miércoles, 30 de enero de 2008

Historia Alternativa: El intento de suicidio de Maurice Blythe



Bue, como saben algunos, participo en un foro buenisimo sobre la era eduardiana y victoriana y en el juego rol . Este consiste en mi siendo una actriz victoriana llamada Deirdre Montague, casada con el guapo Henry Montague y acosada por Maurice Blythe (cha naaaan!, el padre de Lionel y John). Si bien la historias tiene que ser recatada y encajar en el asunto de moral victoriana y tra la la, a los acontecimientos recientes, les he puesto un final alternativo que no sera visto en el foro, solo aca. Sientense y disfruten algo de Dominacion y erotismo victoriano..muajajajaja


"Estaba sentada y atacada con el corazón latiendo a mil. Venie apretaba mi mano y Henry me miraba consternado y preocupado.

-Que haré Henry?

-Has lo que sientas, amor mío. Si quieres ir a verlo, ve

-No, no no puedo!

-Son circunstancias distintas. Ve querida, ve con Venie.

-Esta bien....llevare mi rosario...Espérame Venie..

-Si, esta bien

Subí a paso rápido al dormitorio, busque el rosario y bajè apresurada. Me despedí de Henry con un beso apretado, el agarro mis manos y dijo:

-Reza por el

-Si, lo haré


En menos de lo que pensé, llegamos al hospital. Roge a la enfermera que me llevase a su habitación y al ver mi angustia, de la mano, me condujo hacia ella. Al abrir la puerta, el doctor lo estaba auscultando. En silencio esperamos a que terminase y al hacerlo, se acerco a mí.

-Es usted familiar del enfermo?

-No, pero soy su única amiga en la zona

-Ah..

-Y como se encuentra el?

-Aun es estado de sopor, pero sobrevivirá. Ya le hicimos lavado gástrico y de a poco esta volviendo en si. Un poco mas de Laudano que hubiese tomado y el ya no estaría con nosotros

-Puedo estar con el?

-Si, si, por supuesto, pero solo puede entrar usted, su amiga deberá esperar afuera.

-No te preocupes, ve tú, después lo veré.- dijo Venie

-Gracias.

El doctor se retiro, y con el la enfermera y Venie. Camine lento hacia el, ubiqué una silla a su lado, saque el rosario y comencé a rezar.


-Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita Tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa...

De repente, dio un salto y abrió los ojos de par en par....Me sobresalte y di un suspiro. Lentamente dio vuelta su cabeza y me observo incrédulo.

-Estoy alucinando, no cierto?

-No, estoy aquí Maurice.

-Deirdre...mi querida Deirdre!

-Por que hiciste aquello?

-Y preguntas por que?. Porque te amo y no concibo mi vida sin ti.

-Debes entender que yo estoy casada y...

-Y que?. No puedes amarme por el simple hecho de estar amarrada a ese idiota de Mann?

-No hables así de Henry...yo, lo amo.

-Y por mi...que sientes por mi?


Le brillaban los ojos y con ansiedad apretaba los vuelos de mi falda.

-Yo...

-Dime que me quieres Deirdre Fitzpatrick...Dime que me quieres, por favor...

-Claro que te quiero...te quiero como...

Se incorporo en la cama tambaleándose y apretando aun mas fuerte mi falda.

-Deirdre...Cúmpleme solo un deseo, y jamás volveré a molestarte.

-Que quieres?.- Pregunte angustiada por el tono de su voz

- No adivinas?. Algo que deseo con ansias y que seria tu ticket para no verme más.

-A que te refieres Maurice Blythe.- dije en tono molesto y temeroso.

-Déjame hacerte mía...

-Estas loco?

-No...Tú estarías loca si te negases. Será solo una vez, solo una vez.

-No abuses de tu estado, yo no puedo...

-No puedes, pero quieres....Recuerdas aquellas tardes tras bastidores, cuando te besaba y acariciaba los muslos.

-Cállate!. Me voy...veo que te sientes mejor, así que mi presencia esta demás...

Me paré indignada y al abrir la puerta, soltó

-Si tú cruzas esa puerta, mañana estaré muerto. Y te pesara en la conciencia. Como que me llamo Maurice Blythe.

-No me chantajees.

-Dee, mírame a los ojos y dime que no deseas entregarte a mi.

Lo mire fijamente y vi que en su mano tenia una navaja.

-Donde conseguiste esa navaja?

-La tenia guardada en mis pertenencias. Los doctores y enfermeras acá son demasiado flojos como para revisar los bolsillos de sus pacientes suicidas.

Tenia una sonrisa diabólica en su cara, y sus ojos, aun vidriosos tiraban fuego.

-Dame esa navaja Maurice.

-Te la daré solo si accedes a mis peticiones. De lo contrario, no dudare en rebanarme las muñecas.

-Dámela, ahora!


Abrió la navaja y se hizo un pequeño corte en la muñeca derecha

-Noo!. No sigas por favor...dame la navaja...haré lo que tu quieras...

-Sabia que tomarías una decisión sensata....ven...acércate. Pero antes, ponle pestillo a la puerta


Cerrando los ojos y mordiendo mis labios, puse el pestillo a la puerta, luego, lentamente camine hacia el, mientras me daba instrucciones.

-Sácate el abrigo...

Lo hice, mientras en mi mente trataba de borrar la imagen de Henry para no atormentarme mas, al terminar, camine hacia la cama, mientras Blythe ponía la navaja en la mesita velador, y hacia para atrás las cubres de cama. Quede parada estática frente a el, sintiendo su mano levantar mi falta y enaguas para posarse en mi entrepierna para acariciarla y estimularla.

-No sabes lo mucho que había soñado con esto ...ohh Deirdre...ves?. Tú dices que no me deseas pero tu cuerpo dice otra cosa...


Y era verdad. En ese instante me bloqueé y nada más existió para mi. Observaba hacia abajo como la mano se movía bajo mi pollera de forma ondulante y la cara de éxtasis de Maurice que disfrutaba cada contacto de sus dedos con mis tibias y húmedas carnes.

-Te gusta...no cierto?

Me mordí los labios y cerré los ojos, apretando los puños.

-Claro que te gusta....como te negaste tanto tiempo a esto?

-Maurice....Yo...ahhh.- decía entre suspiros y gemidos.


Siguió acariciando, tocando y explorando mi sexo, hasta que sentí desfallecer, afirmándome a la cabecera de la cama, con la respiración agitada. Al verme al punto del éxtasis, retiro su mano y al tenerla frente a si, lamió dedo por dedo, con lentitud y pasión. Jamás había visto algo así en mi vida, Henry jamás, al acariciarme abajo había hecho cosa tal. Me hirvió la sangre al verlo en aquella tarea e hizo que lo desease aún más.


Al terminar me miro y mientras hacia aquello, se deshizo de su ropa interior.

-Ahora si te haré mía Deirdre...

Me agarro de la cintura y me besó apasionadamente. Su boca aun tenia el sabor amargo del lindano, su lengua daba vueltas en mi boca y en la confusión de la excitación, el puso mi mano sobre su sexo y la movió a ritmo apresurado. Besaba mis mejillas, besaba mi cuello y mis ojos estaban pegados a lo que mi mano, con vida propia, hacia en la entrepierna de el.

-Súbete arriba mío....- susurro a mi oído.

Obediente me ubiquè en la cama a horcajadas sobre el, aun acariciando su sexo.

-Deirdre...Deirdre...

Lo besè de nuevo y fui marioneta en sus manos ….



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Maurice Blythe por si no lo conocian .







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