jueves, 18 de junio de 2009

Meet the Habsburgs : Monsieur Empereur"


Era mediados de noviembre de 1859. Entre visitas de Franz, de a poco Carolath hacia su maleta, llena de
resquemores y miedos por lo que fuese a pasar alla en tierras galas. Ella no conocia al emperador, pero por boca de Frau Von traut se habia enterado de que era un mujeriego y adicto al sexo

-Es un hombre terrible, Carol!. No espera ni un segundo para meterse bajo las faldas. Si la joven le gusta, ataca sin piedad

-Ya le conoces en persona?

-No , no, para nada. No he tenido "tal honor", pero vamos! que los rumores e historias picantes corren rapido por todo el continente. Pobre Eugenia, tiene dos cuernos del tamaño de los de un alce!

Aquello inquietaba mas a Carolath, no porque fuese un amante fiero, sino porque ella no iria a la cama con nadie que no le atrajese, tanto fisica como intelectualmente y no sabria como reaccionar ante un hombre vuelto bruto por la pasion.

-Se firme con el. Confio en tu temple. Tu manten siempre el sarten por el mango. A la larga el apreciara eso y si, las cosas se dan bien entre ambos, quien sabe, quizas hasta te conviertas en su favorita y por fin saques de la corte francesa a aquella fulana de Castiglione

-Quien?

-La mas famosa "putana" del imperio. La condesa de Castiglione. Que mujer mas arrogante!. Ella es la actual "queridita" de Napoleon.

Von Traut le hablo pestes de la mujer aquella, pestes que no eran mas que la pura y santa verdad. En esto Carolath vio un desafio y se propuso en ese instante, conquistar al emperador y echar de Francia a aquella mujerzuela.

En el dia previo a la partida, reinò la tension entre los enamorados. Carolath yacia desnuda en la cama mirando el cielo mientras Franz le acariciaba el cuerpo

-Por cuanto tiempo sera este viaje?

-Corto, cortisimo. No tengo muchas ganas de ir, pero...

-Entonces no vayas!. Quedate aqui conmigo...extrañare tanto tu presencia, tus caricias, tu perfume...

Beso el escote de la joven desesperadamente mientras ella se dejaba querer y bajaba las sabanas para darle acceso completo a su torso desnudo.

-Me extrañan mucho y bueno, han organizado con mucho cariño este viaje familiar.

El joven levanto la cabeza y le observo con la mirada perdida.

-Te ire a dejar al puerto.

-No puedes!. Por dios santo!, no pierdas la compostura!

-No te vayas, Carolath, no me dejes solo.- sollozaba con la cabeza pegada al pecho de ella y afirmandola con fuerza.

Pero nada de lo que Franz le dijiese la pararia. Ya de la incertidumbre y el miedo habia pasado a las ansias y ganas de llegar lo mas rapido posible a Francia, para ponerle las garras encima a aquel hombre, aun asi en el fondo de su alma se sintiese culpable por engañar a su enamorado.

.....Pero no le habia engañado del todo. Franz se habia adelantado y mandado a uno de sus hombres de confianza a seguirle los pasos a "SU" Carolath.

-No confio en el alcahuete este de Alexander. Tu iras a ver que hacen el y su familia.

-Tanto te preocupa lo que haga tu "pajarita"?.- contesto burlonamente el hombre llamado Dieter

-Su nombre es Carolath. Mas respeto con ella.- contesto mirandolo con furia y mascando las palabras

-Disculpa....- murmuro avergonzado

-Iras y veras que tiene entre manos este imbecil. Quiero todo con lujo de detalles. No te guardes ninguna cosa, lo quiero saber todo

-Esta bien..como tu quieras...





Carol desperto a las 11 de la mañana con los gritos de Miana siendo perseguida en el patio por su padre, el cual ya vestia ropa de civil y corria feliz tras la niña. Se levanto suavemente y camino hacia el balcon para observar la escena. Penso en su niña, Marie Sophie, la cual habia sido privada de aquello por su propio padre...

Cerro los ojos y se vio con 16 años en la corte francesa, vestida de encaje negro y rojo, captando las miradas de todos los asistentes. Era joven, bella y desconocida en aquel lugar y el color que vestia con total desenfado!. No paso mucho antes de que captara la mirada ansiosa de Napoleon, el cual le esperaba con muchas ansias.

-Es un honor y un gusto recibirla aqui, Mlle Drasche-Wartinberg .- saludo besando su mano

-El honor es mio. Ansiaba terriblemente conocerle..- dijo coqueta

Le sonrio y aquello fue suficiente para que, despues de un rapido vals, gracias a su secretario Felix
Bacciochi, se perdiesen en las inmensidades del palacio de Fontainebleau. Se encontraron a la luz de las velas en un amplio cuarto el cual, precisamente, no era un dormitorio. Carolath temblaba de nervios a pesar de haberse preparado mentalmente toda la tarde para aquel encuentro. Algo le habia tomado de improviso ; le habia gustado Napoleon y mucho...

-Por que tiemblas, pequeña. Me temes?

-Que dice!. Es solo que la situacion me pone algo nerviosa. Usted entendera...- dijo fingiendo algo de pudor

-Que dices!. No tienes nada de que preocuparte. Bacciochi se esta haciendo cargo de todo, ademas, esto no tomara mucho tiempo.

-Que pretende?.- dijo algo indignada

-Nada que tu no quieras.

La tuteaba. Ya se estaba tomando atribuciones con ella. Que descarado! , pero a pesar de ello , el le
provocaba sensaciones que solo penso tener por Franz.

-Usted es muy audaz, emperador.- dijo en tonito chistoso

-Lo crees?.- contest acercandose a ella

Se miraron a los ojos y lentamente acerco su boca a la de ella y le beso. Fueron mil y una cosquillas en el rostro por el mostacho y otras mil por todo el cuerpo al sentir aquella lengua aspera revolotear con la suya, ansiosa. Despues de un rato se despegaron y el de a poco fue poniendose de rodillas

-Y usted que hace?!.- pregunto confundida y aun algo embobada

-Algo que he querido hacer desde que vi su retrato...

Sin pudor, levanto las enaguas de la joven, a duras penas la rejilla de su crinolina y se metio bajo ella. Carolath estaba quieta y fria, no sabiendo que hacer, sintiendo como una nariz se restregaba contra su
vientre y como aquellas manos grandes apretaban sus nalgas con angustia. Despues sintio como
rapidamente deshacian la cinta que unia la entrepierna de su ropa interior y sintio la nariz bajar por su
intimidad. Luego, el toque ansioso de una lengua en ella y gemidos, mas gemidos, los de ella, los de el,
ambos en extasis.


Fue tanto el impacto de aquella "nueva movida" que la joven cayo hacia atras, apoyada a un mueble abriendo
las piernas para darle mas acceso a su admirador. Este la tenia firmemente sujeta, le movia violentamente y ambos estaban ya fuera de control. Al rato, Carolath exploto en el mas hondo de los gritos, seguida por Napoleon que quedo un buen rato aferrado a las caderas de la joven, recuperando el aliento. Luego, con poca parsimonia, salio de debajo de sus faldas, se limpio el mostacho con un pañuelo y volvio su mirada a la joven que estaba con las mejillas rojas y aun agitada, apoyada contra aquel mueble.

-Espero que este sea el primero de muchos encuentros entre nosotros. Ansio verla a la luz del dia, mañana. La mandare a buscar

-Si...si.- repetia casi sin aliento

Se acerco a ella y le beso profundamente antes de salir del cuarto y dejarla sola , casi en la penumbra, aun alucinando con lo que recien habia ocurrido.

Despues, cuando ya estuvo en sus cabales, volvio junto a sus padres, los cuales le esperaban expectantes

-Y...?

-Y que, padre?

-Donde estabas?.- pregunto con risa picara

-En el tocador. Tantas vueltas no me sentaron bien. - respondio sonrojada

-Ah. Ya veo. Pero a nosotros no nos engañas, pequeña. Ya nos hemos enterado de todo. Es cosa de verle la sonrisa al Emperador!

Napoleon, desde su puesto , observaba feliz y campante la fiesta, conversando con su secretario, los dos sonriendo, complices de lo que habia ocurrido en aquel tercer piso.

Carolath le miraba ensimismada, no entendiendo aquellos nacientes sentimientos por aquel hombre que era incluso mayor que sus padres y que de atractivo no tenia nada!. Al menos, en eso no le llegaba ni a los talones a Franz.

Al dia siguiente, despues de haber pasado la noche casi en vela, a primera hora, un carruaje fue a su
busqueda.

-Mlle Drasche-Wartinberg?

-Si?

-Vengo a buscarla. ...Para lo que "usted sabe"

Dio un respingo y observo a sus padres-.

-Anda, querida. Tu madre y yo nos dedicaremos a pasear por las bellas calles de Paris.- dijo el baron

-No no!!. Que espere un momento. Carolath, ven conmigo...

La pareja se dio una mirada complice y luego, entendiendose entre ellos, la mujer llevo a volandas a su hija al baño. Luego le paso una barrita y dijo:

-Toma. Moja esto y untalo "ahi".- dijo con algo de rubor en las mejillas

-Y para que?.- pregunto extrañada y casi espantada

-No preguntes y hazlo

La mujer salio del cuarto y quedo sola ahi con aquella barra en las manos. Hizo lo que su madre pidio, luego fue hacia su cuarto, tosio dos veces de nervios y busco su bonete y manguito. En el camino penso en mil cosas, entre ellas en que estaria haciendo Franz, si ya le habia reemplazado con otra o peor aun, si su mujer le habia recibido en su lecho nuevamente. Batio la cabeza molesta y de pronto se vio a las afueras de Paris en una mansion preciosa. El cochero le ayudo a bajar y la encamino hacia la puerta. Ahi le recibio una sirvienta que le condujo hasta el segundo piso, a la mitad de un pasillo.

-Le esperan en la primera puerta a la izquierda.

-Gracias...

Camino hacia la puerta aquella y timidamente golpeo. Sintio unos pasos dentro del cuarto y la puerta se abrio. Se sonrieron, la tomo del tallo de la cintura y la acerco a el para besarla. Luego cerro la puerta y se dirigieron hacia la cama en donde el se sento y ella quedo en pie.

-Hoy quiero conversar contigo, conocerte mejor

La joven suspiro y se saco el sombrero.

-Que exactamente quiere saber de mi, su majestad?

-Ya se su nombre, pero quiero escucharlo de sus labios...

Rio algo nerviosa y luego suspirando, dijo :

-Mi nombre es Carolath Margarite Fransiska...

El hombre se puso de pie y comenzo a desvestirla. Ella paro en seco y el exigio :

-Anda, sigue. Que esto no te detenga.

Silencio, nervios, expectacion, deseo...

-E..esta bien.- suspiros.-. Mi nombre es Carolath Margarite Fransiska Drasche-Wartinberg. Naci en Viena, Austria donde aun vivo , hace 16 años atras. Yo...

El hombre con una habilidad extraordinaria la desnudo antes de que ella terminase de contarle brevemente su vida, luego la sento en su regazo y acaricio el rostro.

-Eres hermosa...

-Y usted es un galan.

La mano de este se perdio en la entrepierna de Carolath y esta dio un respingo de molestia y dolor

-Calma, que sere bueno contigo, No tienes de que preocuparte. Ya veras...

Entonces entendio la treta de su madre y recordo algunas historias de Frau Von Traut sobre el Alumbre...

Docil, tal como lo fue con Franz, se entrego a los deseos de Napoleon el cual la hizo violentamente suya, olvidando la supuesta virginidad de su nueva conquista. Ensimismada, atontada, adolorida y embriagada con el perfume de su amante, miraba hacia la ventana el cielo azul, pensando en mil y una cosas y en cada una de ellas, Franz. Luego trato de pararse àra ir al baño y vio coo nuevamente habia sangrado. Dos veces desvirgada, asi se encontro, mirando con pavor aquella carmesi mancha

-Es normal, les pasa a todas. No tienes de que temer.

-Yo....

-Ahora todo sera disfrute y placer, pequeña. Yo te enseñare...


Y asi fue. El era todo un maestro, erudito, mucho mas que Fran Von Traut, quedando muchas veces muda con las sugerencias que el le haia, mas no espanmtada, mas bien encantada de aprender mas y de disfrutar de aquello como niña con muñeca nueva. Era feliz, muy feliz mientras estaba con el, pero la pena y angustia venia de noche, cuando se encontraba sola y en la penumbra en la habitacion de hotel, recordando la angustia de su Kaiser a su partida y las cartas llenas de quebrantos y suplicas que este le enviaba frecuentemente.

Debido a los consecutivos y ardientes encuentros que tuvo la nueva pareja de amantes, la estadia de los Drasche-Wartinberg se alargo de dos semanas a un mes y medio, aumentando asi la ansiedad y angustia de Franz Joseph el cual no tenia noticias de su enviado el cual solo le enviaba escuetas respuestas, ya que Napoleon habia actuado con total discrecion con este affaire.


Su incertidumbre duro hasta la segunda semana de Enero cuando Dieter le envio las noticias que tanto ansiaba. Temblo al abrir el sobre y leer su contenido :

"Noticias nada alentadoras, amigo : Fraulein Carolath ha estado frecuentando incesantemente a el emperador Napoleon III. Esto no me huele nada bien, por que no intervienes si te interesa tanto?"

Arrugo la carta con saña y luego la tiro a la chimenea en donde ardio hasta las cenizas. El joven estaba hecho furia al enterarse de este engaño, pero mas que nada al imaginar a su mujer en los brazos de aquel vejete verde. Tenia decidido viajar a Francia bajo cualquier excusa, tenia que ponerle fin a aquella estupidez y demostrarle a "monsieur Empereur" quien era el dueño de Carolath.

Planeando su viaje estaba cuando ella volvio feliz y rozagante a Viena. El estaba revisando sus cosas, oliendo su ropa, ansiando por sus caricias y besos cuando ella abrio la puerta del cuarto.

-Franz! que sorpresa!. Que haces aqui?.-dijo sorprendida

-Que que hago aqui?. Es mi hogar tambien, no?

-P..Pues si...- dijo dejando su neceser en el tocador

-Y...como estuvo el viaje?. Se alargo bastante...

-Ya te dije en las cartas que te envie que mis padres se entusiasmaron con las fiestas y los amigos...

-Si, si...ya vi. En especial con Napoleon III, no?

-Tambien..- contesto riendo y con las mejillas encendidas

Se paro de donde estaba y camino hacia ella. Esta quedo atrapada entre el cuerpo de su amado y la pared.

-Que te ocurre Franzie? Por que me miras asi?.

-Disfrutaste el viaje?. Fue de todo tu placer?

Las palabras de el iban llenas de rabia y celos. Aquello lo capto la joven muerta de miedo y verguenza

-Pues...

Franz le cogio fuerte de la mandibula, haciendo que el fragil cuerpo de la muchacha golpease fuerte contra la pared

-No vaciles y dimelo todo!

-No tengo nada que decirte!

-Como que no!. Soy tu dueño, Carolath!! TU DUEÑO!

-Tu no eres nada! dejame , dejame!!

Estaba completamente aprisionada. Franz apretaba su cuerpo contra el de ella y le apretaba la cara con rabia

-Carolath....Carolath...nunca mas, por favor, nunca mas. Tu eres mia, mia, y siempre sera asi...

-Franz , dejame ir...

-Nunca, nunca...Prometeme algo

-Que cosa?

Le solto la cara y con lagrimas en los ojos , el dijo

-Prometeme que siempre estaras aqui para mi. Que siempre seras mia, en cuerpo y alma.

-No me hagas prometer cosas inciertas

-Me amas?.- pregunto el

-Que dices?!

-Le volvio a apretar la cara y grito con rabia y sollozando

-QUE SI ME AMAS!!!!

La joven puso el cuerpo rigido y comenzo tambien a sollozar. El noto esto y lentamente le solto y libero, haciendo que esta cayese pesada al suelo sobandose la cara.

-Me contestaras?

-Para que preguntas si sabes la respuesta?.- murmuro

-Si?

-Siempre...


Le cogio de las axilas, la levanto en dos tiempos y se besaron apasionadamente para luego, ahi mismo,
contra la pared, hacer el amor desesperadamente.

Aun asi Carolath sintiese que amaba a Franz, no lograba quitarse de la mente a aquel fiero y maduro amante que esperaba ansioso en Francia su regreso. Se prometio a si misma solo seguir sus sentimientos y serle de por vida devota, mas no fiel, a su Franzie.


-Su alteza?

-Si?

Era Rosie, su sirvienta de confianza

-Que ocurre?

-Le ha llegado esto. Dice que viene de Francia

-Francia?

Tomo el sobre y rapidamente lo abrio. Era telegrama de Otto


"Querida Tia: Llegamos el *** a la ciudad. Sophie necesita de tu ayuda. No esta bien. A nuestra vuelta te
contaremos detalles. Te estima, Otto"


Angustiada por aquella noticias, doblo rapidamente el papel y lo guardo entre el libro que tenia en su mesita
de noche. A continuacion Miana entro corriendo y riendo al cuarto, seguida de su padre

-Abu , abu!! mira! una mariquita!. Hay muchas en los rosales!

-Que bien, pequeña

-Tendre muchas de mascotas, eso si no se que nombre ponerles

-Pues tu tienes mucha imaginacion y aquello no sera problema para ti

-Ah si?. Pues me pondre de inmediato a buscarle nombre. Ire con Glorry a la terraza. Ella me ayudara

-Si, amor, anda. Yo te seguire luego.- dijo su padre observando la cara de preocupacion de su suegra.

-La niña fue en busqueda de su Nanny y quedaron ambos solos

-Que? que ocurre, Carol?. Por que esa cara?

-Ay Franz!, si supieses...

-Que? que ocurre? Algo con Sophie?!

-Ella vuelve en un par de dias mas, con tu hermano

Quedo mudo y apreto el puño

-Ah si?. Al menos tiene la decencia de venir al cumpleaños de su hija.

-No creo que venga por eso.

-Que dices?

-Otto dice que esta mal. Temo lo peor...

-Que?

El hombre cayo pesado sobre una silla que habia tras suyo con la mirada perdida, tambien imaginando lo peor como su suegra. Sabia que Sophie no le queria , pero, si algo le llegase a pasar, no podria recuperarse de aquello, jamas, porque a pesar de todo, a pesar de haber sido pisoteado y humillado, le amaba con toda su razon , corazon y alma....


(continuara)

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