martes, 12 de febrero de 2008

Mon Amour, mon ami. Parte II



Gabriel pasò un a larga temporada en Estados Unidos antes de partir de vuelta a Francia a rodar sus películas. Fue mes y medio de conocernos más en todos los aspectos y de estrechar una profunda amistad que a veces condimentábamos con besos, abrazos y sexo.


En una de esas noches de pasión, John descubrió el idilio que habíamos mantenido en secreto por casi un mes. De sorpresa llegò a casa a ver a los niños y nos encontró desnudos en la penumbra de mi dormitorio. Yo no me hubiese percatado de aquello ,puesto a que ambos dormíamos rendidos después de una tarde apasionada, si el no me lo hubiese restregado en la cara la mañana siguiente

-Y tu?. Que haces aquí a estas horas

-Yo pase la noche aquí, durmiendo con Vitty y Sid. Y... veo que no fui el único invitado...

-De que hablas?

Se paró de la mesa, se acercó a mi y olio mi cuello.

-Perfume francés de hombre. Te hizo gritar "oh la la"?


Sorprendida y con la cara enrojecida lo mire y vi cuanto le divertía mi molestia.

-Ya mujer!, no te espantes ni te sientas mal. Quien soy yo para exigirte fidelidad y abstinencia?.


Aun lo miraba espantada agarrada de una silla.

-Anda, dile que venga a desayunar con nosotros. Tengo ganas de verlo y conversar con el.


Volví al dormitorio y lo desperté entre besos y caricias.

-Gabriel...despierta, vamos al comedor a desayunar con John

No pareció escuchar lo que dije , se desperezó, me abrazó y besó dulcemente y después, procesó lo que hace minutos le había dicho

-John? aquí?!.

-Si, ya sabe que pasamos la noche juntos.

-Viste si tenia algún cuchillo filoso cerca?

-Nada de eso!.- respondí riendo.- Me tomo de sorpresa también, pero bueno, no le ha molestado en nada.


Detrás mío y aun desconfiado de la reacción del díscolo Jake, Gabriel hizo entrada a la cocina.

-Que tal Gabriel!, tanto tiempo..- saludo de buena gana John, con el pequeño Henry en brazos.

-Bien, bien.- estrechó su mano sorprendido.


Y al rato estaban conversando de cine y proyectos, entre pan, galletas y te. Al tener un rato a solas con Jake le pedí por favor que no le dijese nada a Lionel al respecto

-No es asunto mío. De mi boca no saldrá, pero seria bueno que le dijeses.

-Tu bien sabes que no puedo. Imagínate donde se irían mis esfuerzos por salvar su matrimonio....


(En aquella época, después de la muerte de las niñas, el matrimonio de Lionel y Doris estaba en las rocas, y para salvarlo, me había alejado parcialmente de el. El que el supiese de mi idilio con Gabriel, solo empeoraría las cosas y precipitaría el fin de la unión)

Llego la hora de decir adiós. El tenia compromisos en Paris y yo una gira por Estados Unidos con la obra "Oliver Twist". Pero no paso un tiempo muy largo hasta que volviésemos a vernos, los viajes de un continente a otro fueron frecuentes durante 1913 y mediados de 1914, hasta que estalló la WW1. Entonces volvimos a lo de las cartas, esta vez esperadas con mas emoción y congoja, puesto que eran escritas por el desde las trincheras. Hasta que en día recibí una carta con diferente escritura en el reverso. En ella, una enfermera de nombre Estelle Bronte me comunicaba que el señor Gabriel Leuvielle había sido afectado por una bomba de gas pimienta y que se encontraba grave pero en franca recuperación en un hospital de campaña.


Histérica e impotente por no poder hacer nada, empecé a enviar cartas como loca y a esperarlas con ansiedad, desesperada desde mi hotel en Londres. Así nos hicimos amigos de Estelle, una joven parisina que fue a la guerra como enfermera por amor. Tal como se lo encargué, cuidó con atención y cariño, hasta que estuvo lo suficientemente recuperado para volver a Francia, esta vez sentado en un escritorio como secretario de guerra. Al verme imposibilitada de viajar a Francia, por el peligro que había al cruzar el canal de la mancha, tuvimos que conformarnos con cartas, hasta que en 1916, otra vez en visita sorpresa, llegó a Estados Unidos en donde yo tomaba mis merecidas vacaciones de "Theodore & Co"


-Heme aquí de nuevo, Mon Cherie. Me quedaré por una larga temporada en este país. Acabo de firmar un jugoso contrato con Essanay para más de 12 películas.

-Fenomenal! Felicitaciones!, se que América te amara!.


Colgada de su cuello lo miraba con admiración y atención. Se veía cambiado, mas arrugado, a pesar de solo tener 33 años, al igual que yo. También se le veía exhausto y se quejaba de dolores en el pecho seguido.


Al tiempo después, se le confirmo una bronconeumonía que lo llevo de vuelta a Francia, viaje en el que lo acompañe para asegurarme de que estuviese en buenas manos.


-Gracias por estar siempre a mi lado Allegra

-Para eso están los amigos, no?


Aun débil, sonreía con ternura y apretaba mi mano. La relación platónica, que después se había transformado en carnal, ahora era una linda y fuerte amistad.


En 1919, estuvo en mi boda con David y fue, junto a Lionel y John, de los únicos que bailaron vals conmigo.



En 1921, para el primer cumpleaños de Geronimo, nos visito en nuestra casa en Hollywood , haciendo reír a los niños y recordando viejos tiempos conmigo, besándome en la pieza de invitados.

-Esta será la última vez Ally, la ultima.

-Por que dices eso?

-Porque yo lo se, abrázame.


Lo abracé y mire el reflejo de su rostro en el espejo, Tenia la mirada perdida y la boca torcida en un rictus triste y fatal. Acaricie su espalda y de la mano lo lleve al salón en donde, mientras los demas le conversaban, el miraba al infinito, pensado en quizás que.



En 1922 volvió a internarse en un hospital, esta vez en Suiza, desde donde me escribió una conmovedora carta


"Ya no doy mas. A pesar del éxito que puedan estar teniendo por fin mis películas en tu América, esta maldita salud y las sombras que me invaden y que se hacen enormes de noche, me impiden sentir la alegría y regocijo que debiese estar sintiendo ahora."

Esa carta me preocupó de sobremanera, se le leía deprimido y desganado, por eso, fui a su encuentro a acompañarlo en sus días tristes. Al verme, los colores volvieron a su rostro

-Esa bomba de gas me dejo jodido de por vida.

-Lamentablemente, pero debes saber seguir adelante con esta tara, amigo. No te preocupes, eres fuerte y superaras todo esto y sabrás sobrellevar esta maldita salud.


Tomó mi mano y le dio una palmadita con la otra. Suspiró y con risa en los labios respondió

-Si, lo haré. Tengo tu apoyo y cariño…como decir que no?



Al año siguiente me sorprendió y alegró mucho la noticia de su casamiento con una joven mujer. Al no poder ir la boda, le mandé una carta dándole mis felicitaciones, buenos deseos y enviándoles mi regalo de matrimonio.


En las fotos que me envió de su luna de miel se veían tan felices!, y para que hablar del nacimiento de la pequeña!


"No caigo en mi felicidad. Ahora comprendo tu goce y regocijo al recibir en este mundo a tus pequeños. Es hermosa, y me llena de vida!"

Por eso, no entendía el porque de su decisión…







Lionel me miraba curioso por el profundo estado de consternación en el que me encontraba. Las lágrimas se me acumulaban en los ojos y mi mentón temblaba incesantemente.


-Amor, ya. Estará mejor donde esta ahora y...

-Si, si se, pero por que tenia que ser de esta forma?


Me abrazó y rompí por fin en llanto.

-Calma, Ally, calma...

-Yo lo quise tanto, fue mi amigo, mi confidente...



Al ver con la pasión que hablaba de el, se atrevió a preguntar:

-Tuvieron algo?

Me aferrè de su chaqueta, hundiendo mi cara en su rostro.


-Si.- murmure.- Fue corto, pero lindo, en 1913...



Acarició mi cabello, besó mi cabeza y dijo:


-Entonces vive tu luto, querida, pero déjame vivirlo contigo.


Entre risa y llanto, cerré los ojos y me acurruque en su pecho llorando, con la imagen del gran Max Linder, mi amigo, mi amante, en sus mejores días, cuando nos hacia reír y a mi soñar en sus brazos en aquellas tibias noches de luna llena, dando vueltas en mi cabeza.






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