domingo, 30 de agosto de 2009

Meet the Habsburgs : "The groom had 18 years old and the bride, sixteen..."

La casa estaba en silencio despues de todo el bullicio de la tarde. Franz J miraba a Carolath mientras sorbia su trago. Esta bajaba la mirada y sonreia con las mejillas arreboladas sintiendose como una adolescente. Ludwig se habia marechado y tecnicamente estaban solos, como hace tiempo no lo estaban.

-Y esta soledad durara mucho?.- pregunto

-No se, despende de Ludwig y lo que tenga que hacer...

-No me refiero a eso...

Hablaba de Victor, el amante de Carol desde hace mas de diez años.

-Esta en gira. Creo que vendra un par de meses. Pensaba unirme a el en Italia, pero con los recientes
acontecimientos, no me atrevo a marchar.

-Hmm...- respondio complacido con la respuesta

-Que calma es la que hay.- dijo la mujer cambiando de inmediato aquel "incomodo" tema

-Si, el que viene antes de la tormenta. Pronto se largara a llover.

-Entonces debes marchar. No querras agarrarte el chaparron.

-No tengo apuro. Y no me interesa mojarme en el camino.- contesto sonriendo

Se puso de pie y se acerco a Carolath la cual en aquel entonces, temblaba ante lo inevitable.

-Tu sabes que...?

-Que, que?. Ya han pasado bastantes años, ya no soy el hombre ansioso de antes. Yo solo..quiero
observarte...estar cerca tuyo.

Ella solo le sonrio y apreto la tibia mano de su ex amante. Suspiro y apoyo la cabeza en su hombro.

-Tengo miedo...-suspiro

-Miedo de que?

-No se. Nunca te ha ocurrido el sentir temor por nada en particular?

-Nunca. No hay que tener miedo de lo que no se conoce. De ser asi viviriamos asustados, y esa no es forma de vivir.

Suspiro y le encontro razon, pero, lo que Franz no sabia era lo que ocurria entre sus sobrinos y su hija.

Otto dormia placidamente mientras Sophie observaba la luna que a ratos aparecia entre las nubes. Se aferraba a el, aspiraba fuerte su perfume y suspiraba al tenerlo a su lado. A pesar de su estado y las
circunstancias, se sentia ganadora y reia de imaginarse a la insulsa de M. Josepha durmiendo en una gran cama semivacia.

-El es mio, siempre lo fue y siempre lo sera.- suspiro besando sus labios, causando en el una sonrisa de
dormido complacido y que la apretase mas contra si.

Se arrimo al tibio cuerpo de su amante y al cerrar los ojos, se remonto a los dias en que no le tenia cerca, cuando desbordaba su correo con cartas apasionadas y sentidas.


La mas cargada de emociones fue en la que le aviso que se casaria con Franz Ferdinand.


"...Amor: he sido puesta entre la espada y la pared en la mas terrible de las "encerronas". Dije que si, lo acepto, fui debil, pero no creas que no pense en las implicancias de aquella terrible union que tendre con tu hermano. Al menos ahora seremos libres de amarnos, discretamente, con el amparo que nos dara la bendita argolla que tendre en mi dedo como recordatorio de lo estupida que fui.

Cerre los ojos, lo juro por dios...y pense en ti"


Otto, al terminar de leer aquella misiva, fue inundado por unas ansias enormes de agarrar del pescuezo a su hermano mayor y ahorcarlo lenta, pero firmemente hasta acabar con su existencia. Luego, la releyo y sintio cierto placer morboso en pensar a Franz sintiendose triunfador, cuando no sabia lo que le esperaba.

Para al joven novio todo estaba resultando como miel sobre hojuelas. Disfrutaba mas que su prometida los preparativos, opinaba sobre todo, incluso de lo que no era de la incumbencia masculina.

-Creo que tu no debieses meter tus narices en cosas "de mujeres".- le reprochaba su padre

-Pero quiero. Quiero darle lo mejor a Mimi, para que jamas olvide este dia.

-Pero no deberia ella involucrarse mas en esto?

-Pues si, pero ya tiene bastante con el vestido y frusilerias. Pobrecita, esta abatida.


Y si que lo estaba. Trato tres veces de ir al regimiento de Otto para verlo, pero su madre le impidio aquello.

-Necesito ir para alla y explicarle todo cara a cara!.

-No tienes que hacer eso. Solo mandale una carta y ya. No creo que sea para tanto.

-Lo es madre!. Por favor...Juro que sera la ultima vez que lo vea.- dijo cruzando los dedos disimuladamente

-Tu sabes que eso es no ocurrira. Son primos, te casaras con su hermano, te lo toparas seguido.

Camino hacia un rincon y sintio un escalofrio recorrer su cuerpo. Callo y escucho como su hija sollozaba desesperada con los puños apretados y la vista clavada en el suelo. Bajo la cabeza y luego lentamente camino hacia Sophie. La estrecho contra si mientras esta repetia : "por favor, por favor".

-Mimi, hija mia...La distancia es lo mejor para el olvido. Creeme que sera mejor asi.

Casi horrorizada, miro a su madre y luego dijo , ofendida.

-Tu no sabes nada...NADA!

La empujo hacia atras y salio corriendo hacia su dormitorio para llorar de amargura. Con la pena y frustracion a flor de piel, solo dos dias antes de la ceremonia, le volvio a escribir a su primo...


"...Ya no aguanto mas. A veces me dan ganas de gritarles en la cara que todo esto es una farsa y que me deje llevar por los bajos instintos. Te necesito cerca, necesito saber que estas conmigo en esto o sino no podre con lo que se me viene encima..."

Otto, tan o mas angustiado que ella, le respondio :

"...Mimi, ten fe, Tu sabes que lo nuestro es mas fuerte que cualquier ceremonia o presion familiar.
Lamentablemente no podre estar ahi el dia de la boda (Franz lo ha planeado todo tan bien), pero en alma estare contigo, muy cerca, dandote toda la fuerza que necesitas. Piensa en mi todo momento, tal como lo has hecho hasta ahora. En la maldita noche de bodas, cierra los ojos y siente mis caricias y besos . Sere yo el que te posea y el que susurre entre suspiros y gemidos tu nombre al oido. Te amo..."

Con aquel pensamiento en la mente, llego al dia del matrimonio. Se vistio lentamente, con dedicacion se arreglo los blancos guantes de satin. Cerro los ojos y lloro algo al llegara la puerta de la catedral, colgando del brazo de Ludwig Viktor.

-No llores mas, pequeña.

-Entremos por favor?. Hagamos esta agonia mas corta.- respondio secandose las lagrimas y poniendo la mas seria de las miradas.

La caminata hacia el altar fue desagradable, la gente le miraba y susurraba. Al final, la esperaba Franz Ferdinand, vestido con sus mejores galas militares, con las mejillas arreboladas y la mirada languida. Estaba en extasis. Al llegar junto al novio, Mimi le dio una acida sonrisa y fijo su vista en el enorme cristo crucificado que adornaba el altar. Asi se sentia..crucificada, sacrificada. La gente miraba a la pareja que temblaba, ambos por diferentes motivos ; felicidad y desazon y muchos torcian la cabeza, se preguntaban y especulaban por que el apuro de la boda, porque, la novia solo tenia dieciseis y el novio dieciocho, aun unos niños...

Firme y casi ida, la joven paso toda la ceremonia con la mente en Salzburgo junto a Otto. Por su parte Franz estaba encantado y temblaba de pies a cabeza con cada palabra del religioso, tomaba fuerte la mano de su novia y al llegar el momento del beso la apreto fuerte contra si. Sophie solto las mandibulas y se dejo besar, apretando los ojos fuertemente y casi rasguñandole la casaca a su marido. Pensaba en Otto...

La recepcion le resulto agobiante, la gente que la felicitaba a ella y a Franz, patetica. Se refugio en la champagne que sobraba a mares y en sus padres que le acariciaban la mano confortantemente. El emperador veia todo de lejos junto a su mujer e hijos, sintiendose miserable y triste a morir por habersele arrebatado el derecho como padre biologico de llevar a su pequeña al altar. Franz Ludwig, su hijo mayor, noto esto.

-No estes triste. Mira que todo ha resultado bien y se le ven felices.- mintio para reconfortarlo.

-Tu crees?. A mi como que todo esto me resulta muy lugubre

Franz no se equivocaba. El baile de los novios tuvo el mas triste de los tintes. La novia bailaba con la mirada titilante y humeda y con una timida sonrisa en el rostro, mientras el novio irradiaba alegria y gozo. Todos notaban la melancolia de Mimi, menos Franz F, el cual parecia en otro mundo.


A eso de las 10, la pareja se retiro a su aposento nupcial. Lo primero que hizo Marie Sophie fue liberarse de aquel estorbante velo que le tiraba el cabello. Su marido respiraba pesado y caminaba lento hacia la cama , sacandose la casaca. Se observaron por unos minutos y la joven murmuro :

-Y ahora que se supone que debamos hacer?.

-Lo que los recien casados hacen.- respondio febrilmente desabrochando los botones de su camisa.

-En este punto, aquello no tiene importancia. Se supone que en esta noche la union se debe consumar, y como se han dado las cosas, nosotros nos adelantamos.

-Mimi....- dijo algo angustiado por lo que se veia, seria el fracaso de la luna de miel.

-Que?. Para esto me querias?. Para tenerme cuando las ganas te alborotasen las hormonas?.

-No, Sophie!. Tu sabes que las cosas no son asi. Yo te quise hacer mi mujer porque te amo, porque siempre lo he hecho, desde que tengo memoria. Porque siempre concebi que las cosas serian asi. Tu y yo unidos por el sagrado vinculo, con una gran familia...

-Gran familia?. Bromeas, no cierto?. Yo no quiero hijos.

-Que?!.- chillo algo espantado

-Me has escuchado. No quiero hijos. No los necesitamos. De nosotros no depende esta dinastia...

-Pero Sophie..

No le contesto. Se sento frente al tocador y comenzo a sacarse las joyas una por una lentamente. El pobre Franz la miraba desesperanzado y triste. Pero ya habria tiempo de convencerla, no podia ser posible de que su esposa no tuviese ni una pizca de instinto maternal. Suspiro y luego se acerco a ella para acariciarle los hombros.

-Ayudaras a desvestirme?

-Si, claro, esposa mia.- contesto mencionando aquellas ultimas palabras suspirando.

La joven se puso lentamente de pie y le dio la espalda a su marido. Este, al igual que la primera vez , casi le arranca la ropa y no resistio las ganas de besar apasionadamente aquella palida y suave piel. Al sentir el contacto de los tibios labios y el mostacho de Franz, Sophie dio un respingo y nuevamente se vio inundada de aquella exquisita sensacion en el vientre. Gimio , cerro los ojos, y al estar desnuda, dio la media vuelta y le beso.

A tropezones llegaron a la cama. Mimi le bajo los pantalones y se puso a horcajadas sobre el. Franz, por primera vez veia el cuerpo totalmente desnudo de Sophie y la vision le tenia transtornado y a punto de reventar de deseo. Enderezo su cuerpo y le acaricio los pechos, acercando su boca para lamerlos y besarlos. Por mientras, su mujer, aun con los ojos cerrados y pensando en Otto, agarro la tiesa intimidad de su esposo y la condujo al suyo, uniendose ambos en un rapido movimiento.


Se besaban apasionadamente y Sophie llevaba la batuta en el movimiento. Se apretaba a Franz, hundia la nariz en su cuello y en el sentia el perfume de amado. Era el el que la poseia, era su espiritu en el cuerpo de su hermano tomandola.

Por su parte, a cientos de kilometro de Viena, Otto, borracho a morir, entro a un prostibulo y eligio a la mas parecida a su prima.

-Esa..la rubia de rizos.- mascullo tambaleandose

La joven con caminar desafiante se acerco a el y le beso los labios. Rapidamente llegaron al cuarto y sin preambulos, la tiro sobre una butaca y cogieron brutalmente. El le tiraba de los cabellos y con los ojos cerrados , murmuraba :

-Sophie...Sophie...Sophie...


Su hermano hacia lo mismo, agarrandola fuerte de la cintura y levantando las caderas rapìdamente a medida de que se corria, al igual que su mujer. Esta cayo rodando a un lado , tratando de recuperar el aliento. Inaudiblemente llamaba a Otto, mientras aun en extasis , rasguñaba las sabanas. Franz le acariciaba el rostro y rozaba tiernamente la punta de su nariz contra la de ella. La noche de bodas se habia consumado.

Al dia siguiente la pareja, a pedido de Mimi, partieron a la casa vacacional del emperador en St anton para pasar un par de semanas en solitario. A pesar de la promesa que le habia hecho a su primo, la joven comenzo a abrir los ojos mientras hacia el amor con su esposo e incluso gemia su nombre en el acto.

Con cierto desconcierto por su actitud y por como los hechos se desenvolvian, Marie Sophie se encontro disfrutando de la compañia del "sosito" de su marido. Se entendian en la cama y fuera de ella, jugaban tennis por las tardes, tomaban el te juntos, pasaban las tardes tirados en el pasto conversando o leyendo libros y cuando la pasion les bajaba, se entregaban donde fuese y con total desfachatez.


Al terminar la luna de miel, ambos llegaron felices y muy abrazados a Viena. Ludwig y Carolath no podian creer lo que sus ojos veian.

-Que te dije, Ludwig. Yo sabia que Mimi terminaria por ceder y aceptar de buena gana esta union.

-Hmm...conozco a mi pequeña y se que hay algo raro por ahi.

-Tu crees?.- pregunto asustada

-Tu tambien conoces bien a tu hija...Dime...tu crees realmente que ella esta verdaderamente feliz con Franz?

Trago lento y meneo la cabeza en gesto negativo. Claro que habia algo raro ahi...

....Y no estaban equivocados.

Franz viajaria proximamente con su padre a Alemania. Sophie, alegando cansancio por las "extenuantes" jornadas en St Anton, pidio quedarse unos dias en Viena con su madre para despues unirse a su marido en Munich. Entonces, con "Ferdie" lejos de escena, podria viajar tranquilamente a Salzburgo a encontrarse con Otto. Ambos tenian todo friamente planeado. Mimi le iria a buscar y luego se dirigirian a la residencia que Franz Joseph les habia regalado a los novios en las afueras de la ciudad y pasarian un fin de semana ahi, amandose y recuperando el tiempo perdido. Ya era una mujer casada y podia hacer lo que le diese la gana. Ni su madre ni sus suegros podrian impedirlo.

Entonces, tal como estaba planificado, al dia siguiente de la partida de su esposo, Sophie, muy discretamente tomo el primer tren del dia y a mitad de la tarde, cubierta por una capucha de terciopelo negro, espero en la estacion a su amado. Puntual llego junto a ella y al verle, sonrio encantada de ver que se habia dejado crecer un poco espeso mostacho. Despues de un par de sonrisas y palabras inentendibles, se besaron apasionadamente y esperaron el tren de vuelta, apretandose ansiosamente las manos.


Al ingresar al tren se dirigieron rapidamente a su cabina y la cerraron firmemente.

-Cuanto he esperado esto, mi Sophie. Pero no...

-No que?. No empezaras con escrupulos ahora, a estas alturas!

-No son escrupulos, querida, es solo un jueguito.

Sonriendole picaramente entendio todo y se dedicaron a provocarse durante todo el largo camino, no aguantando a ratos las ganas de acariciarse y besarse. Al llegar a casa, corrieron escaleras arriba, muertos de la risa y al estar en el cuarto matrimonial, se despojaron rapidamente de sus ropas y se tiraron al suelo donde se unieron en la mas soberbia de las copulas. Sophie creia que habia alcanzado el punto maximo del placer con su marido, pero con Otto , la sensacion fue tan abrumante, sus movimientos tan violentos y sus palabras durante el acto, tan fuertes y excitantes, que en el climax, gimiendo casi sin aliento, cayo desvanecida, perdiendo el conocimiento por unos instantes. Al volver en si, todo le resulto insignificante comparado con las sensaciones que el le habia dado. Ya no habria vuelta atras...

Despues de horas amandose apasionadamente, al dia siguiente , casi al atardecer, salieron a galopar en las cercanias de la villa. A mitad de camino, la joven comenzo a quejarse de dolores y Otto tuvo que auxiliarla al esta sentirse incapaz de llevar las riendas de su caballo. Se le llevo rapido de vuelta a casa y llamo de urgencia al doctor de la familia el cual, despues de auscultarla, dio su diagnostico:

-Que le ocurre a mi prima?

-Nada malo. Solamente que debera de dejar el galope.

-Y por que?

-Porque su embarazo corre peligro.

-Que?!.

-Que no lo sabia?. Va a ser tio. Felicitaciones.

Helado y con una mezcla de sentimientos, sin despedirse del doctor, entro al cuarto en donde la joven, sentada en la cama miraba perdida la ventana.

-Mimi...

-Yo le dije que no queria familia. Y lo hizo a proposito. Yo no quiero ser madre...no quiero!.

-Calma, que ya veremos como solucionaremos esto.

-Ya no tiene solucion . Karoly lo sabe y de seguro se lo ira a decir a mi madre y a toda la familia. Que hare? que sera de mi vida?. Yo no quiero a este hijo, no lo quiero!!.- chillaba entre llantos.

Le abrazo y consolo acariciandole el cabello.

-Ya no me querras mas. Estare horrible y deforme.

-Que dices?. Te amare igual. Esto no sera impedimiento para seguir viendonos y amandonos.

-Juramelo.- susurro desesperada

-Te lo juro.- contesto besandola dulcemente.





Dulcemente le beso tambien para despertarla.

-Ey dormilona. Despierta.

-Estamos en Biarritz?

-Pues no, pero pronto lo estaremos.

-No hayo la hora de partir. Me siento tan incomoda en esta casa.

-Apenas te sientas mejor, partimos. Yo ire hoy a comprar los boletos para la proxima semana. Creo que a estas alturas ya estaras aliviada de tus penurias.

-Ya sabes como es esto, toma solo algun tiempo.

-Ire a buscarnos el desayuno. Muero de hambre.

-Cuida que nadie te vea, por favor.

-Calma. Que bajare por las escaleras de servicio y le dire a la servodumbre que no suban las cosas.

-Esta bien, apura.

Le guiño un ojo y cerro la puerta tras si. Sophie se aferro a la almohada y respiro hondo embebiendose del perfume de su primo. Cerro los ojos y sintio que abrian la puerta.

-Tan rapido?.....Tu..- contesto contrariada.

Era su marido , semivestido, el que la observaba triste y melancolico.

-Tenemos que hablar.- dijo suavemente.

No le respondio como de constumbre. Dejo que este se sentase frente suyo, incluso que le tomase las manos tiernamente, con todas las intenciones de reconciliarse, a pesar de la asquerosa traicion de ella y su hermano menor...


(Continuara....)



No hay comentarios: