus muslos, luego le tiro la servilleta encima a su marido y camino hacia el dormitorio, no sin antes decirle con tonito ironico.

-Levantate los pantalones que te ves ridiculo. Y ah...que la servidumbre limpie el desastre que has dejado.

Esa fue la ultima vez que vio a Mimi en meses. Luego de aquello, la joven abandono el hogar para quedarse unos dias en un hotel y luego partir junto a Otto hacia Biarritz.

Fue aquel dia que engendro aquella criaturita que meses despues ella se arranco del cuerpo. Maldita...mil veces maldita!. Maldita asesina, maldita hechicera que le tenia sorbido el seso y el corazon envenenado per secula!. Apreto el visillo y cerro los ojos tratando de desenmarañar el nudo que le apretaba la garganta. Respiro profundo y se dirigio al cuarto de su hija para sentirla cerca y consolarse.

Por mientras, al lado, El kaiser por fin , despues del shock de las amenazas de su sobrino, decidio abrir la boca.

-Pues bien, si quieren que las cosas sean asi, salgan de aqui, de inmediato. Desaparezcan y dejen de hacer daño!

-Franz!.- chillo impresionada Carol.

-Tiene razon. Sera mejor que no larguemos aqui. Yo ya no doy mas del tedio de soportar todo este ambiente.- replico Mimi.

-Tu no puedes partir en este estado...

-Madre....tu crees que es primera vez que esto me ocurre? Por dios! que inocente eres!.- contesto riendo

Sus padres no daban mas de la impresion. Como si fuese poco ella le enrostraba que no era primera vez que abortaba!.

-Pero que cosas dices!. No puede ser verdad! estas loca!. Descriteriada!.- dijo enrabiada su madre

Pero ella solo reia. Escuchaba los retos de Franz Joseph y su madre, pero eran sonidos distorsionados al mirar a su primo a los ojos. Se sonreian y sin mediar palabra, ambos salieron del cuarto para dirigirse hacia la salida. Ambos le seguian el paso reprochandolos y diciendole mil y una cosas, pero ambos no escuchaban. Sophie le pidio entre susurros a una de las sirvientas que le llevase sus pertenencias donde "ella ya sabia" y llamaron a uno de los cocheros de la residencia para que los llevasen lejos de ahi.

Carolath lloraba impotente, Franz le trataba de consolar mientras fijaba sus claros ojos en aquel coche que se alejaba entre la lluvia y desde el tercer piso, la pequeña Annunziata, con lagrimas en los ojos y abrazada de su padre, veia como su madre volvia a desaparecer de su vida...

-Mama!!! mamita!!! vuelve!! no te vayas por favor no dejes solita!!.- gritaba llorando desconsoladamente


(continuara..)

lunes, 7 de septiembre de 2009

Meet the Habsburgs : "And now...do you still love me?"


Franz acariciaba suavemente la palida mano de su mujer y le sonreia conciliadoramente. Sophie no atinaba a decir nada y le miraba seriamente.

-Empezamos tan bien. Por que las cosas tuvieron que tomar este camino.

-No te engañes que la cosa nunca empezo bien. Fue solo una ilusion de tu parte.

-Mimi...

-Por que no te vas y me dejas tranquila?

-No, no lo hare. Tu eres mi mujer, te adoro y no te dejare ir.

-Franz...estoy tan cansada de todo esto. No comprendes que esto no da para mas?. Por favor...dame el divorcio.

-Estas loca?. Eso nunca!,Sophie..te amo y quiero que volvamos a ser lo que fuimos

-Nunca fuimos algo. Por dios Franz Ferdinand!. Dejalo ya!.-chillo.

Se puso de pie violentamentamente y sintio una fuerte punzada en el vientre, recordatorio de su delicado estado. Se llevo la mano hacia el y le miro con rabia...la misma rabia que cargo en si al enterarse que estaba encinta.

Solo tenia dieciseis años, habian pasado tres meses de la boda y se veia sumergida en aquel problema que solo ella encontraba terrible. La familia estaba toda feliz y emocionada con la noticia, respirando tranquilos de haberlos casado antes de que el asunto fuese notorio.

-Te imaginas haber andado inventando historias de "sietemesinos". Por dios! ya nadie las cree!.- reia Ludwig Viktor


Carolath le miraba seria sintiendose identificada con aquello, porque le habia ocurrido al quedar encinta de Ludwig Franz. Por su parte Sophie estaba como en una burbuja, sobreprotegida y mimada por todos, en especial por Franz Ferdinad el cual estaba en las nubes por la pronta llegada de su primer hijo. Era todo lo que el deseaba, por fin tendria su familia completa y un lazo indestructible con Mimi.

La joven estaba aburrida, acostada haciendo reposo por peticion del medico y negandose a tejer o bordarle el ajuar a la criaturita. Estaba asqueada de todo, en especial de ver su esbelto cuerpo cambiar de forma tan dramatica y mas aun, de tener a su marido cerca en todo momento, hotigandole y calmandole antojos imaginarios. Franz, al ver la batalla mas que ganada, dejo que Otto la visitase, pues, que haria el con una mujer encinta?. Ya no le pertenecia, ella era sagrada, llevaba vida dentro suyo, no se atreveria a tocarla o llenarle la cabeza de promesas de amor que jamas cumpliria.

Pero se equivocaba. Al no serle reciproco en las atenciones que ella le daba para que la hiciese suya, Otto tomo su lugar satisfaciendola y haciendo caso omiso del doctor que le habia prohibido tener intimidad al menos hasta despues del nacimiento. Sophie , con seis meses y la salud ya estable no aguanto y recibio feliz y melosa las caricias y besos que su primo le daba. Se juntaban en el departamento de Johann Jensen , amigo de Otto y doctor, el cual "atendia" el embarazo de Mimi en su consulta privada y se dedicaban a explorar us cuerpos y a poner a prueba los limites del placer. A el no le importaba el estado de su amada ni en las condiciones en las cuales debian verse, la tenia consigo, dispuesta y mimosa solo para el, disfrutando la derrota de su hermano que se creia ya ganador por haberle hecho un hijo.

-Ganador de que?. Se las da de campeon por haberte desgraciado la vida?.- comentaba descansando y recuperando el aliento.

-Es su hijo. El se hara cargo. Yo no quiero saber nada de el.- respondia seria Mimi con la cabeza apoyada en el sudado pecho de su amante.

-Largemonos de aqui a lo que nazca?

-Si?

-Claro!. Yo estare un par de meses el Salzburgo terminando mi intruccion y al estar libre de aquello, no vamos por ahi. Te parece?

-Si, si!!. Vamonos a Praga. Yo quiero vivir en Praga!

-Pues Praga sera.

Feliz se aferro a el besandole ansiosamente la boca. Paro en seco , abriendo lo ojos de par en par cuando sintio el fuerte pataleo del ser que cargaba en ella.

-Te siente mal?

-Yo...

Se sentia confundida. Estaba segura de que no queria hacerse responsable de aquel bebè. Habia sido obligada a cargarlo dentro, pero no la obligarian a criarlo y amarlo . Ella se habia criado con "british nurses" y no veia por que aquel niño no habria de hacerlo tambien, pero, al sentirlo moverse, sentir que estaba ahi, la sobrecogia. Jamas se hubiese pensado en esa situacion y recordaba el incidente de su madre cuando Phillipe de Saxe Coburg la hizo abortar a golpes.

-Llevame a casa. Franz llegara y no quiero que comienze con sermones.

-Y te importan sus sermones?.- pregunto burlesco

-No estoy para drama.- contesto friamente, vistiendose.

Con aquella mezcla de sentimientos, entre comidas familiares y apasionadas tardes con su primo paso los nueve meses, hasta que llego el dia del parto. Empezo al atardecer con fuertes dolores de espalda y muerta de miedo se refugio en su madre y suegra las cuales le sirvieron de compañia y alivio.

-Calma, calma que es completamente normal.- le susurraba su madre.

-Desde ahora todo sera rapido. Solo tienes que respirar hondo y rezar.- aconsejaba Maria Theresa

Rezar...Rezar! . Jamas habia estado tan peleada con dios como lo estaba entonces. Le odiaba por los dolores que sentia y por haber marcado su destino de esa forma, uniendola al "idiota" de Ferdinand. Luego, para hacer su tortura aun peor, llego su marido para acompañarla, dispuesto a estar presente en el parto.

-No te quiero aqui!.- chillaba entre dientes

-Tengo que estar aqui. Es mi derecho.

-Tu derecho!. Tu no tienes derecho a nada. No tenias derecho a hacerme esto, mas cuando te deje la reglas del juego claras desde un principio!.

Carolath y Marie Therese observaban impavidas la escena. El pobre Franz callado mirando al suelo, mientras su joven mujer se retorcia reprochandole el sufrimiento que sentia en aquel momento. No sabian si quedarse siendo expectadora de tan patetico show o salir para acompañar a los "abuelos" que se encontraban expectantes afuera.

A eso de la media noche , despues de horas de recriminaciones, llantos, maldiciones y angustias, comenzo el trabajo de parto. Para aquel entonces, Mimi no podia mas.

-Venga, puje!

-No puedo, no puedo. Saquenlo ya!, no doy mas!

-No puede salir si no puja. Por favor, esto hara mas rapido todo.

-Anda, Sophie...puja.-pedia su marido

-Vete...vete..no quiero ver tu cara.- le respondia con la mirada fiera

-Puje, por favor!

Con un gran grito dio el primer pujo, con el salio la cabecita. El joven miraba atonito el nacimiento , sin atinar a decir ni hacer nada, solo no sacarle la vista de encima a su retoño.

-Uno mas! uno mas y sale.

Respiro hondo, dio un sollozo y pujò. De inmediato se sintio aliviada de cualquier molestia y escucho el llanto de su hijo...

-Es una nenita. Felicitaciones a ambos!.

Franz se acerco a la enfermera que limpiaba a la pequeñita y la enrrollaba en una frazada. Nacio completamente sana y hacia desplante de sus buenos pulmones. Las abuelas felices miraban la escena del emocionado padre y confortaban a la parturienta que miraba seria el techo.

-Vamos, Mimi!!. Ha nacido tu hija

-Hija, es preciosa. Ven Franz, muestrasela.- pidio Carolath

-No...

Silencio. Johann dio vuelta lentamente mientras se lavaba la manos, Franz le miraba desencajado y Carolath junto a Maria le observaban horrorizadas.

-Pero Sophie..

-Llevensela...llevense a ese bulto berreante. No le quiero ver.

-Marie Sophie..no sabes lo que dices.- replico molesta y sentida su suegra

-Maldito seas tu y aquella cosa. Vete de aqui que no quiero verte mas. Me has desgraciado de por vida!.

-Dio santo, niña!. Entra en razon!.- chillo horrorizada su madre

La nena lloraba cada vez mas fuerte y su marido, con lagrimas en los ojos le miraba petrificado y herido por el desprecio que Mimi les hacia a el y a la inocente criaturita.

-No tengo que entrar en razon en nada. Estoy completamente sana y en mis cabales. Se acabo. Esto no es asunto mio. Tu no querias hijos?. Pues ahi la tienes. Criala, amala y amoldala a tu manera. Yo no quiero saber nada con ella, ni contigo.

-Mimi...no nos hagas esto.-contesto con un hilo de voz.

Maria Theresa, ahorrandole mas humillacion a su hijastro lo saco del cuarto a rastras con la nena en brazos hacia una pieza continua. Carolath estaba totalmente shockeada y sintio el peso de la culpa sobre ella. Solo atino a decir, antes de salir del cuarto...

-Te arrepentiras de esto, Marie Sophie. Cada palabra que has dicho aqui hoy te pesara tarde o temprano.

-Dejame. Quiero estar sola.- respondio secamente.

Salio del cuarto y quedo con Johann a solas.

-Dile a Otto que quiero verle. Le escribiria una nota pero estoy muy debil.

-Si , si. Claro, yo le dire.- respondio aun impresionado por la cruel escena que tuvo que presenciar.

Sophie al estar sola y ya acomodada en su cama, se vio aliviada, libre, aunque adolorida. Ahora era solo cosa de tiempo para largarse de ahi y hacer su vida en Praga junto a Otto. Este llego horas depues a visitar a su prima. Llego con un gran ramo de flores para la "flamante" nueva madre.

-Es una broma, no?

-No, no lo es. Es un detalle para la mamacita.

-Callate...-- respondio molesta.

-Ya, disculpame.

Se sento a su lado y aprovechando la soledad le beso los labios y acaricio el cabello.

-Te ves bellisima

-Ya lo creo. Estoy sana, recuperandome pero sana. Me he sacado el parasito de adentro.

-Sophie...no hables asi.

-Ya comenzaras tu?

-No, pero..

-Ya, olvidalo. Mira, de aqui a dos semanas estare lista para partir, asi que ve comprando los tickets para tener todo listo.

-Perfecto , pero...la nena?

-Ya tiene su enfermera.

-Pero le encontraron ama de leche?

-No se ni me interesa. Ese es asunto de Franz.

-Si...el esta con ella, por eso no la pude ver.

-Yo tampoco la he visto.- menciono apretando la almohada.

Otto por primera vez en su vida reprocho internamente el comportamiento de su prima. No entendia cuanta frialdad, mas con un ser tan inocente como la pequeña. Al menos que partiese preocupandose que todo estaba bien y que tenia una buena ama de leche. Pero no...a ella solo le importaba salir de ahi lo mas pronto posible.

Para la mala suerte de la joven, la beba no acepto a ninguna de las amas de leche que su padre y abuelas le eligieron, aparte, la leche comenzo a bajarle a raudales endureciendole los pechos y enfermandola al negarse a amamantarla.

-No seas tozuda, hija. Amamanta a la pequeña

-No...no...- repetia febrilmente.

Se nego tajantemente hasta que Jensen le llevo a la bebe para que mamase, quisiese ella o no. Con eso se mataban dos pajaros de un tiro : la niña, que se habia alimentado mal por dias tendria buen alimento a su disposicion y Sophie saldria de la creciente mastitis que la afectaba.

Delirando, recibio y miro a su hja por primera vez. Tenia una suave peluita oscura de cabello, piel rosadita, un botoncito de nariz y las orejas del padre. Este observaba la escena prudentemente de lejos, emocionado de por fin ver a su mujer teniendo gestos cariñosos con la niña.

Al recuperarse, Marie Sophie tomando algo de consciencia, postergo los planes de huida, cosa que tranquilizo a Otto, el cual se sentiria culpable de dejar a la pequeña sin alimento . Se dedico a vegetar por la casa, a seguir encontrandose en lo de Jensen con su primo y a darle de mamar a la bebe, la cual fue bautizada como Maria Annunziata. Aun asi pasase tiempo considerable con su hija, esta tenia un trato distante con ella y se dedicaba a reprocharle a su marido los defectos de la pequeña.

-Saco tus orejotas y tu mirada saltona.

-No digas esas cosas.

-No salio en nada a mi. Vino a este mundo a ser recordatorio de el error que cometi al dejarte hacerme tuya.

Luego salia del cuarto dejando a la niña en los brazos de su apesumbrado padre el que la miraba con ternura y pena.

-Miana, mi pequeñita bella. Tu madre no sabe de lo que habla...

La acercaba a si y la besaba amorosamente en la frente, para luego arrularla hasta que caia dormida..

Pronto, a los cuatro meses de nacida Annunziata, Sophie comenzo a desaparecer de casa, a llegar a altas horas de la madrugada y a actuar erraticamente. Franz suponia que andaba en malos pasos, pero no imaginaba que su hermano estaba detras de esto. Le creia aun en Salzburgo dandole instruccion a los cadetes, pero nuevamente estaba equivocado.

Se juntaban ahora en el burdel de Frau Von Traut a beber, bailar y a dejarse llevar por la pasion en forma descarriada y decadente. Fue entonces que Sophie, por diferentes razones, cayo en el mismo torbellino que, casi diez años atras, habia caido su madre....



-Yo no te dejare ir. Me niego a perderte.

-Perderme?. Pues nunca me tuviste!. Tu sabias que amaba a Otto desde un comienzo.

-Si, pero...pero yo aun puedo hacerte amarme.

-Deja de hablar estupideces.

Camino unos pasos y un fuerte dolor en el vientre la hizo caer sentada sobre el sillon.

-Sophie..- dijo diligente mientras se acercaba a ella

-Alejate.

-Dejame cuidarte, dejame amarte. No sabes cuanto te extraño. Estoy dispuesto a perdonarte todo. A ti y a Otto.

-Que tonto eres.

-No soy tonto. Solo te adoro y no concibo mi vida sin ti. Ha sido un verdadero via crucis todos estos meses....Vamos, vuelve a mi.

-Odiame.

-No puedo. Te amo demasiado para albergar cualquier sentimiento hostil hacia ti.

-Ah si?

-Si.- contesto con una candida y esperanzada sonrisa al ver la centellante mirada azul de su mujer.

-No debieses...

-Y por que?. Ya te dije que no me importa y que estoy mas que dispueto a hacer borron y cuenta nueva junto a ti .


Guardo silencio y luego respondio:

-Quieres saber por que estoy asi?

-Como?

-Por que estoy postrada en una cama en vez de estar pasandola divino en Biarritz.

-Pero ya se. Tuviste un grave accidente mientras galopabas. Yo siempre te dije que no debias de andar tan rapido.- contesto sonriendo

-Pero eres mas bruto de lo que pensaba!

-Por que lo dices?

La joven puso ambas manos en los hombros de Franz y luejo, entre risitas y con una malevola mirada, le contesto.

-Estoy asi porque me arranque de adentro el bastardo que me engendraste de regalo de despedida.

Estaba confundido y tieso. No esperaba aquella respuesta. Se puso mecanicamente de pie y tambaleo. Sophie reia al verlo shockeado, pero aquello le duro solo hasta que este volvio en si y le dio una dura cachetada que retumbo en el dormitorio. La cara le ardia y de su nariz corria un hilo de tibia sangre.

-Maldita..Maldita!

-Ahora me amas?. Continuas amandome devotamente?.- pregunto

-Eres una perra maldita, sin corazon!!.

-Sabes?. Esto se complico porque ya estaba avanzado. El muy ladino crecio sin provocarme sintomas. Era un niñito. Estaba completamente formadito por lo que dijo la comadrona.- comento burlonamente.

-Eres una desgraciada, maldita, Perra!.- gritaba entre lagrima mientra la zamarreaba agarrandola fuertemente de lo bucles.


El escandalo era tal que al unisono entraron al cuarto Otto , Carolath y Franz Joseph a separarlos. Ferdinand estaba fuera de si, maldiciendo a viva voz a su mujer y no queriendo soltarla, mientras Franz trataba de apaciguarlo y Otto trataba de golpearle. Por su parte, Carolath abrazaba a su hija la que reia con la boca y menton embadurnados de carmesi.

-Pero que ocurre aqui?!.- preguntaba escandalizado y asustado el emperador.

-Maldita, maldita!.- lloraba desesperado el joven.

-Animal!. Tu no aprendes?!. Deja a Sophie en paz, rastrero!.- le gritaba Otto.

Desde el final del pasillo se escuchaba a la pequeña Annunziata, asustada preguntando entre gritos que ocurria mientras su Nanny le trataba de calmar cantandole dulces canciones de cuna para distraerla de la violenta tormenta que se desencadenaba unos cuartos mas alla...

(Continuara..)