sábado, 29 de diciembre de 2007

Break


Antes de seguir escribiendo, me tomare un pequeño break. Igual, incursionare en las historias modernas e igual inspiradas en Luis Tosar (como siempre). Incluire mis cosas favoritas, como España, los años 80, La movida Madrileña y por supuesto Sexo!


En todo caso, si tienen alguna idea para mi sobre algo que les gustase leer, ponganme en aviso. Las sugerencias siempre son buenas


Saludos a todos y que tengan un buen año nuevo!



jueves, 20 de diciembre de 2007

Por ti, Inès : El Sacrificio de Abel Xirgù

"A Luis Tosar, mi Abel, despues de tanto joderme en sueños para que terminase esta historia, aca esta, para ti e inspirada en ti.". De una admiradora que te tiene ganas....muuuchas ganas.


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Fuertes pisadas en los escalones retumbaban en aquel viejo edificio. Tacones que pegaban con furia contra el maltratado mármol de los peldaños. Inés entro con furia al bufete de abogados, rápida y segura, haciendo flotar la muselina de su vestido blanco. Sin golpear, entro a la oficina del abogado Abel Xirgù y a la cara, le tiro un puñado de papeles picados que apretaba en su mano.

-Y tu que te crees desgraciado? Ayer deje clarísimo que no quería volver a verte. Por que me mandas notitas estupidas?

Abel, sorprendido mas no herido, miro a la mujer detenidamente: Sus ojos cafés echaban fuego, su boca roja y mordedora llegaba a palpitar del coraje, y la pálida tez que lo volvía loco lucia fuertes tintes rojos, los mismos que aparecían cuando esa misma mujer se corría apretada a el.


-Igual apareciste Inés.- respondió tranquilo, aun sentado, con los pies sobre el escritorio.

-Solo vine para dejarte en claro por segunda vez que esto se acabo, fueron solo algunas veces, nada mas. Aquí muere todo.

-Tu sabes que no quieres eso…

-Y que mierda sabes tu lo que quiero o no?

-Porque lo veo en tus ojos, además, se que si te cojo otra vez te vas a deshacer en mis brazos como siempre, murmuraras lo mucho que me deseas, me besaras y terminaras hasta con lagrimas en los ojos, al igual que la ultima vez.

-El deseo es algo efímero, va y viene con las calenturas y yo por ti solo siento una cosa. Odio.

Abel se paro tranquilo de su asiento, se acaricio suavemente el mentón y el bigote que cubría sus labios, tiro suavemente la cadena de su reloj, vio la hora y poso de nuevo la mirada el la palpitante figura de Inés, la que lo miraba con los ojos llenos de odio y rencor

-Y tú por que me miras así?

-Te ves tan hermosa cuando te pones furiosa...

-Mejor me voy, ya dije lo que tenia que decir. Date por enterado y por favor, dejadme en paz. Alberto llega mañana de Italia y le pediré que nos mudemos a Madrid para estar lo mas lejos posible de ti.

-Deberías dejar a ese gilipollas. No hace mas que hacerte sufrir

-El es mi marido y lo amo...

Se acerco a la temblorosa mujer y ubicándose detrás de ella, aprisiono el frágil cuerpo entre sus brazos y su cuerpo

-La que ama no se folla a otros más aun cuando estos son amigos de su amado...

Inés sabía que lo que Abel hablaba era verdad. Ella no amaba a Alberto, se había casado con el ilusionada, pero en los años que llevaban de casados el hechizo se había roto y se había encontrado atrapada en un infeliz matrimonio con alguien que estaba mas interesado en su trabajo y en humillarla que en hacerla feliz .

Aun mas muerta de coraje que antes, la mujer trato de zafarse de los brazos que la apretaban contra ese cuerpo que había lamido y rasguñado por horas hace algunos días atrás, chillo, pataleo, pero todo fue en vano, se vio sucumbida ante el cansancio y el deseo, el que era fomentado por los besos de Abel en su cuello.


Al amparo de la hora de almuerzo y las vacaciones de sus demás compañeros de bufete, Abel comenzó a subir el vaporoso vestido para poder acariciar a Inés entre las piernas. Aprisiono a la mujer entre su cuerpo y el escritorio y subió el vestido hasta la cintura. La acaricio y beso, mientras la mujer se apoyaba de los bordes del escritorio y se dejaba amar. Entre jadeos, mientras se apretaba contra ella, dijo:

-No ves que lo que te decía era verdad? Escapemonos d
e acá , vayámonos bien lejos , yo dejo a Piedad y te haré mía todos los días de esta forma...

-Abel, ya déjame por favor, suficiente...me quiero ir

-No, tu quieres que te folle no cierto?

Pronunciadas aquellas palabras, entro fuerte dentro de ella, provocando que el cuerpo de la mujer se arqueara hacia atrás, no tanto de placer, sino de dolor.

-Me haces daño Abel, ayyy!

-Sabes, siempre he creído que eres una masoquista. Desde el momento en que diste el si en aquella iglesia. Casarte con el desgraciado ese .Masoquista eres, disfrutas el dolor...

Inés rasguñaba la madera, apretaba los muslos y gemía con dolor, aumentando así la velocidad y profundidad de las embestidas de Abel. Se sabía con el miembro grande, mas de lo normal y sabia que de esa forma, le causaría dolor, pero al final terminaría pidiendo más, como siempre, porque Inés era así, Masoquista. Disfrutaba del sufrimiento fisico y mas aun de ese tipo, el que despues se convertia en gozo y disfrute.

Al final, ambos terminaron juntos, abrazados y extasiados. Siempre empezaban así, luchando, Inés sufriendo y Abel siendo cruel en sus movimientos. Arreglándose el peinado frente a un espejo, la mujer observaba de reojo a su amante, sentado en un sillón, aun con los pantalones en los tobillos, mirando al techo y fumándose un cigarro.

Que había visto en aquel hombre? No era la gran cosa; solo un poco mas alto que ella, el cabello lo estaba abandonando, grandes ojos café y un bigote de esos de moda, largo y abundante. Ella lo había conocido a través de Alberto, eran ambos amigos de infancia. Abel siempre había vivido en la sombra de su “genial” amigo. Alberto era el malo y Abel el bueno, Alberto sacaba malas notas y Abel era el genio del curso, Alberto se llevaba a las mejores chicas y Abel tomaba los restos. Alberto era el guapo, y Abel el desagraciado. Todos preferían a Alberto, Abel era la nada misma, y por eso lo odiaba, pero era odio oculto que disfrazaba de amistad sincera.

Ese odio se enervo mas cuando su “amiguito del alma” se caso con Inés, aun a sabiendas de los sentimientos de Abel hacia ella. A raíz de eso y para tratar de sepultar la frustración y rabia al respecto, tomo como esposa a una insulsa, pero acaudalada mujercita llamada Piedad, que lo trataba con respeto y distancia.

La relación Carnal entre Abel e Inés había comenzado unas semanas después de la partida de Alberto, hacia 3 meses atrás, pero la relación emocional había empezado de mucho antes, cuando este hacia de confidente de las desventuras de la pobre mujer.

-Me voy Abel, ya no nos veremos mas. Por favor, no me busques, ni llames ni me mandes mensajitos para que nos veamos, No quiero nada mas contigo.

-Inés, hazme caso, Vayámonos de aquí y hagamos vida juntos lejos de esta mierda de ciudad.

-Ja!, tu dejando todo esto por mi? Tu fabuloso puesto en este Bufete, tu mujercita perfecta y el apoyo financiero de tu suegro?. Noo Abel, tu jamás harías eso, el amor verdadero se hace en base de sacrificios, los cuales nunca harías. Además, solo muerto dejaría a Alberto

Antes de que el hombre mencionara alguna palabra, Inés salio raudamente del lugar.

Abel pensó en las palabras que ella había dicho y una quedo puntilleando su cabeza una y otra vez. Sacrificio. Sacrificaría todo por ella, no le importaba los negocios que perdería, ni la mancha en su reputación, ni el dolor que pudiese causar en Piedad y mucho menos la furia que pudiese desatar en su poderoso suegro. Inés era todo lo que siempre había querido, y sus logros laborales habían sido fruto de la rabia y frustración por no tenerla. Entonces una chispa se encendió en su cabeza y despabilo. Arreglo su ropa y salio velòz hacia la calle.

Por otra parte, Inés paseaba en auto por las calles de Barcelona. Alberto le había dejado chofer a su disposición y aprovechando aquello lo mando a que diese vueltas por la capital. Quería despejar su mente y dejar de pensar en Abel. El siempre había sido bueno y atento con ella, todo lo que su marido no era. Si, era infeliz en su matrimonio pero solo iniciaría una relación con el si Alberto le diese el divorcio, cosa muy difícil por su machista afán posesivo, o en el peor (o mejor) de los casos, si el muriese. Ella había dicho "Hasta que la muerte nos separe" y acataría eso al pie de la letra, por mas que el la maltratase u odiase.

Tenia claro lo que tenia que hacer, seguir adelante y mudarse de la zona con su marido, pero la atormentaba el pensamiento de que en verdad si sentía algo por Abel, que le importaba, que la excitaba, que de noche lo necesitaba y que se soñaba a si misma durmiendo entre sus brazos. Estaba mareada y confusa.

-Víctor, por favor, de la vuelta, quiero volver a casa.

Al llegar a casa, subió de mala gana al ascensor, mirando su triste reflejo en el espejo. Al llegar a su piso se encontró con Abel sentado en las escalinatas, con su sombrero "Fedora" en el regazo y mirando hacia la nada.

-Que haces aquí?

-Vengo a hablar contigo, mira, yo...

-Ya dije que no quería verte mas, por favor, vete

-No, Inés, no me iré hasta que me escuches. Yo…. yo no puedo olvidarte y estoy dispuesto a dejar todo por ti, todo.

-Aun así Abel, no puedo dejar a Alberto, solo si me diese el divorcio o si el muriese, de otra forma no...

-Inés por favor, no seas así conmigo, yo te amo sinceramente y podría hacerte tan feliz .Te necesito y pienso en ti en cada instante….y tu? También piensas tanto en mi como yo en ti?

Lo miro vencida,inclino el cuerpo hacia el y agarro con fuerza el veston del hombre.

-Yo igual, ahora mas que nunca...Tratè de sacarte de mi mente, de tirarte al olvido, me di mil vueltas por Barcelona tratando, pero me fue imposible, mas aun con tus jugos corriendo por mis muslos...

Se miraron con fuego en los ojos y se besaron frenéticamente. Terminaron haciendo el amor en la entrada del departamento, en la alfombra del recibidor, en la mesa del comedor y en el sillón de la estancia.

Sacrificio, pensaba Abel mientras Inés acariciaba su pecho, ambos desnudos acostados en la cama.

-Si, haría cualquier cosa por ti.

-Es en vano. Alberto vuelve mañana y ya no me veras mas. Haz cuenta de que fui un espejismo en tu vida, yo tratare de hacer lo mismo con tu recuerdo.

-No

-Abel, por favor, si.

Quiso decir algo más pero la mujer le cerró la boca de un apasionado beso. Subió arriba de el y lo abrazo con piernas y brazos con todas sus fuerzas. Durmieron aquella noche apretados en uno al otro y se despidieron a primera hora con pena y desazón.

-No te dejare ir así de fácil, Inés mía.

-Adiós Abel, fue lindo mientras duro. Disculpa si fui cruel contigo, solo fue un intento para sacarte de mi vida.

Le soltó la mano y cerro la puerta. A paso lento y cabizbajo, Abel volvió a su casa, no importándole lo que fuese a pasar ahí. Al abrir la puerta de su hogar, lo primero que encontró fue a Piedad, sentada, aun en pijamas, en el comedor.

-Y tu donde andabas?, te espere con la cena servida, después en pijamas hasta el amanecer...

-Estaba por ahí dando vueltas

La mujer se acerco a el y olio sus ropas. El perfume a mujer respondió todas sus preguntas

-Desgraciado... báñate y tira esas prendas a la ropa sucia.

Dio media vuelta y se encerró en su cuarto. Abel quedo parado tieso al medio del salón, retrocedió unos pasos y cayo rendido al sillón. Así paso todo el sábado, meditando, pensando en que hacer con Inés, mientras su mujer lo observaba con mirada inquisitiva y quemante.

Aquella noche, sentado frente al cristo crucificado de la salita, decidió que hablar con Alberto seria lo más sensato. A la mañana siguiente la pareja el mutismo absoluto, partió a misa a la parroquia de la zona y en las afueras del templo se encontraron con Alberto y su mujer.

-Tanto tiempo Inés!, que ha sido de tu vida.- preguntò Piedad

-Nada, aburrirme soberanamente mientras mi marido se encontraba en el extranjero.- respondió turbada , mientras esquivaba la mirada de Abel .

Ese día Inés se encontraba más bella que nunca, sus mejillas conservaban aun ese tinte rojo de los momentos de pasión que ambos compartían y el velo que caía por sus hombros le daba la apariencia de virgen perturbada de belleza sobrenatural.

-Abel, amigo!, tanto tiempo, como has estado, como te ha ido?

Alberto lucia mejor que nunca, el viaje a Italia le había sentado de maravillas. Su rubio pelo brillaba al sol y sus ojos azules se habían vuelto aun mas acerados

-Bien, bien, todo bien aquí.-respondió mordiendo las palabras.

-Tenemos mucho que hablar amigo, tengo tantas cosas que contarte.- susurrándole al oído.- las italianas no me dejaban en paz.

Aquello hizo que Abel quisiese borrarle la blanca sonrisa a golpes. Se contuvo y le dio una sonrisa fingida a su cruel amigo

-Si Alberto, tenemos muchas cosas de que hablar. Te parece mañana a las 6?

-Ningún problema, te esperare en el estudio. Ahora, entremos a morirnos de tedio con el viejo párroco.

Las parejas entraron a la iglesia, se sentaron en la misma banca y Abel quedo sentado al lado de Inés, la que miraba con ojos brillosos y tristes hacia adelante. La predica del padre fue efusiva y dura, sobre la inmoralidad que empezaba a reinar en España, sobre la perdida de valores familiares y la inmoralidad. Alberto se tragaba la risa, todo aquello le parecía exacerbado y divertido, mientras Inés bajaba la cabeza con culpabilidad y Piedad asentía cada palabra del padre. El discurso del religioso llego al peak cuando, con la cara roja de efusividad se puso a hablar de los 10 mandamientos.

-Y ahh! sin mencionar como los 10 sagrados mandamientos son pisoteados cada día! Gente que muere asesinada por su prójimo, robos por doquier, jóvenes que no respetan a sus padres y para que hablar de las infidelidades y fornicacion!

Inés apretó su libro de himnos y se mordió el labio, mientras Abel, mirándola de reojo reprimía las ganas de apretarle la mano y abrazarla.


Al terminar la misa, ambas parejas salieron juntas al exterior, se despidieron y se fueron cada una para sus respectivas casas

-Recuerda Abel, mañana en mi estudio a eso de las 6.

-No te preocupes amigo, ahí estaré.

Esa noche Abel no pudo dormir. Se la paso todo el rato sentado en la salita frente al cristo crucificado, pensado en sacrificios, los que serian en vano si Alberto no le daba el divorcio a Inés. Ya de amanecida, tenia claro lo que tenia que hacer, tranquilo pero temblando de pies a cabeza, se dirigió a la cama y cayo profundamente dormido.

El día transcurrió rápido y a las 6 de la tarde, estaba golpeando en la puerta del estudio de Alberto.

-Amigo!, bienvenido, pasa!

No respondió y entro a paso firme

-No extrañaba para nada España, solo mi estudio y tener a quien contarle mis aventuras.

Mirando a la nada, Abel respondió :

-Necesito hablar contigo de algo serio.

Sirviéndose un vaso de whisky, Alberto dio la media vuelta, le dio una sonrisa maquiavélica y dijo:

-Si es por lo de Inés, ya lo se todo.

Sorprendido y shockeado Abel balbuceo:

-Que ?

-Ella me contó todo después de misa, la pobre ya no daba más. Me hablo que se habían revolcado juntos, que quería estar contigo y del pastel que tiene en el horno

-Que cosa?

-El embarazo. Se ha enterado hace una semana. Que bien lo hiciste eh?, para serte sincero, jamás te creí capaz de semejante cosa. Tu siempre tan frío y correcto con tus cosas…

-Inés esta embarazada?

-Si, pero no te preocupes, ya le he conseguido cita para una partera que la sacara de este embrollo. Porque es un embrollo, no cierto amigo?

La crueldad de las palabras de Alberto enervaba a Abel al punto de la locura, hablaba con tanta frialdad sobre el hijo de Inés…SU hijo con Inés. Definitivamente no sacaría nada hablando por las buenas con el. Decidió entonces seguirle el jueguito

-Si, claro por supuesto

-No sabias?, pensé que ya te lo había dicho. Mira, al principio, me cayo horrible la noticia, mi mejor amigo y mi esposa , liados!. Pero bueno, después de descargar mi frustración...

-Como?

-Como crees tu? Pero bueno, la he hecho entrar en razón y después de una larga charla accedió a hacerse el aborto.

Miro a Abel que apretaba los puños, tieso en la mitad de la sala y pregunto

- Que pasa Abel?, por que esa cara? Mira que con esto te ahorrare mil problemas. Imagínate el follon que se armaría si se supiese esto. Gracias a dios, porque a pesar de todo, aun te estimo, te ahorrare la vergüenza y humillación, al igual que a Inés. Después de la operación nos iremos a vivir a Madrid y no la veras más.

Más decidido que nunca, Abel se apego a su plan B. Siguió fingiendo adelante de Alberto, agachando la cabeza y siendo el sumiso que siempre había sido frente a el.

-Si, tienes razón. Disculpa, no se en que estábamos pensando.

-Calenturas, solo calenturas. Te comprendo, Inés sabe levantar pijas como ninguna. Pero no te preocupes, ya no te engatusara más. Ya le di su merecido....

Ese animal había golpeado a Inés. Y no era la primera vez. A su mente volvieron imágenes de ella, algunos años atrás con el labio hinchado y marcas de dedos en el cuello. Apretó los dientes , trago saliva y dijo:

- Supongo que esto no cambiara nuestra amistad, no cierto?

-Por supuesto que no, como crees? Venga amigo, dame un abrazo

La presa voló hacia el cazador. En el momento de abrazar a su amigo, un puñal se deslizo de la manga derecha de Abel y termino enterrado en el hombro de Alberto. De ahí todo transcurrió en cámara lenta:


Alberto cayo de rodillas sorprendido y herido, miro desafiante a Abel el que se tiro hacia a el apuñalándolo sin piedad. Toda la rabia y coraje contenido por años, lo descargo pegándole a aquel cuerpo, cortándolo y desgarrándolo con saña. Al volver en si, se encontró bañado de sangre arriba del cadáver mutilado de su amigo. Se paro con prisa, corrió escaleras abajo hacia su Auto, saco de el una maleta y volvió a subir al estudio. Entro al baño del local, se desvistiò y se ducho, sacándose de encima toda la sangre que bañaba su piel. Al encontrarse limpio, se vistió, metió la ropa ensangrentada en la maleta y partió rumbo a casa de Inés. Al abrir, esta lo miro sorprendida

-Abel? que haces aquí a estas horas?, Alberto puede llegar en cualquier momento…

El la miro con detención, vio su labio hinchado y el pómulo al rojo vivo.

-El ya no volverá Inés...

-De que hablas?

-Puedo pasar?

-Si si, por supuesto

Entraron rápidamente al departamento y Abel, tomándola de los brazos , dijo :

- Alberto ya no te molestara mas...

-Que paso con el? , dime!

La observo con mirada desencajada y ella entendió todo. Horrorizada, dio media vuelta, miro hacia el espejo y viendo su reflejo dijo:

-Donde lo dejaste?

-En su estudio...Yo…

-Tenemos que hacer algo...

Camino hacia el living, mordiéndose el labio, pensando en la forma de hacer desaparecer a Alberto. Abel estaba pasmado, jamás hubiese imaginado esa reacción en Inés.

-Ya lo se! Vamos.

Tomo de la mano a su amante y partieron ambos al lugar del crimen. En el camino, Inés le comentó a Abel su plan, este escuchó tranquilo y atento. Al llegar al estudio, ambos actuaron con sangre fría, Inés ni siquiera sintió pena al ver a su marido tirado en el suelo en un charco de sangre, es mas, le pego un puntapié con fuerza en la pierna mientras lo observaba

-Ayúdame a envolverlo en esta tela Abel , por favor.

-Si...

Mientras movían el cuerpo, Abel miro a la mujer y pregunto

-Por que no me habías dicho que estabas embarazada?

-Porque había entrado en negación y desesperación. Me entere el jueves en la mañana. Ven, sujeta esto.

Lo miro con ternura y dijo

-Después hablaremos de aquello. Quiero que sepas que estoy muy feliz con esto y que jamás hable en serio cuando accedí al Aborto. Pensaba escaparme.

-Yo también estoy feliz, muy feliz…tendremos un hijo!....- respondió sonriendo

Ambos, enrollaron el cadáver en un grueso lienzo y con esfuerzo lo bajaron por el ascensor y lo metieron al auto. La primera etapa del plan era deshacerse del cadáver. Inés se devolvió a su departamento a buscar su auto, mientras Abel conducía con el cuerpo inerte de su amigo hacia un camino alejado que Inés le había indicado. Al llegar ella, ambos sacaron al muerto del lienzo, lo sentaron en el asiento del piloto y lo arreglaron tal que pareciese un accidente.

-Ahora Abel, tus documentos y el anillo.

-Toma...pero para que?

Lo miro agitada y al borde de la desesperación, quería acabar con esto lo más rápido posible.

-Hoy comenzara tu nueva vida, conmigo lejos de aquí, hoy Abel Xirgù morirá.


Comprendió todo en seguida. Le paso los papeles y el anillo de matrimonio. Ella los metió en el bolsillo de la chaqueta de Alberto y el anillo en su mano. Al estar listo, ambos empujaron el auto hacia el precipicio conjunto al camino.

-Eres libre Inés, Ahora serás mía...Mía!

Se abrazaron y besaron con pasión, caminaron hacia el auto y en el hicieron el amor desenfrenadamente. Luego, se dirigieron al bufete de Abel para proseguir con el plan. En el, dejaron escrita una lastimera carta de despedida, en donde Abel explicaba las razones de su suicidio.

-Sabes que Alberto mandaría a unos matones a golpearte?

-Lo supuse, el muy cínico no dejaría pasar esto así como así..

-Incluye eso en la carta. Que tenías problemas con unos matones y que tenían amenazados de muerte a ti y a Piedad. Que este suicidio fue un sacrificio por amor a ella. Tu honra quedara limpia y serás un héroe.

Al terminar la carta, partieron al estudio de Alberto en donde limpiaron hasta el mas mínimo rastro de sangre y a la alborada, Inés lo acompaño a la estación de trenes.

-Te quedaras en la casa de la playa y me esperaras allá. A lo que termine todo esto, iré a tu encuentro y partiremos a cualquier parte lejos de acá.

-Te amo Inés...

-Yo también Abel...cuídate y espéranos.

Se despidieron con un apretado abrazo y lo que siguió a eso fue todo un vendaval. El auto fue encontrado después de las 12 del día siguiente, todo carbonizado. El cuerpo encontrado adentro era irreconocible y fue llevado al tanatorio de la ciudad. La policía rastreo la placa y dio con el Nombre de Abel Xirgù. Se le dio aviso a Piedad y esta en compañía de su padre fueron a reconocer lo que quedaba del cuerpo. Ella se negó a mirar, así que el padre hizo el reconocimiento

-Pero no queda nada de el, como sabremos si es Abel o no?. Fácilmente podría ser cualquier otra persona.

-Sobre eso mismo quería hablarle, con el cuerpo se encontró este anillo de matrimonio...

El legista le acerco una bolsa a Don Alfonso, este saco el contenido y observo la argolla. Sorprendido a mas no poder, devolvió el anillo a la bolsa y miro a su hija

-Y papà? es el o no?

-Pues si, es su anillo. Esta grabada la fecha del matrimonio y el nombre de Ambos. Lo siento hija mía...

Piedad se deshizo en llanto, tanto así que tuvieron que llamar a un doctor para calmarla.

-Pobrecita ella, acaba de enterarse que su marido falleció.

-Pobre mujer, debe estar destruida porque perdió al amor de su vida.- murmuraban las enfermeras al pasar frente a ella.

Lo que estas no sabían era que Piedad no lloraba por la muerte de Abel, sino porque el futuro que le esperaba era solitario y oscuro. Nadie se casaría con la hija amargada de Alfonso Bastin. Se quedaría viuda y sola de por vida.

La investigación sobre la extraña muerte del abogado Barcelonés Abel Xirgù concluyo cuando al día siguiente, en su despacho se encontró la carta de suicidio, explicando las razones de este: "Una fuerte depresión, problemas económicos y amenazas graves contra su familia.”

Se hablo del noble sacrificio del abogado, en diarios en las plazas, en todas partes. El funeral fue concurrido y al el asistió Inés vestida de impecable Negro.

-Lo siento mucho Piedad, Abel era un buen hombre.

-Si , si, nunca me hablo de los problemas que tenia, el era un hombre muy reservado…

Inés asintió con la cabeza y escucho la misa en total silencio, pensando en que estaría haciendo Abel en ese momento. En el entierro permaneció apoyada a un árbol, lejos de la gente, sonriendo. Mientras bajaban el féretro vio en el, ser sepultada la antigua vida de ambos, tambien vio nacer una nueva juntos , la que vendría a ser ensalzada con el nacimiento del hijo que se gestaba en su vientre. Al terminar el sepelio, Inès volvio a darle el pèsame a Piedad, la abrazo, beso y se fue. Al alejarse la mujer, Piedad reconocio al fin el perfume con el que su esposo llegaba impregnado todas las noches.


-Esa maldita....Ella! ella fue!.- chillo la viuda con los ojos llenos de lagrimas, pero no de pena, sino de rabia. Le habìan visto la cara, su esposo y la que consideraba una "estimada amiga".


La semana posterior al funeral, Inés partió a Mallorca a reunirse con su amado, no sin antes dejar en claro a su entorno el motivo de su ida

-Alberto me ha dejado por una italiana. Ha tomado todas sus cosas y se ha ido. No quiero seguir viviendo aquí rodeada de sus recuerdos, me voy a Mallorca y de ahí quizás donde.

-Pobrecita niña mía, que desgraciado este tipejo, después de tantos años de matrimonio, cambiarla por otra. Váyase de aquí y comience una nueva vida. Es joven y aun puede encontrar a otro que si la merezca. Suerte en todo y vaya con dios - le dijo Rosario, la vecina del piso de abajo.

Al llegar a la casa de la playa, después de un largo viaje encontró a Abel, sin camisa y con el pantalón arremangado mirando hacia la playa. Se acerco en silencio, lo abrazo por la cintura y le susurro al oído:

-Ya todo ha terminado…Nada ni nadie nos separara. Soy tuya para siempre

Sobresaltado y rebosando de felicidad, el se dio vuelta y mirando con los ojos húmedos a la que seria su mujer dijo:

-Inés!, vida mía!, ya estas aquí!!. Por fin!...por fin.

Se fundieron en un abrazo y después en copula incesante y frenética. Al mes ambos eligieron como destino final, establecerse en Mikonos, Grecia, en donde nació la hija de Ambos, Esperanza, 7 meses después de mudarse ahí, un 22 de Abril de 1910.

La vida de ambos transcurrió en paz, salvo en las noches cuando el recuerdo de Alberto ensangrentado perturbaba el sueño de Abel. Pero a el no le importaba, mientras encontrase a Inés al lado suyo, durmiendo placidamente, todo le daba lo mismo.

domingo, 9 de diciembre de 2007

La Sombra de Alma Marina- Capitulo III

Alma creyó enloquecer cuando al despertarse vio el temporal que inundaba a la región, el agua bajaba a raudales por el cerro y la lluvia pegaba fuerte contra la ventana. Como podría ir a la biblioteca con semejante aguacero?

-No mi amor... estas loca? como vas a salir con este clima!. Te quedas aquí y de paso me ayudas a meter estas cajas vacías al entretecho.- bramo su madre al contarse sobre sus intenciones de salir.

Estaba desesperada, mirando, con la frente apoyada en el cristal la lluvia caer mientras escuchaba a su vecino Arturo tocar el violín. Paso aquel día casi en coma, ayudando a Jimena y haciendo el intento de bordar junto a su madre en el living. Su mente estaba en otro lugar, revisando diarios y buscando información sobre el fantasma que habitaba la casa. Al zafarse de su madre, Alma subió a su dormitorio, deprimida y cansada a ponerse camisón para acostarse. Se observaba frente al gran espejo mientras se desnudaba, cuando de la nada, una mano se poso en su cintura. Horrorizada miraba como aquella extremidad fantasma le acariciaba el vientre, los pechos y el cuello, sintiéndose aprisionada entre la mano y el cuerpo invisible que se apegaba a su espalda.

Temblaba entera y estaba paralizada, ya no por miedo a aquel ente, sino porque estaba disfrutando de aquellas delicadas caricias. Aunque solo duraron un instante, para Alma quedaron marcadas a fuego en su piel, tanto así que soñó con el dueño de aquella mano, besándola apasionadamente mientras ella se sentaba en su regazo.

La mañana siguiente amaneció radiante, se vistió rápidamente y partió feliz a la escuela. A la salida se encontró con Arturo y juntos se dirigieron hacia la biblioteca.

-He hablado con mi abuela antes de venir al colegio y no ha querido soltar palabra sobre el asesinato de la novia. Me ha mirado con espanto y dijo que no quería hablar al respecto.

Ya en la biblioteca, busco con desesperación la noticia aquella hasta que Arturo dio con lo que buscaba

-Alma!, mira ven! la he encontrado!

La noticia era pequeña, comparada con los titulares sobre la guerra. Hablaba del misterioso y cruento asesinato de la señorita Aurora Millar en vísperas de su sagrada unión con el acaudalado empresario porteño, Armando Backhaus, y al lado del encabezado, una fotografía de el...

-Esa cara...

Arturo con curiosidad preguntó:

-Que? no me digas que lo has visto en la casa? Ya sospechaba aquello…

-Que dices?

-Nada...bueno, no te puedo mentir. Se dice que en aquella casa vive un alma en pena. Lo que no se sabe es quien es, por eso te pregunto, lo has visto a el en casa

-No.- mintió

No quiso decirle la verdad, lo que le ocurría desde que había llegado a esa casa y menos lo que había sucedido la noche anterior. Se mordió la lengua y continuo mirando embobada el rostro aquel que la había besado en sueños...Armando Backhaus...ese era en nombre.

Al llegar a casa subió corriendo las escaleras, saludando fugazmente a su madre y hermano. Se encerró en la pieza y comenzó a invocar al espíritu.

-Así que Armando Backhaus...ese es tu nombre...que quieres de mi? Por que no descansas en paz con tu prometida?

Nadie respondió, solo sentía aquella brisa helada que revoloteaba alrededor de ella. Cansada y triste por no tener respuesta, se excuso con su madre diciéndole que se sentía mal y se acostó dormir. A eso de las 1 de la mañana despertó sobresaltada y al mirar hacia al pie de la cama, lo vio sentado, vestido de impecable negro e iluminado por la luz de la luna. No sintió miedo, pero si escalofríos en todo su cuerpo. El la miraba fijamente con pena y apretaba el cobertor con su mano

-Armando...

Se acerco hacia el, estiro su mano y pudo tocar la fría carne de su cara.

-Eres real...eres real

Se tiro a sus brazos y el la apretó contra si. Se miraron a los ojos y pasaron aquella noche fundidos en abrazos y besos, Alma cayo rendida en sus brazos y al despertar, aun estaba al lado suyo, mirándola y acariciándole los oscuros rizos. Le sonrió y beso en la boca cuando su madre intempestivamente abrió la puerta. Llena de pavor y vergüenza, la joven miro a su madre, mientras esta entraba con autoridad al dormitorio dando ordenes

-Floja que eres niña!, es día de escuela hoy...no recuerdas?. Que me miras con esa cara de horror?, levántese pues! o sino llegaras atrasada. Toma, aquí esta el uniforme, lávate y baja que el desayuno esta listo. Ya pues Alma! despabile!

En ese instante, Alma se dio cuenta que era la única que podía ver y sentir al fantasma triste. Sorprendida se paro de la cama, y le regalo una candida sonrisa

-Nuestro secreto Almita.- le susurro al oído Armando

-Nuestro secreto Armando.- respondió la joven mientras le apretaba la mano y sentía en su espalda como aquel frió cuerpo iba adquiriendo calor...

sábado, 8 de diciembre de 2007

La Sombra de Alma Marina- Capitulo II

Alma paso su primera noche en aquella casa, muerta de miedo. Hizo lo posible por acostarse lo más tarde posible, camino por todo el primer piso de un lado a otro, acostó y leyó cuentos a su hermano, charlo con sus padres, e incluso se tiro en el pasto del patio trasero a ver la luna. Era una noche calurosa así que se dio el lujo, cualquier cosa menos estar sola en aquel cuarto. Ya estaba quedándose dormida bajo las estrellas cuando...

-Alma Marina!, que diablos haces ahí tirada?!. Entra a la casa y vete al dormitorio!

A regañadientes entró, arrastrando los pies y la vaporosa bata de gasa, regalo de la abuela en su cumpleaños pasado. Entro al cuarto, como alertada de que algo pudiese pasar y rápidamente se metió en la cama. Estaba helada, al igual que todo su alrededor. Sintiéndose aun observada, subió las cubres hasta su cabeza y cayo dormida.


Pasaron los días, y la sensación de no estar jamás sola en su cuarto paso a ser llevadera. Ya no le asustaba la misteriosa brisa que hacia bailar los visillos, aun con las ventanas cerradas, ni aquella presencia invisible que la perseguía en cada rincón del dormitorio, es mas, la extrañaba cuando iba a clases o salía de paseo. Pensaba quien diablos era aquel ente invisible que estaba tan pendiente de sus pasos, y que no molestaba a nadie mas en la casa, salvo a ella.

Le confidencio a su hermana mayor, Blanca, lo que ocurría en su cuarto. Esta lo tomo como chiste y dijo:

-Estas loca Almita!, Como se te ocurre?, ya papa dijo que no existen tales cosas. A mi no me ha pasado nada ni he visto cosas raras en casa y menos en tu cuarto. Debes estar sugestionada por lo que te contaron tus amigas.

Si, aquella historia, debería investigar más sobre aquella trágica historia. Un día, después de clases, comenzó a interrogar a los vecinos. Nadie le dijo nada, la mayoría vivían hace poco en el lugar o no querían remover aquellos duros y traumáticos recuerdos. Solo una persona se ofreció a ayudarla en su búsqueda de información. Se llamaba Arturo y era el vecino de al lado. Alto, pelo castaño, ojos azules y 17 años, Ambos quedaron prendados el uno al otro al instante.

-Mira, no se mas que tu, yo llegue a vivir acá un año después del crimen, pero averiguare con mi abuela que vivía aquí en aquella época. Por mientras podrías averiguar en la biblioteca revisando periódicos del año, yo te acompaño.

Quedaron de juntarse en la plaza Victoria al día siguiente y se despidieron con un beso en la mejilla que causo cosquillas en ambos. Al dar la vuelta hacia su casa, sin querer, Alma miro hacia la ventana de su dormitorio y vio una mano masculina agarrando el visillo. Se quedo parada un buen rato mirando a aquel misterioso ser que la observaba vigilante desde la ventana y después, siguió su camino.


Le costo conciliar el sueño aquella noche, no porque aquel ente estuviese presente vigilándola, no, sino porque moría de ganas de saber quien era el, su nombre, como lucio en vida y que interés tenia en ella. Casi de amanecida, Alma por fin cayo rendida, y en el sopor del sueño sintió como una respiración tibia le rozaba suavemente el cuello...



viernes, 7 de diciembre de 2007

La Sombra de Alma Marina- Capitulo I


-Hace mucho frío acá Mamá

-Si, tienes razón, habrá alguna corriente de aire?. Agustín, ve por favor las ventanas

El movimiento dentro de la casa era enfermante. Alma Marina se sentó en las escaleras a descansar un poco, la mudanza y arreglo de la nueva morada la tenia extenuada, su hermana mayor no ayudaba, pasaba mas tiempo con su novio que con su propia familia, y que decir de Emilio!, el era el regalón de la casa y solo se dedicaba a corretear por las piezas y jugar en el patio. Ella no se sentía cómoda en aquella casa, mas aun sabiendo que hace casi 10 años atrás, en ese mismo lugar, una mujer había sido asesinada

-Esa casa esta embrujada Alma!, dicen que ahí pena la novia esa que mataron justo el día de su matrimonio, por eso ha pasado tanto tiempo sin habitantes.- decían sus amigas asuntándola

-Como es eso?.- Preguntaba con curiosidad

-Como no sabes?, ese crimen fue famosísimo. Fue a principios de 1879, la chica aquella estaba a punto de casarse y la asesinaron de una forma horrible. El novio se volvió loco y después del funeral se tiro de un risco y solo encontraron el cuerpo en el Membrillo 3 días después.

Aquella terrible historia la había dejado agitada. Y que si era verdad de que en aquella casa penaban?, Y si en alguna noche venían a tirarle las sabanas?

-Tonterías Alma!. Pensé que eras mas sensata hija mía, como fuiste a creer esas tonterías de niños?!- dijo su padre molesto

-Pero es verdad que asesinaron a alguien acá, no cierto?

-Pues si, pero eso fue hace mucho tiempo atrás y no vale ni la pena mencionarlo. Y ah! no se te ocurra decirla nada de esto a Emilio, tu sabes como son los niños y se puede sugestionar con esas sandeces.

-Hija mía, por favor, lleva estas cosas, que son tuyas, a tu dormitorio, y después bajas a ayudar a Jimena con las cosas de cocina.- grito su mamá desde el hall de entrada,

Subió con aquella pesada caja a cuestas por las empinadas escaleras, llego al que seria su dormitorio y se asomo por ventana, para ver el mar y los barcos a la distancia, después con curiosidad dio vueltas por su cuarto, aun sintiendo esa corriente fría que tanto la inquietaba. A que se debía aquello?, el día estaba radiante, afuera se podía sentir el calor, pero dentro de la casa, solo frío y corrientes de aire. Don Agustín al pasar por el cuarto de su hija, la vio con cara de susto dándose calor en los brazos y con ternura, se acerco a ella y dijo

-Mi amor, se que las circunstancias que han rodeado la historia de esta casa pueden ser inquietantes, pero no te preocupes, no creas en las estupideces que dicen tus amigas. Aquella pobre pareja descansa en paz y no hay tal cosa como almas en pena acá.

La beso en la cabeza y prosiguió con la mudanza.

Al encontrarse de nuevo sola, Alma Marina tuvo el escalofriante sentimiento de que estaba siendo observada. Giro en 180 grados mirando hasta el mas ínfimo detalle de su cuarto, y al posar su mirada en la ventana, los visillos se mecían agitadamente por un viento que no provenida de afuera. Horrorizada bajo por las escaleras chocando con su madre en el camino

-Hija!, que te pasa?. Tienes una carita de susto...


Temiendo que su madre no le creyese y le dijese a su padre, mintió

-Nada mamita, lo que pasa es que vi una araña inmensa arriba, nada mas, pero ya la mate.

-Ahh, no te preocupes, yo hablare con tu padre para que consiga a alguien que se deshaga de todos esos bicharracos, ahora, anda donde Jimena que te necesita.

Con el cuerpo pesado del pavor, se dirigió hacia afuera para seguir acarreando cajas y al devolverse hacia adentro, echo una ojeada hacia la ventana de su dormitorio, viendo como el delgado visillo aun danzaba con aquella aterradora y misteriosa brisa....




martes, 4 de diciembre de 2007

La Rose di Domenico.- Capitulo II


Llevaba semanas en alta mar, ya se había acostumbrado al constante movimiento y el mareo ya era cosa pasada. Solo pensaba en si el lugar al que iría era tan maravilloso como lo pintaba Cipriano. Este ya llevaba 1 año trabajando como estibador para una importante empresa de importaciones y exportaciones del lugar, vivía en una amplia habitación en el barrio puerto, vestía decentemente, comía en abundancia y mas encima tenia novia

-Es una chilenita, bella bella, se llama Elisita. Tiene 18 y unas curvas...- le contaba su amigo a través de emocionadas cartas mensuales.

Pero a el lo que menos le importaban eran las mujeres. Ya una le había roto el corazón hace algunos años atrás y ese día había decidido no volver a enamorarse . Lo que al le importaba era rendir en trabajo, pues deseaba volver pronto a Sicilia junto a su madre y hermanas.


Los días pasaban lentos, se asomaba a la proa y miraba hacia el horizonte en busca de tierra, pero nada. Ya la comida que su madre le había arreglado para el camino comenzaba a escasear y el aburrimiento y creciente ansiedad lo comenzaban a desesperar. Hasta que un dia soleado y ventoso a fines de Septiembre, por fin avisto cerros, casas y mas barcos

- È arrivato!, Grazie dio!.

El corazón parecía salírsele del pecho a medida de que el barco se cercaba a puerto. Lo encontraba todo bello y maravilloso, las construcciones, las casitas colgadas de los cerros, todo. Al estar lo suficientemente cerca para avistar a la gente que circulaba por el lugar, vio a su amigo Cipriano, sentado en las escaleras, mirando como fondeaba el barco.

-Amico!!, Cipriano!!.- Gritaba emocionado desde la proa del barco

-Domènico!.- lo saludaba exaltado levantando las manos.

Al estar el barco atracado en el molo de arribo, Doménico, desesperado por pisar tierra firme, se puso primero en la fila de tercera clase para bajar. Al tocar suelo, corrió con su maleta y morral hacia donde lo esperaba su amigo, se abrazaron y caminaron juntos hacia la residencial de Cipriano.

-Amico, te encantara, es cómodo, limpio, buena comida y por pocos pesos

-Que bueno Cipriano, pero, Tu sai, lo que a mi mas interesa es el lavoro ...

-Ahh por eso no te preocupes, amico!, mañana comienzas a primera hora!. He hablado con el signore Bellavista y te ha dado trabajo como estibador, al igual que io!

Domenico estaba feliz, por fin había llegado a Valparaíso y ya tenia trabajo. Además estaba encantado por lo que veía, tanta modernidad, preciosos palacetes, el monumento a los héroes en la plaza Sotomayor, la gente, las carrozas. todo a su alrededor lo entusiasmaba y fascinaba. Estaba ensimismado, mirando cada detalle del paisaje abriendo sus ojos azules de par en par, extasiado con tanta modernidad. No hallaba la hora de sentarse frente a una mesa y escribirle a su familia, contándole las maravillas que estaba viendo en aquella tierra. Después de bañarse y alimentarse con una buena "cazuela a la chilena”, le escribió una extensa carta a su madre y hermanas y luego cayo rendido a la cama, excitado con la idea de su nuevo trabajo y su porvenir en tierra chilena. Mañana a las 6 empezaría un nuevo trabajo, y una nueva vida....



Fin Capitulo II

lunes, 3 de diciembre de 2007

Intermedio Emocional


Ayer viendo "The Tudors" y "Lady Jane" ,me pege el gomazo de lo que me falta en este momento de mi vida...


Unos momentos de pasion....




....De mucha pasion....


Suspiros suspiros y mas suspiros. Que poco afortunada soy :(

sábado, 1 de diciembre de 2007

La Rose di Domenico.

Hace algun tiempo escribi para un trabajo de castellano la historia de un pobre emigrante italiano que se enamoraba de la joven hija de un rico matrimonio Viñamarino.Ahora, aprovechando que tengo blog, la publicare aqui.


"
Agosto 12 1899....El miraba por la proa del barco, tratando de avistar algo de tierra. Nada veía, agua y mas agua. Domenico se apoyaba y daba una ojeada hacia abajo, viendo como el mar pegaba contra el casco del barco, levantaba la cabeza y cerraba los ojos imaginando como seria su vida en América. Trabajaría como burro, de noche y de día para mandarle dinero a su madre y hermanas, también para tener un buen pasar. Su amigo Cipriano ya se había "Hecho la América" trabajando como estibador y el le había dado el dato.


-Trabajo seguro, buena paga, mujeres bellas y buena bohemia, que mas quieres amico?

A la semana después de recibida aquella carta, Domenico Borghetti ,partió de su pueblito en Sicilia, hacia la "tierra prometida" de la que le hablaba su amigo, el puerto de Valparaíso, dejando atrás a su anciana madre y sus dos hermanas menores, Luisa y Ángela.

Le preocupaba de sobremanera dejar a aquellas 3 mujeres solas e indefensas, pero su madre lo presiono para que partiese e iniciara su propio rumbo.

- Figlio, somos mujeres adultas y sabemos cuidarnos solas. Se te presenta una excelente oportunidad de surgir y crecer en tierra extranjera. Por favor, no tires tus ilusiones y proyectos a la basura por nosotras, estaremos bien.

Con el corazón en la mano, se embarco en la tercera clase de un barco que partía hacia América, y apretando a la única familia que le quedaba dijo:

-Volveré pronto, con mucho dinero y las haré reina y princesas. Giuro!


Se despidió de ellas a lo lejos, mientras el barco marchaba, viendo con impotencia como las 3 mujeres se deshacían en llanto. Le dolía el corazón, pero tenia un buen presentimiento apretado en el pecho. De que algo bueno ocurriría el Chile. Se encomendó a San Tomas de Aquino y rezo para que el porvenir que le esperase en aquella tierra extraña, fuese bueno y beneficioso para el y su familia.



Fin Capitulo I




miércoles, 28 de noviembre de 2007

Soy tu dueño, Aurora. Capitulo IV



Doña Clarita miraba extasiada a su hija mientras esta se probaba el vestido de novia. Aurora se miraba al espejo, sonreía y se imaginaba entrando al altar del brazo del anciano doctor Rojas, ansiosa por llegar al lado de su novio, para entregarse a el, ante dios, para siempre. Se daba vueltas mirando su reflejo, tocaba la tela y jugaba con el velo. Disfrutando como niña con regalo nuevo estaba cuando intempestuosamente,
Armando entro al cuarto. Doña Clarita se puso histérica al verlo parado ahí, impávido, observando a su dulce prometida de punta en blanco, virginal y mas deseable que nunca. "Que ganas de hacerle el amor ahí mismo delante de su madre, de poseerla y hacerla gritar de placer", pensaba el.

-Y usted que hace aquí, Armando!, no sabe que es de mala suerte ver a la novia con el vestido antes de la ceremonia?.- dijo escandalizada la madre

-No creo en esas estupideces Doña Clarita, no se preocupe que no existe tal cosa. Aurora...te ves, hermosa.- le dijo mirándola encantando

-Gracias Armando.- le respondió la chica

Mientras se miraban, Aurora se mordía el labio, señal de que ardía de deseos de ser tomada por el. Armando la miraba a la distancia con angustia, el la deseaba también, pero mas deseaba mancillar la pureza de ese vestido, poseyéndola con el puesto. Como si alguien hubiese escuchado las silentes plegarias de la pareja, apareció Encarnación, empleada de la casa a buscar a la Señora por un problema con el lechero. Doña Clarita bajo apresurada a regañadientes dejando a la pareja sola en la pieza y al segundo de desaparecer de la habitación, ambos, como atraídos por un enorme imán, se abrazaron y besaron. Armando condujo a Aurora hacia la ventana y se puso a espaldas de ella.

-Tú vigila que tu madre no venga, yo haré lo demás...

Subió rápidamente las telas del vestido dejando al descubierto aquellas suaves nalgas que tanto lo excitaban, las acaricio y, sin perder tiempo, entro en el húmedo sexo . Empezaba lento, para enloquecer a Aurora, agarrándola de las caderas y dejando que su sexo saliese de aquel apretado y calido refugio para después introducirlo fuerte y hondo, hasta que el hueso de sus caderas chocara con los temblorosos muslos de su novia. Después, mirando junto a ella por la ventana, viendo como la madre discutía con el lechero, Armando subía la velocidad de sus embestidas, una tras otra rápidamente, mientras que el único sonido que se escuchaba en el cuarto, era el de los gemidos de ambos y el choque piel contra piel. El ambiente afuera se calmaba y el futuro novio, entre mordidas en el cuello, embestida brutales y palabras al oído hacia llegar a su novia al orgasmo. Aurora se afirmaba del visillo sintiendo su cuerpo y sexo latír a mil por hora. Armando la recibía entre sus brazos y aun moviéndose con frenesí dentro de ella, le dijo:

-Ahora, niña mía, te vas a poner de rodillas y harás lo que yo te diga

Estaba extasiada y como hipnotizada por aquellas palabras, se separo de el y se puso de rodillas frente a Armando que aun miraba por la ventana. Sin que se le dijese nada, solo siguiendo su instinto, supo lo que tenia que hacer: se metió el miembro a la boca lentamente mirando a su novio a los ojos y saboreo en el la mezcla de sus jugos y los de el .Uso su mano como extensión de la boca y se movió rápidamente, tal como a el le gustaba, parando a ratos y lamiéndolo entero, mientras Armando se afirmaba de los visillos mirando como Doña Clara solucionaba el problema con el lechero y se despedía de el amablemente. Por mientras que su suegra se dirigía lentamente hacia la puerta, el , agarrando fuerte la suave cascada de rizos negros de su prometida, caía fulminado y deshecho por el orgasmo, jadeando desesperadamente y viendo como su futura mujer saboreaba no solo el liquido tibio y salado que aun quedaba en su boca, sino también la reacción de su amado. Al entrar la madre a la pieza encontró a ambos abrazados, de pie, frente al espejo, iluminados por los últimos rayos del sol que entraban tímidamente por la ventana.


Los 6 meses pasaron volando, entre caricias, copula y besos. Armando había notado un cambio en si, su mundo daba vueltas alrededor de aquella candida joven que se había entregado a el y que pesar de sus indolencias e indiferencias,¡ lo amaba! Si, lo amaba a pesar de todo y por primera vez en su vida, sentía que no la merecía y es mas, se arrepentía de haberla desvirgado de aquel modo tan brutal.


Faltaba una semana para el matrimonio cuando Armando recibió en su oficina una desagradable sorpresa: Una misteriosa caja con una sangrienta cabeza de carnero dentro. Colgando de ella un intimidante mensaje que decía:

"Te estamos siguiendo el paso desgraciado, el que la hace la paga"

Horrorizado, pero no sorprendido, tomo la caja y la boto integra a la basura. No era primera vez que lo amenazaban y tampoco seria la última, mucha gente lo odiaba por su temperamento y forma de actuar; frió, implacable y despiadado, así que no le tomo mucha importancia a aquel suceso y siguió trabajando tranquilamente en su oficina con vista al puerto.

A las 4 , como siempre, fue a buscar a Aurora, que lo esperaba lista para salir sentada en el pórtico de la casa, con su vestido verde esmeralda , manguito de piel, sombrero y esa cascada de rizos negros en los cuales Armando se perdía cuando , frente a un espejo, sentados en la cama, la poseía. A días de la boda, ya no se encerraban toda la tarde en el departamento de sillones verde esmeralda, no, ahora compartían conversaciones, paseos e incluso reían juntos!, cosa extraña en el ya que era bien conocido por su ceño fruncido y gélida seriedad, solo reía cruelmente cuando quería conseguir algo.

Se sentaban en un café, frente a frente, se miraban y Aurora le pasaba su enguantada mano por la cara.

-Se que no me amas, ya me he resignado a eso, pero quiero que sepas, que mientras estés al lado mío seré feliz. Seré una excelente esposa, haré lo que tu me digas, porque tu eres mi dueño Armando Backhaus, soy tuya.

Aquella sinceras y calidas palabras que lo hubiesen hecho sentir poderoso y excitado, ahora le causaban un amargo dolor en el alma. Culpable de aquello era su testarudez, su maldito machismo, el que le impedía decirle a la joven un simple y sincero "Yo también te amo". Se mordía la lengua, sonreía, le agarraba la mano , se la apretaba y le respondía con una tibia y dolida sonrisa.

-Mi niña, se que serás una excelente esposa, lo se.

Hasta que llego el día de la boda, todo estaba listo; el banquete, la recepción, la iglesia, los invitados, todo. Armando estaba nervioso, se sentaba en el sillón del living, el mismo en donde por primera vez vio desnuda a Aurora, con las cortinas cerradas y un vaso de whisky mirando el vació. Estaba feliz, pero nervioso, le pesaba el alma, algo se le atoraba en el pecho que lo tenia intranquilo, "Nervios de novio" pensó el, pero estos se hicieron mas fuertes cuando se dirigía hacia la iglesia. Le pesaba el cuerpo y le faltaba el aire cuando se paró en el altar esperando a Aurora que no llegaba. Pasaban los segundos, los minutos y la normal tardanza de la novia empezó a sacarle de quicio.

-No se preocupe señor Backhaus, es normal que las novias se demoren en llegar.- le decía el padre tratando de calmarlo.

Pero nadie podía calmarlo, caminaba como león enjaulado de un ala de la iglesia a la otra, mirando el reloj y la entrada de la iglesia viendo si se asomaba Aurora, pero nada. Se dirigía hacia la salida cuando en el pórtico apareció el doctor Rojas pálido, con la blanca pechera y las manos teñidas en sangre y la mirada desencajada. Al verlo, Armando corrió a su encuentro, bajo la mirada atónita de los invitados y loco de la incertidumbre le pregunto:

-¿Y Aurora doctor?,¿ dígame? que paso con Aurora?

El anciano lo miro con los ojos llenos de lagrimas y con la voz hecha hilo le respondió

-La niña, don Armando,.....la han matado..

Mencionadas aquellas palabras, el mundo de Armando se hizo pedazos. Lo miro horrorizado y partió corriendo a la casa de Doña Clarita. En la desesperación llego en menos de 10 minutos a la casa, que se encontraba llena de curioso en la entrada, tratando de mirar hacia adentro. En la puerta, la policía tomaba notas e inspeccionaba el alrededor de la casa. Por mas que ellos trataron de impedir la entrada del angustiado hombre a la casa, no pudieron, y al cruzar el portal de entrada, se encontró con un horrible espectáculo: Doña Clarita sentada a los pies de la escalera con la mirada perdida y acompañada por una vecina, y a sus pies , un bulto tapado con una frazada.

-Mi niña, mi niña, porque le hicieron esto a mi niña!.- mascullaba con la voz quebrada la pobre mujer, mirando el ensangrentado cobertor

Armando entro y bajo la frazada pudo distinguir un brazo enguantado de satín blanco salpicado en sangre. En la locura, se zafò de los policías que lo retenían del brazo, se tiro hacia el y lentamente levanto la frazada que la cubría. La vio: Tenia los ojos semiabiertos, mojados en lagrimas y todo el vientre destruido

-La han matado como cerdo en matadero.- comentaba un policía en la otra esquina de la casa

Pero el novio no escuchaba a nadie, miraba a su novia, le acariciaba la cara, los rizos negros y la apretaba contra su pecho, aun en shock, con la mirada perdida y el grito retenido en la garganta. La policía lo dejo estar con el cadáver hasta que llegase el patólogo y cuando este llego, quisieron arrebatársela, se resistió y se quebró. Gritó, maldijo y lloró todo lo que no había llorado en su vida, desde que su padre lo abandono a el y a su madre cuando solo contaba con 5 años. Siguió, acompañado de la policía al carro que llevaba el cuerpo de Aurora y paso toda la noche en el pasillo de la morgue llorando y golpeándose contra las paredes. Sentado en ese frió lugar, recibió la visita de la policía que lo interrogo, pero el solo balbuceaba y lloraba, apretándose con los rotos nudillos los ojos. Solo despabilo cuando uno de los oficiales le pregunto:

-¿Sabe de alguien que quisiera hacerle daño a usted?

-¿Por que pregunta eso?.- respondió sorprendido Armando

-Porque hemos encontrado una nota sobre el cadáver de su novia dirigida a usted que decía: "Espero que aun te sirva para la luna de miel. ¿Creíste que era broma no cierto? El que la hace, la paga, Armando Backhaus"

Entonces recordó aquella caja que había recibido hace una semana atrás. Claro, le venían siguiendo el paso y habían acordado pegarle en donde más le dolía: Aurora.

Con la culpa en los hombros, las horas pasaron lentas y tortuosas. Al mediodía del día después, el doctor dio su informe el cual destruyo aun más al abatido Armando. Este decía:

" La Señorita Aurora Millar murió desangrada a causa de un corte profundo en el vientre, producto de un arma cortante (machete, cuchillo carnicero, espada). Aproximadamente agonizo por algunos minutos y luego expiro. La difunta también presentaba un embarazo de pocos meses....."

Leído eso el papel voló de las manos de Armando y este miro al horizonte tratando de llorar, pero sus ojos ya no tenían lágrimas.

Al día siguiente se arreglo el funeral y el se hizo cargo de todo. Pidió el mejor ataúd, la mejor carroza, las mejores coronas fúnebres y decidió sepultarla en el panteón que hace algunos años atrás había mandado a construir en el cementerio N-1. También mando a llamar a Oscar Benuville, fotógrafo francés especializado en fotografía post mortem para que fotografiara a ambos juntos. Armando vistió a Aurora con su vestido favorito, aquel con el que solía esperarlo en las tardes sentada en el pórtico de su casa. La peino, acomodando sus desordenados rizos y se sentó junto a ella frente a la cámara. Poso abrazándola y mirándola con ternura, mientras la inerte cabeza de ella reposaba en su hombro. Por mientras que la fotografía se procesaba, estuvo un buen rato quieto, susurrandole "te amo te amo", mirando aquellos entreabiertos ojos con pupilas fijas y acariciando la gélida mano que en tiempos de pasión y lujuria apretaba y rasguñaba su carne.

El velorio y funeral pasaron rápido y fueron poco concurridos. Doña Clarita no asistió porque fue internada en un hospital, el dolor de haber perdido a su única hija la había vuelto loca. Terminado el entierro, caminando, llego a Playa Ancha, y sorteando la maleza y los cerros se paro al borde de un risco. Parado al borde del precipicio, saco de su bolsillo una foto de Aurora, fechada en Agosto de 1878, donde la joven sonreía a la cámara y la miraba fijamente con ojos juguetones. Observo con ternura aquella foto por unos minutos, la beso y luego, abriendo la mano, dejo que volase con el viento.

-Perdona el no haberte protegido, mi bella Aurora. Volverás a los brazos de tu dueño, y de ellos no te iras jamás…. no te desesperes mi amor.

Miró como el sol se ponía en el horizonte y sintiendo el fuerte viento en su cara, se arrojo al vació.


Fin

martes, 27 de noviembre de 2007

Soy tu dueño, Aurora. Capitulo III

El reloj daba las una de la madrugada y Aurora aun no podía dormir. Le ardía el cuerpo, las imágenes de aquella tarde danzaban en su cabeza, la atormentaban y prendían su deseo. "Quiero que sea de día y que las horas pasen volando...”, pensaba mientras miraba la luna a través de los visillos. Pensando en Armando, cayo profundamente dormida y por supuesto, soñó con el, que la besaba y que le hacia el amor suavemente.

Al despertar, procuro lavar las sabanas y enaguas a escondidas de su madre, ¿Que diría aquella señora si supiese lo que ocurrió en su ausencia? Estrujo y escobillo con ganas las telas, limpiando todo rastro de sangre que hubiese en ellas, Miraba las manchas y se emocionaba al recordar como habían llegado ahí. Armando, se había apretado contra ella, le abrió las piernas con los brazos y en una embestida, ubico su sexo y la penetro. Dulces recuerdos, solo hubiese deseado que el la besase al final y le dedicara lindas palabras. Pero no...Armando no era así

Armando era una bestia, tanto en los negocios como en la cama. Para el no existía la melosa frase "hacer el amor”, no, el solo tenia sexo. Entre mas brutal fuese este, mas placer le causaba, el dominaba la situación y adoraba a las mujeres bellas y sumisas. ¡Y afortunado el!, había encontrado lo que había buscado por años, en una deuda de juego con un adicto a las apuestas.

La mañana, entre pensamientos y calenturas, paso volando y a las cuatro en punto llego el prometido a buscar a su futura mujer. Lucia serio y elegante como siempre y al ver a Aurora, finamente vestida, le dedico una de esas sonrisas que la volvían loca. Se saludaron con el beso en la cara, se despidieron de Doña Clarita y partieron en carruaje hacia la Iglesia en donde tendrían charla con el cura. El viaje transcurria en silencio, Aurora contrariada y cabizbaja miraba por la ventana, hasta que la mano de Armando se poso en sus rodillas. Sin mirarla, apretándole las telas del vestido dijo casi murmurando :

-Desde mañana, no te pones más ropa interior, solo enaguas.

Sorprendida y con la cara roja como grana le contesto:

-¿Por que?

-Porque yo digo. Eres mía, Aurora y lo que yo diga, tu harás.

Aquellas palabras acabaron por avivar la libido de la muchacha. En un acto audaz de su parte, se levanto con dificultad el vestido, bajo la mirada atónita y endiablada de su prometido, agarrando su mano y ubicándola en su entrepierna :

-Bésame Armando, acaríciame, no me interesa que nos vean, vamos, acaríciame

Obediente como nunca, el hombre apasionadamente la beso y con sus dedos la hizo suya de nuevo, sofocando con su boca y lengua los profundos gemidos de placer que provenían del Alma de Aurora.


Ya en la iglesia, ninguno de los dos escucho al Padre, que hablaba de la seriedad del sagrado matrimonio, de los compromisos que ambos adquirirían y miles de cosas más que no importaban a la pareja. Se casaban porque así lo había acordado Armando con Doña Clarita y porque ambos habían encontrado un punto en común: La lujuria e individualmente porque ambos habían conseguido lo que deseaban; Armando a una mujer joven, sumisa y bella y Aurora, ell hombre de sus sueños del cual se había enamorado, por ser como era ; apasionado y sexual.


Al desocuparse, decidieron ir a pasear, paseo que fue una tortura para ambos, ya que lo menos que querían era conversar y mirar el paisaje. A eso de las 8 cuando ya oscurecía, Armando la dejo en su casa.

-Mañana tengo negocios que atender en Santiago, no nos veremos hasta el viernes. Cuídate y recuerda, no te pongas más esa fastidiosa ropa interior.

Se despidió con un frío beso de su prometida y partió. Aurora quedo estática, mirando desde el portal de su casa como se alejaba el carruaje, con los ojos llenos de lágrimas, "¿Porque el era así, apasionado en el sexo pero tan frió en el trato normal?

La pobre llego enferma a casa, paso la noche afiebrada, delirando y llorando. Su madre ni se imaginaba que le ocurría, pensaba que se había agarrado algo en el paseo, pero lo de Aurora era mucho más grave: Se había hecho dependiente de Armando.


Al hacerla suya de esa forma, al besarla al mirarla con aquellos ojos, ese hombre le había echado el yugo a la pobre muchacha.

Mientras su madre desesperada mandaba a buscar al doctor, Aurora se aferraba a la única foto que tenia de su amado, besándola y mirándola fijamente, esperando que aquella imagen saliese del retrato y le sacase la ropa a la fuerza.

Paso todo el Jueves llorando y delirando, el doctor no entendía que le pasaba.

-Quizás sean nervios por la boda que se aproxima, misia Clarita.- decía contrariado el pobre anciano que con impotencia veía como su paciente se retorcía en la cama y lloraba como Magdalena.

La enfermedad duro hasta que el viernes en la tarde volvió Armando a visitarla. Aurora salto de su cama , se tiro a los brazos de su prometido y agitadamente le suplico entre murmullos:

-Sácame de aquí, Armando, llévame a tu casa, por favor.

-Esta bien, vístete rápido y recuerda lo que dije sobre la ropa interior.

Velozmente, bajo los ojos observadores de Armando, Aurora se vistió y al rato, ambos bajaron de la mano y anunciaron sus planes de paseo a Doña Clarita. Esta , sorprendida por la asombrosa mejoría de su hija dijo:

-Pero la niña ayer estuvo muy enferma Don Armando...

-No se preocupe Doña Clara, lo único que necesita Aurora es aire fresco. La llevare a pasear a la playa, con permiso...

Y de la mano se la llevo corriendo cerro abajo hacia su casa en donde al entrar, subiendo las escaleras, ambos se sacaron a tirones la ropa. Al llegar al living, ya estaban desnudos, el se apegaba a ella mordiéndole el cuello y apretando sus pechos con furia mientras Aurora acariciaba con su mano el duro sexo de su pareja que rozaba sus nalgas. Armando la soltó , se sentó en el sillón y con la mirada, si mediar palabra la llamo ,luego acostándose en los suaves cojines de terciopelo verde esmeralda le pidió que se pusiera arriba de el.

-Ven, Aurora, hoy te tomare así, Súbete arriba mío

Ella caminaba febrilmente hacia el sillón...estaba extasiada con la vista del cuerpo desnudode su amante, con la pasión que palpitaba en sus palabras y lo imponente del sexo de Armando....Lentamente,apoyando las manos en el pecho de su pareja, se ubico arriba de el y con un gemido al unísono, ella fue penetrada.

Los dos estaban como poseídos, Aurora saltaba sobre Armando, el que se retorcía, sentaba y mordía los pechos de ella, cuando no, levantaba las caderas para llegar profundo dentro de la muchacha. Abría los ojos y la miraba gozar, aumentando así su excitación y llevándolo a tomar las suaves caderas de Aurora fuertemente, para subirla y bajarla al ritmo del movimiento frenético de ambos.


Armando se resistía a caer bajo el orgasmo, quería extender aquel momento lo máximo posible, hasta que no le fue posible y explotó dentro del cuerpo de una extasiada Aurora. Ambos cayeron rendidos el uno al lado del otro y por primera vez, Armando la beso dulcemente.

-Soy tu dueño, Aurora, eres mía, mía....- le confidenciaba con la respiración aun agitada, mientras le acariciaba el cabello

Ella se emociono profundamente al escuchar esas palabras, se refugio en su agitado pecho y se apretó a el, queriendo embeberse de su sudor. "Pronto estaremos casados y nada nos separara".

Aurora sabia que el no la amaba, pero mientras el la hiciese suya todas las noches, ella seria feliz...

lunes, 26 de noviembre de 2007

Soy tu dueño, Aurora. Capitulo II


El tic-tac del reloj retumbaba en los oídos de Aurora y aumentaba el dolor de su cuerpo. Había sido desgarrada por la bestialidad del hombre que amaba. ¿Por que lo amaba?, no lo sabia, lo que si sabia es que ese hombre prendía el fuego en ella y que sus miradas la derretían. Lentamente se paro de la cama, afirmando la toalla húmeda contra su sexo que aun sangraba, camino con dificultad hacia el baño, en donde echo a correr el agua de la tina, para bañarse. Se saco lentamente el vestido, se desabrocho con dificultad el corsé y siguió con la ropa interior hasta quedar completamente desnuda. Probó el agua y la encontró ideal, helada, para apagar el fuego que llevaba dentro.

Al sumergirse en el agua, se sumergió también en sus recuerdos.... ¿Como eran las primeras citas con aquel desconocido al que habían elegido como su prometido?..Ah si... El llegaba a eso de las 4 de la tarde a la Casona que alguna vez el le quiso arrebatar a doña Clarita, en el cerro Concepción. Lo recibía su futura suegra, llena de elogios y atenciones y lo hacia pasar al living. Doña Clarita llamaba a su hija por la escalera y esta bajaba al principio rápidamente, por la emoción, y a mitad de camino alivianaba el paso para no verse tan desesperada. Caminaba por el vestíbulo y saludaba a su prometido. Un beso en la mejilla, rápido y seco, pues la madre estaba vigilándolos en ese entonces. Pasaban al living en donde se sentaban en sillones diferentes, mas o menos alejados, y hablaban de diferentes cosas

-Hoy he ido con Mamá a ver los barcos españoles arribar al puerto.- decía Aurora

-Mira tu, cuando nos casemos te llevare a viajar en ellos, has viajado alguna vez fuera de Chile?

-No, nunca, es mas, ni siquiera he salido de la región.- respondía sonrojada la muchacha

-Pues yo te llevare de viaje, para luna de miel nos iremos a Italia, te parece?

-¡Si, si! quiero!!

Las promesas de aquel hombre emocionaban a Aurora, pero no mas que las miradas y sonrisas que el le dedicaba, las cuales no eran dulces, es mas, estaban llena de maldad, pero a ella le encantaban, la subyugaban y la erotizaban.


El trato entre ellos fue distante al comienzo, por la constante vigilancia de Doña Clarita, pero al ella ceder a las indirectas de Armando, empezó a dejarlos más tiempo a solas. En esos ratos, Aurora pasaba a ser la inocente presa y Armando, el feroz lobo hambriento. Ella ya no se sentaba en el sillón de al frente, se sentaba al lado de el y el la agarraba del cuello suave, pero firmemente, acercándola a su boca para poder comérsela

Esos eran los momentos favoritos de Aurora, la cual gemía mientras el la besaba con pasión, introduciendo su lengua dentro de la dulce boca de su futura esposa. Esos gemidos provocaban que Armando la apretara contra si y que aumentara la pasión de sus besos, llevándolo al límite de la excitación. Aurora, cuando se percataba de que el asunto podría pasar a mas, se escabullía hacia un lado o se paraba para ir a la ventana y le decía:

-Antes de casada no, Armando, por favor

Y el quedaba estático en el sillón, con el fuego en el cuerpo y furioso por no poder saciar sus ansias con la que se casaría en unos meses mas. Entonces se paraba, tomaba su bastón, su sombrero y abrigo y se marchaba tirándole un frío "Adiós" a Aurora.

¿Donde iba el?, a donde pudiese descargar su pasión sin restricciones, a cualquier prostíbulo decente que estuviese abierto. Tomaba a la prostituta mas joven, buscando un leve parecido a Aurora en ella. La llevaba a tirones al cuarto en donde la tomaba con furia animal, con los ojos cerrados y tirándole el cabello.

Aurora en su candidez aun adolescente, imaginaba lo que hacia su prometido después de sus ardientes visitas y para evitar que el corriese a las piernas de las prostitutas del puerto, decidió ceder un poco. A la siguiente visita, al comenzar Armando a besarla, lo dejo excursionar debajo de su falda. Ella se recostaba sobre el sillón, separaba un poco sus piernas y el hacia el resto. Se acomodaba al lado de ella, y su mano empezaba a tantear terreno, acariciando firmemente los suaves muslos. Después, al subir los besos de intensidad, las caricias hacían lo mismo. Armando lentamente acariciaba el sexo de Aurora, abriéndose paso con los dedos hacia adentro, donde tanteaba suavemente su virginidad, mientras esta gemía de placer y dolor.

Con cada visita se ponían más atrevidos...una tarde, Armando entre besos y caricias, bajó, besando los pechos cubiertos, el torso encorsetado y el vientre desnudo, hacia el sexo de Aurora, el cual beso con pasión, lamiendo su dulce elixir. Ella, gemía, apretaba los almohadones del sillón y se contorsionaba mientras el se deleitaba con las reacciones de la muchacha, se reía y seguía con su tarea, disfrutando el manantial que salía de ella y como aquel botoncito de carne se endurecía entre sus labios, todo hasta que ella, entre jadeos ahogados y movimientos violentos , llegaba al orgasmo.


Después era el turno de Aurora. Armando se sentaba en el sillón, abría el cierre de su pantalón y tomando la mano de Aurora, la introducía dentro. Ella estaba maravillada, tocaba, sentía y disfrutaba ver la cara de placer de su amado mientras ella, lentamente movía la mano de arriba hacia abajo afirmando fuertemente el sexo de Armando. El, por mientras, la agarraba como antaño del cuello y la besaba, sintiendo ella en sus labios, el dulce sabor de sus fluidos. Los movimientos con cada beso iban in crescendo, hasta que Armando explotaba, mordiéndole los labios entre gemidos apagados y miradas de deseo.

Así eran sus citas, apasionadas y lujuriosas, pero no pasaban a más. Ella se entregaría a el cuando estuviesen casados, antes no. Pero no fue así, esa tarde, las caricias no fueron suficientes para Armando, y en un ataque de locura pasional, la subió a la fuerza hacia su cuarto y la desvirgo con furia. "Hubiese querido que me hiciese el amor, que me besara durante el acto igual como el besaba mi sexo en las citas vespertinas", pensaba Aurora mientras sumergía la cabeza en el agua.

Pero aun así habiendo sido su primera vez tan brutal, al vestirse para acostarse, los recuerdos de aquella tarde inundaron la cabeza de la joven, llevándola a tocarse mientras recordaba a Armando arriba suyo, embistiéndola, desgarrándola y repitiendo su nombre con la respiración agitada...

-Aurora, Aurora...


Fin Capitulo II

Soy tu dueño, Aurora. Capitulo I

Aurora yacía en la cama de su cuarto mirando el techo, aun agitada por lo que había pasado hace algunos instantes. Apretaba las ensangrentadas sabanas llorando de amargura y pena, no por lo que había acontecido, sino como había terminado. Se había imaginado aquella ocasión diferente; abrazos, besos y suspiros. Pero no....

Armando, su prometido, se limito a encerrarla en la pieza, amordazándola con su propia mano, tirándola a la cama y subiéndole el vestido mientras que con la otra mano, rápidamente se deshacía de sus pantalones.

-Aurora, Aurora

Solo se limitaba a repetir su nombre, una y otra vez, mientras entraba por primera vez en ella, con furia y deseo. La pobre futura novia, solo atinaba a colgarse con fuerza del cuello de su amado, gimiendo de dolor y emocionada, porque aquella era su primera vez. Al caer fulminado ante el orgasmo, armando, aun agarrando fuertemente el cabello de su prometida, se hizo a un lado, mirando el techo y normalizando su agitada respiración. Aurora hacia lo mismo, pero con los ojos cerrados, palpando su adolorido sexo y esperando que Armando la besase, cosa que no ocurrió. El se limito a mirarla por un segundo, caminar para el baño y pasarle una toalla mojada para que limpiase la sangre de sus muslos, sangre que era la prueba de la pureza de la joven

Limpiándose el frente a ella, solo preocupándose de sacar todo rastro de lo que había pasado hace algunos instantes, aun sin mirarla le dijo:

-Mañana terminamos de finiquitar los detalles de la boda, vendré a las 4. Estate lista para ese entonces

Se arreglo la ropa y partió, dejando a Aurora tirada, con las piernas abiertas colgando del borde de la cama y con las enaguas manchadas de sangre y esperma.

En la soledad de su cuarto, escuchando solo el tic-tac del reloj, Aurora comenzó a recordar el día que conoció a aquel cruel hombre del que estaba perdidamente enamorada. Armando Backhaus apareció en su vida justo el día después del entierro de su padre, don José Samuel, un 21 de septiembre de 1878. Este Hombre alto, trigueño y de bigote bien cuidado, llego con un gesto grave en la cara a hablar con doña Clarita, madre de Aurora sobre las deudas de juego que su difunto marido había contraído con el. La pobre mujer perdió la razón con la noticia que aquel extraño le había comunicado..

-Pero es mucho dinero señor y José Samuel nos dejo en la ruina.- decía la pobre mujer entre lágrimas

-Lo siento pero deudas son deudas. Yo necesito aquel dinero, soy un hombre de negocios y usted comprenderá…

-Si, claro, por supuesto...pero por favor...dennos algún tiempo...

Y le dio ese tiempo, 2 meses, dos meses que pasaron volando sin resultado. Doña Clarita había tratado de conseguir aquella cuantiosa cantidad de dinero vendiendo joyas, muebles y reliquias familiares, pero aun así no consiguiendo el total para saldar la maldita deuda. Armando volvió puntual a pactar lo prometido y al escuchar los lamentos de la viuda, respondió fríamente

-Y aun hipotecando la casa estaría usted pagando el 100% de la deuda señora... ¿que haremos entonces?

-Yo ya no se que hacer señor Backhaus, ya no tengo que vender ni donde pedir dinero

El miraba a su alrededor, caminando por el living de la casa mientras doña Clarita trataba de apelar a sus sentimientos, cosa en vano ya que el no la escuchaba y bien poco le interesaban las desventuras que fuese a pasar aquella mujer. Cuando llego frente al ventanal, al correr las cortinas, vio sentada en el pasto leyendo, la mujer mas bella que sus ojos hubiesen visto: De largos rizos negros, piel palida como nieve con leves tintes rojos en las mejillas y ojos cafe chocolate . Quedo ensimismado, mirando a aquella belleza, hasta que una chispa se encendió en su cabeza...

-Doña Clara.... ¿quien es esa muchacha?

-Cual.- dijo parándose.- ah si...es mi hija, Aurorita, Lo único que lindo y de valor que me dejo este desgraciado

-Me gustaría conocerla... ¿seria posible?

Al mirarlo, Doña Clarita entendió todo....había encontrado la solución a sus problemas, su adorada hija Aurora. Mataría dos pájaros de un tiro: Conservaría su casa y casaría a su hija con un hombre de bien. Rápidamente salio a buscar a la muchacha al patio para presentársela a aquel hombre

-Mira mi niña, este es don Armando Backhaus, fue conocido de tu padre

-Un gusto conocerla señorita.- la saludo galante besando su mano

La chica quedo impávida, sintiendo aquellos labios besando su mano. Una corriente eléctrica corrió por todo su cuerpo, haciéndola tiritar y cubriendo su rostro de un fuerte rubor.

-El gusto es mío Señor Backhaus.- respondió bajando la cabeza y sonriendo de nerviosismo

Ese rubor termino por conquistar al frió Backhaus, el cual, después de pasar un rato conversando de tonterías con Aurora, le hizo la propuesta a la viuda.

-Le tengo una propuesta Doña Clara....su hija a cambio de la deuda que tenemos

-¿Como dice usted?- respondió haciéndose la desentendida

-Fácil, usted me entrega a su hija en matrimonio y yo saldo la deuda que tenemos, ¿le parece?- le respondió mientras prendía un puro

Se hizo un poco de rogar la viuda, mientras que en su interior daba gracias a dios por aquello. Accedió encantada y mando a llamar de nuevo a su hija, esta vez para anunciarle el compromiso. Al darse por enterada, Aurora, aunque gustaba de aquel hombre, se asusto de sobremanera. No tenía presupuestado casarse, mucho menos cuando la muerte de su adorado padre estaba tan presente.

-¿Y cuando seria aquello madre?- pregunto tímidamente la joven

-No se preocupe Aurora, será en algún tiempo mas, unos 4 o 5 meses, aproximadamente.- contesto Armando con una maquiavélica sonrisa en los labios

-Pero...Apenas nos conocemos

-Tendremos tiempo suficiente para conocernos, no se preocupe, por lo pronto, pasare a diario por acá para acompañarla, charlar y conocerla mas

Pero a el no le interesaba conocerla mas, el ya había visto lo que quería de ella, su cuerpo, ser su dueño...y si lo seria. Armando Backhaus siempre obtenía lo que quería.

Fin Capitulo I

jueves, 22 de noviembre de 2007

Candelaria & Emile : Capitulo II


Candelaria miraba al vacio, con un gesto de fatalidad y pena infinita. Murmuraba algo inentendible seguramente estaba llamando entre murmullos a su Louis. Solo reacciono cuando el niño empezo a quejarse.

-Debe tener hambre, venga para aca mi angelito.- dijo tomandolo entre sus brazos

-Ya decidiste que nombre ponerle?

-Se llamara igual que su padre ; Louis Amadeo Brihier, No importa que el no haya alcanzado a reconocerlo, llevara el apellido de su padre.

Candelaria sabia que el pequeño hijo de Brihier con su esposa, Teresa, igual se llamaba Louis, pero ¿que mas daba?, los dos medios hermanos llevarian el mismo nombre con orgullo.

-Si, con orgullo, porque el no asesinò a aquellas personas....Yo lo se, no era parte de su personalidad, el hubiese sido incapaz de matar a alguien. El era especial, pero no una bestia asesina..

Mientras amamantaba al pequeño Louis, con una melancolica sonrisa en los labios, siguio recordando

Eramos tan felices juntos!!. Lo solia esperar mirando por el balcon de mi dormitorio, y al verlo acercarse de Sotomayor hacia aca, creia volverme loca de emocion. Bajaba corriendo las escaleras para esperarlo en el portal de entrada y al estar frente mio me tiraba a sus brazos y lo besaba con pasion. Rapidamente llegabamos a mi dormitorio y entre besos y abrazos nos desnudabamos. Horas infinitas pasabamos acariciandonos de pies a cabeza,besandonos y entregandonos. Despues, dormiamos un poco y al despertarnos, ibamos juntos al local en donde el se sentaba en la barra a acompañarme, entre besos y licor.
Pasamos esos casi dos años amandonos a concho, mientras nos alcanzaba el tiempo, porque de dia, el era de otra....

Bajo la cabeza, se mordio el labio mirando a su hijo y recordo una escena que le quedo marcada en su memoria...

Era un lunes, lo recuerdo clarisimo, ya que Jeanette y yo ibamos camino a la casa con bolsas cargadas de verduras........ era lunes, dia de feria. Se nos habian olvidado las manzanas, asi que decidi ir sola al puesto donde las vendian a buscarlas. Iba corriendo con la bolsa de vuelta donde Jeanette , cuando pare en seco al ver a Louis, del brazo con su mujer.

A pesar que sabìa de su existencia, fue demasiado fuerte en impacto de ver a MI hombre del brazo de aquella mujercita estrafalaria y de modales forzados. Quize gritar, agarrarla del pelo y abofetearla en el suelo, pero no lo hize...no pude. Estaba congelada con la bolsa de manzanas en la mano, mirandolos como se sonreian y miraban. Cuando derrepente, al girar el la mirada, me vio, parada como estupida, observandolos. Algo le dijo a su mujer y se acerco a mi a paso apurado. Yo , en un ataque de locura, por el corazon herido ante tal escena, solte las manzanas, las que rodaron por el suelo y sali corriendo hacia algun callejon, con el pecho apretado y jadeando por la falta de aire. Me refugie en aquel humedo lugar, creyendome protegida y sola, pero el me encontro, sentada en el pavimento, con las manos en la cara, llorando desesperadamente. Se acerco a mi, con la respiracion agitada de tanto correr, se arrodillo al lado mio y me abrazo con ternura

-
Mon petit fille...perdoname, perdoname...Yo te amo

-No me dejes nunca Louis, por favor!, nunca nunca nunca!!

-Nunca...nunca mi niña...

Y desde ese dia, no se paseò mas con Teresa por las calles de Valparaiso , "por respeto a ti, porque te amo y no quiero que vuelvas a sufrir por culpa de este tonto frances" me dijo.


Los meses subsiguientes, fueron normales. El llegaba a la casa a eso de las 12 de la noche, cuando no a las 9 o 10 y pasaba todo el tiempo conmigo o charlando con los amigos en el local. Solo recuerdo un incidente fuera de lo comun, que fue cuando llego con un tajo en la mano y la manga bañada en sangre

-
Estos desgraciados quisieron asaltarme, pero no los deje, me defendi con todo y mira...me quisieron apuñaral y les agarre el cuchillo por el filo

-Que horror!!..ven que llamare al doctor para que venga a verte esta herida!

-Mi amor.- me dijo tomandome de la cintura y atrayendome a su regazo.- esto no es nada, he tenido peores, ahora besame y vamos a tu cuarto...

Asi era el, apasionado "como todo Frances" me decia el. Estaba enamorado de mis curvas, de mis pechos, de mis caderas.....besaba con devocion hasta el ultimo espacio de mi cuerpo. Se concentraba en mi vientre y me decia:

-
Dame un hijo Candelaria...

-Hablas en serio?

-Si mi amor...te adoro, y quiero que esa adoracion se haga carne con nuestras sangres mezcladas en un niño

-O niña...

-Niño...yo solo engendro niños.- me respondio entre risas

Con el pensamiento lleno de sueños, pose mi cabeza en su pecho, imaginando aquel acontecimiento: Un hijo! de ambos!... hermoso ser que vendria a alegrarnos la vida. Juntos, si juntos....algun dia dejaria a esa mujer y se casaria conmigo. Seriamos una familia, tendriamos nuestra casa y criariamos muchos hijos...sueños...dulces sueños..


Ves por que la noticia de mi embarazo me emociono tanto Catalina?. Crei morir de alegria el dia que se me confirmo lo que esperaba con ansias...

-Claro amiga que recuerdo....estaba contigo esa tarde.- le dije sonriendo

Candelaria se habia sentido mal durante dias, pero escondio a Louis sus molestias

-No es nada mi amor...bajas de presion, cosas de mujeres, tu sabes.- le respondia

Lucia blanca como nieve, pero con una sonrisa candida en sus rojos labios, sospechando el motivo de sus malestares. La cosa no fue oficial , hasta el doctor Mc Iver (doctor de cabecera de las "niñas Alegres" y Jeanette) lo confirmo

-Felicitaciones mi pequeña, usted sera madre

-Candelaria!.- dijimos Jeanette y yo sorprendidas por aquella revelacion

-Un hijo...el hijo que tanto quiere Louis!

Estaba tan feliz Catalina!, derrepente aquel frio invierno se convirtio en florida y tibia primavera. Estaba emocionada y moria por contarselo a el. Como siempre, lo espere sentada en el balcon, mirando con impaciencia por ambos lados a ver si se aparecia...Nada

Pasaron las 10, las 11, las 12....las 1! y yo aun sentada en aquel frio balcon esperandolo, hasta que Jeanette me vino a buscar al cuarto

-
Mi amor, quizas tuvo algun problema, por eso no vino, vamos al local..quizas llegue alla

Estaba preocupada....y que si lo habian tratado de asaltar de nuevo? y que si esta vez lo apuñalaron?. La incertidumbre me mataba, no podia trabajar bien, no atine a ninguna melodia al piano, confundia los tragos y los derramaba. Jeanette me miraba preocupada desde una esquina y se acerco a relevarme

-
Anda a recostarte, mi vida, si llega Louis, le dire que vaya a la casa a verte.

Me dirigia hacia la casa, cuando llego Leonardo y me agarro de los barzos con cara de espanto y aliento contenido de tanto correr

-
Cande! Candelarita....No sabe de lo que me enterado en el centro...mija!, venga para aca y sientese.

El estupor en sus palabras hicieron que la gente presente se acercara a escuchar lo que tenia que contar...eramos en y yo sentados y rodeados por un circulo de curiosos, expectantes de saber que iba a contar Don Leo.

-
Mi estimada amiga, tiene que ser fuerte...yo..

-Louis....que paso con Louis...digame!!!

-Al amigo franchute....lo han arrestado esta tarde

-Arrestado??? y por que??!!.-le respondi a punto de perder la razon

-
Dicen que por asesino, que trato de matar a un dentista en la plaza Anibal Pinto y.....

Ahi no escuche mas....me pare lentamente de mi silla y me dirigi a la puerta, bajando las escaleras con toda rapides para ir en su busqueda, gritando como loca

-
Nooo no!!... el no es un asesino!, tengo que ir a buscarlo, el es inocente!!

Me retuvieron Jeanette y Consuelito, mientras lloraba y gritaba como loca...tenia que ir a su encuentro fuese como fuese!., Tanta fue mi exaltacion que cai inconsiente en los brazos de mi madrina.

Todo me parecia tan surreal...no lo podia creer, el NO era un asesino, lo estaban culpando injustamente....y ahora su destino se veia incierto....que pasaria con el? conmigo?, con el hijo que llevaba en el vientre?

Ahora, en la distancia, recordando, me siento aun mas perdida de lo que me senti aquel dia...lo unico que me consuela es el dulce recuerdo que me dejo....este precioso hijo...mi hijo...nuestro hijo.

Con gran ternura, Candelaria puso al frente suyo a su primogenito, lo miro largamente, viendo todos los rasgos de Brihier en el mientras suaves lagrimas caian de aquellos tristes ojos, que solo unas horas antes, habian visto por ultima vez a aquel hombre que le robo el corazon...y que se lo llevo con el a la tumba.


Fin parte 2