Mon amour , mon ami. Capitulo I

Hay muy pocas personas que saben de la relación que tuve con Max Linder . John se entero casi al principio y Lionel lo vino a saber años después, en 1925 cuando recibí la terrible noticia.


-Hola...Allegra?

-Si, con quien hablo?

-Estelle.. De Francia.

-Estelle! que sorpresa!. Tanto tiempo, que cuentas?

-Nada bueno, mon ami. Es Gabriel...ha muerto

-Que?!

-Ha muerto. Se ha suicidado junto a su mujer.


No salían lágrimas, solo me latía el cuerpo completo y la sala comenzó a movérseme. Al ver mi cara de horror, David se acercò a mi y tomo mi mano.

-Ally?, Ally?, que ocurre?.

-Hola? Allegra?. Estas aun ahí?

-Si Estelle, acá estoy. Como ha ocurrido?

-Que paso ?.- preguntaba angustiado David.

-Espera un segundo.- dije al teléfono- Es Gabriel, David....ha muerto

-Como?!

Le hice un gesto de espera con la mano a mi marido y preguntè a mi amiga francesa como había ocurrido aquello.

-Ambos estaban muy mal, ya habían intentado suicidarse anteriormente, y esta vez por fin lo lograron...

-Y la niña?.

-Será criada por la familia Materna.

-Dios santo....- Mirè a David y dije.- Se suicidaron, el y su mujer.


El quedo horrorizado y mas aun al leer los sordidos detalles del suicidio (y homicidio) en el periódico: "Ingestión de Veronal, inyección de Morfina y cortes profundos en brazos y venas".


Yo pensaba; "Como aquella persona tan alegre y jovial que conocí el Paris en 1906 cometió tal acto de barbarie contra su vida”.

-Estaba deprimido. Las últimas veces que lo vi estaba abatido, al igual que su mujer. Había perdido todas las ganas de actuar y vivir.


La última vez que yo lo vi, en 1922, se le notaba un poco turbado, pero nada fuera de lo común. Se despertaba sobresaltado en la noche o se "iba de este planeta" durante charlas y fiestas. Al despedirme de mi amiga y colgar el teléfono, apoyé mi abatida cabeza en el pecho de David y comencé a recordar...


Paris 1906...

Estaba triunfando en las Follies Bergère. Tenia funciones noche por medio, y en una de esas, lo conocí. Recién empezaba en el cine como comediante, escritor y director. Por casualidad, la mesa de Max había quedado junto a la de Lionel y mientras este fumaba, el se acerco a pedirle fuego. Una cosa llevo a otra y ambos terminaron conversando y al final del show ya habían hecho buenas migas.


Solo al terminar de cantar, cuando trataba de recuperar el aire, me percaté de la presencia de este hombre, mirándome con una sonrisa en la cara y la cabeza apoyada en las manos.


Al estar libre de compromisos, me reuní con Lionel y ahí nos presento:


-Ally, querida, te presento a mi nuevo amigo Gabriel, más conocido como Max Linder. Es comediante, escritor director y...

-Fiel servidor de usted Mademoiselle!.- dijo galante besando mi mano.

-Encantada.- respondí sonriendo y afectada por un leve cosquilleo en todo el cuerpo

-Fenomenal su show Mlle Tassara. Es primera vez que vengo y he alucinado con la puesta de escena, las damas y su talento.

-Entonces espero verlo seguido por aquí.

-Es una promesa.- respondió sonriendo y tomando de su copa de vino.


Le sonreí de vuelta y luego apoye mi cansada cabeza en el hombro de Lionel. Las noches siguientes continúo frecuentándonos y nos conoció más a fondo.

-A si que ustedes no están casados...

-No, no lo estamos.- respondió Lionel

-Es mas, el esta casado, pero tenemos una hija y nos queremos mucho.

-Vaya, no me lo habría imaginado.

-Te has espantado Gabriel?.- Pregunto riendo Lionel

-Para nada, acá esa practica es mucho mas común que en América. No por nada somos la capital mundial del amor y la lujuria.- dijo con sonrisa picara.


Paso a ser amigo intimo de nosotros, visita habitué de nuestro hogar y uno de los "tíos" favoritos de Georgie, que reía a carcajadas con sus ocurrencias

-Otra vez tío Gabo!, otra vez!

-Ahh esta niña no se satisface con nada!. Ya Georgiè .- decía con su acento francés.- Esta es la ultima vez, o sino , caeré fulminado y estaré incapacitado de actuar de nuevo.

-Dale dale! solo una vez mas.

Y hacia su show a la niña, causando risas en todos. A la vuelta de John, este de inmediato se dio cuenta de los sentimientos de aquel francés por mí.

-Te apuesto todo el dinero que traigo en el bolsillo de que le gustas a Gabriel.

-No traes nada de dinero en el bolsillo John.

-Mira....1000 Francos, en efectivo.


Lo mirè sorprendida, puesto a que el nunca andaba con dinero y mas aun por su comentario. Había notado algo de parte de Gabriel, pero nunca imaginé que fuese algo como lo que John pensaba

-No seas bobo , no lo creo.

-No te digo yo?. Soy hombre y se eso de las miraditas de lujuria y gestos de perrito en celo. Este hombre quiere meterse debajo de tus enaguas...y no me gusta la idea.

-Estas haciéndome una escenita de celos?.- dije riendo

-Yo?, no...Solo te estoy diciendo que no me agrada la idea de imaginarte con otro que no sea mi hermano, en la cama.

-Eso son celos Jake!, jajajaja, pero no te preocupes. No pasarà nada.

-Lo dudo pero ya sabes lo que opino sobre eso. Aparte de las ganas que te tiene, lo encuentro un personaje muy agradable.

-Si que lo es.- dije mirando para el living en donde Gabriel jugaba con Georgiana.


Al partir, en Abril de 1907, fue a dejarnos al muelle. Se le notaba triste y afectado por nuestra ida. Al despedirse de Lionel, Doris, John y la pequeña Georgie, pidió quedarse conmigo a solas .

-No te vayas Allegra. Déjame despedirme de ti

-Claro, claro.

-Te extrañarè mucho.

-Yo igual Gabriel.

Apretó mis manos, se mordió el labio y me miró con los ojos brillosos.

-No te sorprendas si un día de estos me aparezco en tu puerta.

-Iras a visitarnos?

-Si, pero el día será una sorpresa.

-Te estaré esperando.- dije sonriéndole

-Y yo te tendré presente en mis pensamientos, siempre.


Beso mis manos con fervor y las soltó suavemente. Quedé observándolo a los ojos y en un arrebato lo estreché fuerte contra mi cuerpo. Al soltarlo quedo como muñeco de trapo apoyado a un container diciéndome "adiós" entre suspiros, mientras subía por la escalera al barco. Al llegar junto a John, este dijo en tono sarcástico.

-Vaya, con aquel apretón de cuerpo, lo tendrás jugando con la mano por un buen tiempo.

-John....- dije abatida, viendo por la proa a aquel hombre que dejaba en Francia.


Pasaron años para que volviese a verlo de nuevo, eso si, nunca perdimos contacto. Nos escribíamos cartas a menudo y en ellas derramábamos los sentimientos que teníamos el uno hacia el otro (eso si, le deje en claro que a el solo lo "Quería", puesto a que amarlo no podia...ya tenia el corazón ocupado de costa a costa con los Blyth).


Hasta que a finales de 1912, la correspondencia parò. Me preocupé al no tener por mas de un mes noticias de el y en una tarde de febrero de 1913, toco a mi puerta, como lo prometió en el muelle.

-Oh Dios!, Gabriel!!

-Te agradó la sorpresa?.


Estaba tiesa agarrando la manilla de la puerta, sintiendo el mismo cosquilleo que sentí cuando me besó la mano el día que lo conocí, pero con la diferencia que aquel cosquilleo era mas intenso y me hacia latir las sienes. Provocada por aquel palpitar y cosquilleo salté a sus brazos y lo besé apasionadamente, a vista y paciencia de todo el que pasase por afuera de la casa.

-Bienvenido, bienvenido.- le decía entre besos

Al separar nuestras bocas, con sus manos sosteniendo mi enrojecido rostro, besó mi frente, mi nariz, mis mejillas y mi mentón, para luego tomarme en brazos y llevarme al dormitorio.

-Lorena!.-dije agitada en brazos Gabriel.- Lleva a los niños de paseo. Después pasa a lo de Ethel. Vuelve a las 8

-Esta bien, Miss Allegra.

Dimos vueltas en las sabanas, en la alfombra, en la cocina, en el living e incluso en el patio. Después, aun extasiado, embebido por mi desnudez me confidenció:

-Desde que te vi cantar aquella noche que desee esto. Se lo pedí a dios de rodillas y por primera vez en la vida, me escucho.








Aquellas palabras retumbaban aun en mis oídos cuando tocaron a la puerta. Era Lionel con el N.Y times en la mano.


-Ally....vaya....veo que ya supiste la noticia.

-Parece un chiste de mal gusto. No, no puede ser.


Con las lagrimas y el lamento trancados en mi ser, miraba al suelo, recordando a aquel alegre hombre hacernos gracias a los niños y a mi...


Fin Parte I