miércoles, 28 de noviembre de 2007

Soy tu dueño, Aurora. Capitulo IV



Doña Clarita miraba extasiada a su hija mientras esta se probaba el vestido de novia. Aurora se miraba al espejo, sonreía y se imaginaba entrando al altar del brazo del anciano doctor Rojas, ansiosa por llegar al lado de su novio, para entregarse a el, ante dios, para siempre. Se daba vueltas mirando su reflejo, tocaba la tela y jugaba con el velo. Disfrutando como niña con regalo nuevo estaba cuando intempestuosamente,
Armando entro al cuarto. Doña Clarita se puso histérica al verlo parado ahí, impávido, observando a su dulce prometida de punta en blanco, virginal y mas deseable que nunca. "Que ganas de hacerle el amor ahí mismo delante de su madre, de poseerla y hacerla gritar de placer", pensaba el.

-Y usted que hace aquí, Armando!, no sabe que es de mala suerte ver a la novia con el vestido antes de la ceremonia?.- dijo escandalizada la madre

-No creo en esas estupideces Doña Clarita, no se preocupe que no existe tal cosa. Aurora...te ves, hermosa.- le dijo mirándola encantando

-Gracias Armando.- le respondió la chica

Mientras se miraban, Aurora se mordía el labio, señal de que ardía de deseos de ser tomada por el. Armando la miraba a la distancia con angustia, el la deseaba también, pero mas deseaba mancillar la pureza de ese vestido, poseyéndola con el puesto. Como si alguien hubiese escuchado las silentes plegarias de la pareja, apareció Encarnación, empleada de la casa a buscar a la Señora por un problema con el lechero. Doña Clarita bajo apresurada a regañadientes dejando a la pareja sola en la pieza y al segundo de desaparecer de la habitación, ambos, como atraídos por un enorme imán, se abrazaron y besaron. Armando condujo a Aurora hacia la ventana y se puso a espaldas de ella.

-Tú vigila que tu madre no venga, yo haré lo demás...

Subió rápidamente las telas del vestido dejando al descubierto aquellas suaves nalgas que tanto lo excitaban, las acaricio y, sin perder tiempo, entro en el húmedo sexo . Empezaba lento, para enloquecer a Aurora, agarrándola de las caderas y dejando que su sexo saliese de aquel apretado y calido refugio para después introducirlo fuerte y hondo, hasta que el hueso de sus caderas chocara con los temblorosos muslos de su novia. Después, mirando junto a ella por la ventana, viendo como la madre discutía con el lechero, Armando subía la velocidad de sus embestidas, una tras otra rápidamente, mientras que el único sonido que se escuchaba en el cuarto, era el de los gemidos de ambos y el choque piel contra piel. El ambiente afuera se calmaba y el futuro novio, entre mordidas en el cuello, embestida brutales y palabras al oído hacia llegar a su novia al orgasmo. Aurora se afirmaba del visillo sintiendo su cuerpo y sexo latír a mil por hora. Armando la recibía entre sus brazos y aun moviéndose con frenesí dentro de ella, le dijo:

-Ahora, niña mía, te vas a poner de rodillas y harás lo que yo te diga

Estaba extasiada y como hipnotizada por aquellas palabras, se separo de el y se puso de rodillas frente a Armando que aun miraba por la ventana. Sin que se le dijese nada, solo siguiendo su instinto, supo lo que tenia que hacer: se metió el miembro a la boca lentamente mirando a su novio a los ojos y saboreo en el la mezcla de sus jugos y los de el .Uso su mano como extensión de la boca y se movió rápidamente, tal como a el le gustaba, parando a ratos y lamiéndolo entero, mientras Armando se afirmaba de los visillos mirando como Doña Clara solucionaba el problema con el lechero y se despedía de el amablemente. Por mientras que su suegra se dirigía lentamente hacia la puerta, el , agarrando fuerte la suave cascada de rizos negros de su prometida, caía fulminado y deshecho por el orgasmo, jadeando desesperadamente y viendo como su futura mujer saboreaba no solo el liquido tibio y salado que aun quedaba en su boca, sino también la reacción de su amado. Al entrar la madre a la pieza encontró a ambos abrazados, de pie, frente al espejo, iluminados por los últimos rayos del sol que entraban tímidamente por la ventana.


Los 6 meses pasaron volando, entre caricias, copula y besos. Armando había notado un cambio en si, su mundo daba vueltas alrededor de aquella candida joven que se había entregado a el y que pesar de sus indolencias e indiferencias,¡ lo amaba! Si, lo amaba a pesar de todo y por primera vez en su vida, sentía que no la merecía y es mas, se arrepentía de haberla desvirgado de aquel modo tan brutal.


Faltaba una semana para el matrimonio cuando Armando recibió en su oficina una desagradable sorpresa: Una misteriosa caja con una sangrienta cabeza de carnero dentro. Colgando de ella un intimidante mensaje que decía:

"Te estamos siguiendo el paso desgraciado, el que la hace la paga"

Horrorizado, pero no sorprendido, tomo la caja y la boto integra a la basura. No era primera vez que lo amenazaban y tampoco seria la última, mucha gente lo odiaba por su temperamento y forma de actuar; frió, implacable y despiadado, así que no le tomo mucha importancia a aquel suceso y siguió trabajando tranquilamente en su oficina con vista al puerto.

A las 4 , como siempre, fue a buscar a Aurora, que lo esperaba lista para salir sentada en el pórtico de la casa, con su vestido verde esmeralda , manguito de piel, sombrero y esa cascada de rizos negros en los cuales Armando se perdía cuando , frente a un espejo, sentados en la cama, la poseía. A días de la boda, ya no se encerraban toda la tarde en el departamento de sillones verde esmeralda, no, ahora compartían conversaciones, paseos e incluso reían juntos!, cosa extraña en el ya que era bien conocido por su ceño fruncido y gélida seriedad, solo reía cruelmente cuando quería conseguir algo.

Se sentaban en un café, frente a frente, se miraban y Aurora le pasaba su enguantada mano por la cara.

-Se que no me amas, ya me he resignado a eso, pero quiero que sepas, que mientras estés al lado mío seré feliz. Seré una excelente esposa, haré lo que tu me digas, porque tu eres mi dueño Armando Backhaus, soy tuya.

Aquella sinceras y calidas palabras que lo hubiesen hecho sentir poderoso y excitado, ahora le causaban un amargo dolor en el alma. Culpable de aquello era su testarudez, su maldito machismo, el que le impedía decirle a la joven un simple y sincero "Yo también te amo". Se mordía la lengua, sonreía, le agarraba la mano , se la apretaba y le respondía con una tibia y dolida sonrisa.

-Mi niña, se que serás una excelente esposa, lo se.

Hasta que llego el día de la boda, todo estaba listo; el banquete, la recepción, la iglesia, los invitados, todo. Armando estaba nervioso, se sentaba en el sillón del living, el mismo en donde por primera vez vio desnuda a Aurora, con las cortinas cerradas y un vaso de whisky mirando el vació. Estaba feliz, pero nervioso, le pesaba el alma, algo se le atoraba en el pecho que lo tenia intranquilo, "Nervios de novio" pensó el, pero estos se hicieron mas fuertes cuando se dirigía hacia la iglesia. Le pesaba el cuerpo y le faltaba el aire cuando se paró en el altar esperando a Aurora que no llegaba. Pasaban los segundos, los minutos y la normal tardanza de la novia empezó a sacarle de quicio.

-No se preocupe señor Backhaus, es normal que las novias se demoren en llegar.- le decía el padre tratando de calmarlo.

Pero nadie podía calmarlo, caminaba como león enjaulado de un ala de la iglesia a la otra, mirando el reloj y la entrada de la iglesia viendo si se asomaba Aurora, pero nada. Se dirigía hacia la salida cuando en el pórtico apareció el doctor Rojas pálido, con la blanca pechera y las manos teñidas en sangre y la mirada desencajada. Al verlo, Armando corrió a su encuentro, bajo la mirada atónita de los invitados y loco de la incertidumbre le pregunto:

-¿Y Aurora doctor?,¿ dígame? que paso con Aurora?

El anciano lo miro con los ojos llenos de lagrimas y con la voz hecha hilo le respondió

-La niña, don Armando,.....la han matado..

Mencionadas aquellas palabras, el mundo de Armando se hizo pedazos. Lo miro horrorizado y partió corriendo a la casa de Doña Clarita. En la desesperación llego en menos de 10 minutos a la casa, que se encontraba llena de curioso en la entrada, tratando de mirar hacia adentro. En la puerta, la policía tomaba notas e inspeccionaba el alrededor de la casa. Por mas que ellos trataron de impedir la entrada del angustiado hombre a la casa, no pudieron, y al cruzar el portal de entrada, se encontró con un horrible espectáculo: Doña Clarita sentada a los pies de la escalera con la mirada perdida y acompañada por una vecina, y a sus pies , un bulto tapado con una frazada.

-Mi niña, mi niña, porque le hicieron esto a mi niña!.- mascullaba con la voz quebrada la pobre mujer, mirando el ensangrentado cobertor

Armando entro y bajo la frazada pudo distinguir un brazo enguantado de satín blanco salpicado en sangre. En la locura, se zafò de los policías que lo retenían del brazo, se tiro hacia el y lentamente levanto la frazada que la cubría. La vio: Tenia los ojos semiabiertos, mojados en lagrimas y todo el vientre destruido

-La han matado como cerdo en matadero.- comentaba un policía en la otra esquina de la casa

Pero el novio no escuchaba a nadie, miraba a su novia, le acariciaba la cara, los rizos negros y la apretaba contra su pecho, aun en shock, con la mirada perdida y el grito retenido en la garganta. La policía lo dejo estar con el cadáver hasta que llegase el patólogo y cuando este llego, quisieron arrebatársela, se resistió y se quebró. Gritó, maldijo y lloró todo lo que no había llorado en su vida, desde que su padre lo abandono a el y a su madre cuando solo contaba con 5 años. Siguió, acompañado de la policía al carro que llevaba el cuerpo de Aurora y paso toda la noche en el pasillo de la morgue llorando y golpeándose contra las paredes. Sentado en ese frió lugar, recibió la visita de la policía que lo interrogo, pero el solo balbuceaba y lloraba, apretándose con los rotos nudillos los ojos. Solo despabilo cuando uno de los oficiales le pregunto:

-¿Sabe de alguien que quisiera hacerle daño a usted?

-¿Por que pregunta eso?.- respondió sorprendido Armando

-Porque hemos encontrado una nota sobre el cadáver de su novia dirigida a usted que decía: "Espero que aun te sirva para la luna de miel. ¿Creíste que era broma no cierto? El que la hace, la paga, Armando Backhaus"

Entonces recordó aquella caja que había recibido hace una semana atrás. Claro, le venían siguiendo el paso y habían acordado pegarle en donde más le dolía: Aurora.

Con la culpa en los hombros, las horas pasaron lentas y tortuosas. Al mediodía del día después, el doctor dio su informe el cual destruyo aun más al abatido Armando. Este decía:

" La Señorita Aurora Millar murió desangrada a causa de un corte profundo en el vientre, producto de un arma cortante (machete, cuchillo carnicero, espada). Aproximadamente agonizo por algunos minutos y luego expiro. La difunta también presentaba un embarazo de pocos meses....."

Leído eso el papel voló de las manos de Armando y este miro al horizonte tratando de llorar, pero sus ojos ya no tenían lágrimas.

Al día siguiente se arreglo el funeral y el se hizo cargo de todo. Pidió el mejor ataúd, la mejor carroza, las mejores coronas fúnebres y decidió sepultarla en el panteón que hace algunos años atrás había mandado a construir en el cementerio N-1. También mando a llamar a Oscar Benuville, fotógrafo francés especializado en fotografía post mortem para que fotografiara a ambos juntos. Armando vistió a Aurora con su vestido favorito, aquel con el que solía esperarlo en las tardes sentada en el pórtico de su casa. La peino, acomodando sus desordenados rizos y se sentó junto a ella frente a la cámara. Poso abrazándola y mirándola con ternura, mientras la inerte cabeza de ella reposaba en su hombro. Por mientras que la fotografía se procesaba, estuvo un buen rato quieto, susurrandole "te amo te amo", mirando aquellos entreabiertos ojos con pupilas fijas y acariciando la gélida mano que en tiempos de pasión y lujuria apretaba y rasguñaba su carne.

El velorio y funeral pasaron rápido y fueron poco concurridos. Doña Clarita no asistió porque fue internada en un hospital, el dolor de haber perdido a su única hija la había vuelto loca. Terminado el entierro, caminando, llego a Playa Ancha, y sorteando la maleza y los cerros se paro al borde de un risco. Parado al borde del precipicio, saco de su bolsillo una foto de Aurora, fechada en Agosto de 1878, donde la joven sonreía a la cámara y la miraba fijamente con ojos juguetones. Observo con ternura aquella foto por unos minutos, la beso y luego, abriendo la mano, dejo que volase con el viento.

-Perdona el no haberte protegido, mi bella Aurora. Volverás a los brazos de tu dueño, y de ellos no te iras jamás…. no te desesperes mi amor.

Miró como el sol se ponía en el horizonte y sintiendo el fuerte viento en su cara, se arrojo al vació.


Fin

martes, 27 de noviembre de 2007

Soy tu dueño, Aurora. Capitulo III

El reloj daba las una de la madrugada y Aurora aun no podía dormir. Le ardía el cuerpo, las imágenes de aquella tarde danzaban en su cabeza, la atormentaban y prendían su deseo. "Quiero que sea de día y que las horas pasen volando...”, pensaba mientras miraba la luna a través de los visillos. Pensando en Armando, cayo profundamente dormida y por supuesto, soñó con el, que la besaba y que le hacia el amor suavemente.

Al despertar, procuro lavar las sabanas y enaguas a escondidas de su madre, ¿Que diría aquella señora si supiese lo que ocurrió en su ausencia? Estrujo y escobillo con ganas las telas, limpiando todo rastro de sangre que hubiese en ellas, Miraba las manchas y se emocionaba al recordar como habían llegado ahí. Armando, se había apretado contra ella, le abrió las piernas con los brazos y en una embestida, ubico su sexo y la penetro. Dulces recuerdos, solo hubiese deseado que el la besase al final y le dedicara lindas palabras. Pero no...Armando no era así

Armando era una bestia, tanto en los negocios como en la cama. Para el no existía la melosa frase "hacer el amor”, no, el solo tenia sexo. Entre mas brutal fuese este, mas placer le causaba, el dominaba la situación y adoraba a las mujeres bellas y sumisas. ¡Y afortunado el!, había encontrado lo que había buscado por años, en una deuda de juego con un adicto a las apuestas.

La mañana, entre pensamientos y calenturas, paso volando y a las cuatro en punto llego el prometido a buscar a su futura mujer. Lucia serio y elegante como siempre y al ver a Aurora, finamente vestida, le dedico una de esas sonrisas que la volvían loca. Se saludaron con el beso en la cara, se despidieron de Doña Clarita y partieron en carruaje hacia la Iglesia en donde tendrían charla con el cura. El viaje transcurria en silencio, Aurora contrariada y cabizbaja miraba por la ventana, hasta que la mano de Armando se poso en sus rodillas. Sin mirarla, apretándole las telas del vestido dijo casi murmurando :

-Desde mañana, no te pones más ropa interior, solo enaguas.

Sorprendida y con la cara roja como grana le contesto:

-¿Por que?

-Porque yo digo. Eres mía, Aurora y lo que yo diga, tu harás.

Aquellas palabras acabaron por avivar la libido de la muchacha. En un acto audaz de su parte, se levanto con dificultad el vestido, bajo la mirada atónita y endiablada de su prometido, agarrando su mano y ubicándola en su entrepierna :

-Bésame Armando, acaríciame, no me interesa que nos vean, vamos, acaríciame

Obediente como nunca, el hombre apasionadamente la beso y con sus dedos la hizo suya de nuevo, sofocando con su boca y lengua los profundos gemidos de placer que provenían del Alma de Aurora.


Ya en la iglesia, ninguno de los dos escucho al Padre, que hablaba de la seriedad del sagrado matrimonio, de los compromisos que ambos adquirirían y miles de cosas más que no importaban a la pareja. Se casaban porque así lo había acordado Armando con Doña Clarita y porque ambos habían encontrado un punto en común: La lujuria e individualmente porque ambos habían conseguido lo que deseaban; Armando a una mujer joven, sumisa y bella y Aurora, ell hombre de sus sueños del cual se había enamorado, por ser como era ; apasionado y sexual.


Al desocuparse, decidieron ir a pasear, paseo que fue una tortura para ambos, ya que lo menos que querían era conversar y mirar el paisaje. A eso de las 8 cuando ya oscurecía, Armando la dejo en su casa.

-Mañana tengo negocios que atender en Santiago, no nos veremos hasta el viernes. Cuídate y recuerda, no te pongas más esa fastidiosa ropa interior.

Se despidió con un frío beso de su prometida y partió. Aurora quedo estática, mirando desde el portal de su casa como se alejaba el carruaje, con los ojos llenos de lágrimas, "¿Porque el era así, apasionado en el sexo pero tan frió en el trato normal?

La pobre llego enferma a casa, paso la noche afiebrada, delirando y llorando. Su madre ni se imaginaba que le ocurría, pensaba que se había agarrado algo en el paseo, pero lo de Aurora era mucho más grave: Se había hecho dependiente de Armando.


Al hacerla suya de esa forma, al besarla al mirarla con aquellos ojos, ese hombre le había echado el yugo a la pobre muchacha.

Mientras su madre desesperada mandaba a buscar al doctor, Aurora se aferraba a la única foto que tenia de su amado, besándola y mirándola fijamente, esperando que aquella imagen saliese del retrato y le sacase la ropa a la fuerza.

Paso todo el Jueves llorando y delirando, el doctor no entendía que le pasaba.

-Quizás sean nervios por la boda que se aproxima, misia Clarita.- decía contrariado el pobre anciano que con impotencia veía como su paciente se retorcía en la cama y lloraba como Magdalena.

La enfermedad duro hasta que el viernes en la tarde volvió Armando a visitarla. Aurora salto de su cama , se tiro a los brazos de su prometido y agitadamente le suplico entre murmullos:

-Sácame de aquí, Armando, llévame a tu casa, por favor.

-Esta bien, vístete rápido y recuerda lo que dije sobre la ropa interior.

Velozmente, bajo los ojos observadores de Armando, Aurora se vistió y al rato, ambos bajaron de la mano y anunciaron sus planes de paseo a Doña Clarita. Esta , sorprendida por la asombrosa mejoría de su hija dijo:

-Pero la niña ayer estuvo muy enferma Don Armando...

-No se preocupe Doña Clara, lo único que necesita Aurora es aire fresco. La llevare a pasear a la playa, con permiso...

Y de la mano se la llevo corriendo cerro abajo hacia su casa en donde al entrar, subiendo las escaleras, ambos se sacaron a tirones la ropa. Al llegar al living, ya estaban desnudos, el se apegaba a ella mordiéndole el cuello y apretando sus pechos con furia mientras Aurora acariciaba con su mano el duro sexo de su pareja que rozaba sus nalgas. Armando la soltó , se sentó en el sillón y con la mirada, si mediar palabra la llamo ,luego acostándose en los suaves cojines de terciopelo verde esmeralda le pidió que se pusiera arriba de el.

-Ven, Aurora, hoy te tomare así, Súbete arriba mío

Ella caminaba febrilmente hacia el sillón...estaba extasiada con la vista del cuerpo desnudode su amante, con la pasión que palpitaba en sus palabras y lo imponente del sexo de Armando....Lentamente,apoyando las manos en el pecho de su pareja, se ubico arriba de el y con un gemido al unísono, ella fue penetrada.

Los dos estaban como poseídos, Aurora saltaba sobre Armando, el que se retorcía, sentaba y mordía los pechos de ella, cuando no, levantaba las caderas para llegar profundo dentro de la muchacha. Abría los ojos y la miraba gozar, aumentando así su excitación y llevándolo a tomar las suaves caderas de Aurora fuertemente, para subirla y bajarla al ritmo del movimiento frenético de ambos.


Armando se resistía a caer bajo el orgasmo, quería extender aquel momento lo máximo posible, hasta que no le fue posible y explotó dentro del cuerpo de una extasiada Aurora. Ambos cayeron rendidos el uno al lado del otro y por primera vez, Armando la beso dulcemente.

-Soy tu dueño, Aurora, eres mía, mía....- le confidenciaba con la respiración aun agitada, mientras le acariciaba el cabello

Ella se emociono profundamente al escuchar esas palabras, se refugio en su agitado pecho y se apretó a el, queriendo embeberse de su sudor. "Pronto estaremos casados y nada nos separara".

Aurora sabia que el no la amaba, pero mientras el la hiciese suya todas las noches, ella seria feliz...

lunes, 26 de noviembre de 2007

Soy tu dueño, Aurora. Capitulo II


El tic-tac del reloj retumbaba en los oídos de Aurora y aumentaba el dolor de su cuerpo. Había sido desgarrada por la bestialidad del hombre que amaba. ¿Por que lo amaba?, no lo sabia, lo que si sabia es que ese hombre prendía el fuego en ella y que sus miradas la derretían. Lentamente se paro de la cama, afirmando la toalla húmeda contra su sexo que aun sangraba, camino con dificultad hacia el baño, en donde echo a correr el agua de la tina, para bañarse. Se saco lentamente el vestido, se desabrocho con dificultad el corsé y siguió con la ropa interior hasta quedar completamente desnuda. Probó el agua y la encontró ideal, helada, para apagar el fuego que llevaba dentro.

Al sumergirse en el agua, se sumergió también en sus recuerdos.... ¿Como eran las primeras citas con aquel desconocido al que habían elegido como su prometido?..Ah si... El llegaba a eso de las 4 de la tarde a la Casona que alguna vez el le quiso arrebatar a doña Clarita, en el cerro Concepción. Lo recibía su futura suegra, llena de elogios y atenciones y lo hacia pasar al living. Doña Clarita llamaba a su hija por la escalera y esta bajaba al principio rápidamente, por la emoción, y a mitad de camino alivianaba el paso para no verse tan desesperada. Caminaba por el vestíbulo y saludaba a su prometido. Un beso en la mejilla, rápido y seco, pues la madre estaba vigilándolos en ese entonces. Pasaban al living en donde se sentaban en sillones diferentes, mas o menos alejados, y hablaban de diferentes cosas

-Hoy he ido con Mamá a ver los barcos españoles arribar al puerto.- decía Aurora

-Mira tu, cuando nos casemos te llevare a viajar en ellos, has viajado alguna vez fuera de Chile?

-No, nunca, es mas, ni siquiera he salido de la región.- respondía sonrojada la muchacha

-Pues yo te llevare de viaje, para luna de miel nos iremos a Italia, te parece?

-¡Si, si! quiero!!

Las promesas de aquel hombre emocionaban a Aurora, pero no mas que las miradas y sonrisas que el le dedicaba, las cuales no eran dulces, es mas, estaban llena de maldad, pero a ella le encantaban, la subyugaban y la erotizaban.


El trato entre ellos fue distante al comienzo, por la constante vigilancia de Doña Clarita, pero al ella ceder a las indirectas de Armando, empezó a dejarlos más tiempo a solas. En esos ratos, Aurora pasaba a ser la inocente presa y Armando, el feroz lobo hambriento. Ella ya no se sentaba en el sillón de al frente, se sentaba al lado de el y el la agarraba del cuello suave, pero firmemente, acercándola a su boca para poder comérsela

Esos eran los momentos favoritos de Aurora, la cual gemía mientras el la besaba con pasión, introduciendo su lengua dentro de la dulce boca de su futura esposa. Esos gemidos provocaban que Armando la apretara contra si y que aumentara la pasión de sus besos, llevándolo al límite de la excitación. Aurora, cuando se percataba de que el asunto podría pasar a mas, se escabullía hacia un lado o se paraba para ir a la ventana y le decía:

-Antes de casada no, Armando, por favor

Y el quedaba estático en el sillón, con el fuego en el cuerpo y furioso por no poder saciar sus ansias con la que se casaría en unos meses mas. Entonces se paraba, tomaba su bastón, su sombrero y abrigo y se marchaba tirándole un frío "Adiós" a Aurora.

¿Donde iba el?, a donde pudiese descargar su pasión sin restricciones, a cualquier prostíbulo decente que estuviese abierto. Tomaba a la prostituta mas joven, buscando un leve parecido a Aurora en ella. La llevaba a tirones al cuarto en donde la tomaba con furia animal, con los ojos cerrados y tirándole el cabello.

Aurora en su candidez aun adolescente, imaginaba lo que hacia su prometido después de sus ardientes visitas y para evitar que el corriese a las piernas de las prostitutas del puerto, decidió ceder un poco. A la siguiente visita, al comenzar Armando a besarla, lo dejo excursionar debajo de su falda. Ella se recostaba sobre el sillón, separaba un poco sus piernas y el hacia el resto. Se acomodaba al lado de ella, y su mano empezaba a tantear terreno, acariciando firmemente los suaves muslos. Después, al subir los besos de intensidad, las caricias hacían lo mismo. Armando lentamente acariciaba el sexo de Aurora, abriéndose paso con los dedos hacia adentro, donde tanteaba suavemente su virginidad, mientras esta gemía de placer y dolor.

Con cada visita se ponían más atrevidos...una tarde, Armando entre besos y caricias, bajó, besando los pechos cubiertos, el torso encorsetado y el vientre desnudo, hacia el sexo de Aurora, el cual beso con pasión, lamiendo su dulce elixir. Ella, gemía, apretaba los almohadones del sillón y se contorsionaba mientras el se deleitaba con las reacciones de la muchacha, se reía y seguía con su tarea, disfrutando el manantial que salía de ella y como aquel botoncito de carne se endurecía entre sus labios, todo hasta que ella, entre jadeos ahogados y movimientos violentos , llegaba al orgasmo.


Después era el turno de Aurora. Armando se sentaba en el sillón, abría el cierre de su pantalón y tomando la mano de Aurora, la introducía dentro. Ella estaba maravillada, tocaba, sentía y disfrutaba ver la cara de placer de su amado mientras ella, lentamente movía la mano de arriba hacia abajo afirmando fuertemente el sexo de Armando. El, por mientras, la agarraba como antaño del cuello y la besaba, sintiendo ella en sus labios, el dulce sabor de sus fluidos. Los movimientos con cada beso iban in crescendo, hasta que Armando explotaba, mordiéndole los labios entre gemidos apagados y miradas de deseo.

Así eran sus citas, apasionadas y lujuriosas, pero no pasaban a más. Ella se entregaría a el cuando estuviesen casados, antes no. Pero no fue así, esa tarde, las caricias no fueron suficientes para Armando, y en un ataque de locura pasional, la subió a la fuerza hacia su cuarto y la desvirgo con furia. "Hubiese querido que me hiciese el amor, que me besara durante el acto igual como el besaba mi sexo en las citas vespertinas", pensaba Aurora mientras sumergía la cabeza en el agua.

Pero aun así habiendo sido su primera vez tan brutal, al vestirse para acostarse, los recuerdos de aquella tarde inundaron la cabeza de la joven, llevándola a tocarse mientras recordaba a Armando arriba suyo, embistiéndola, desgarrándola y repitiendo su nombre con la respiración agitada...

-Aurora, Aurora...


Fin Capitulo II

Soy tu dueño, Aurora. Capitulo I

Aurora yacía en la cama de su cuarto mirando el techo, aun agitada por lo que había pasado hace algunos instantes. Apretaba las ensangrentadas sabanas llorando de amargura y pena, no por lo que había acontecido, sino como había terminado. Se había imaginado aquella ocasión diferente; abrazos, besos y suspiros. Pero no....

Armando, su prometido, se limito a encerrarla en la pieza, amordazándola con su propia mano, tirándola a la cama y subiéndole el vestido mientras que con la otra mano, rápidamente se deshacía de sus pantalones.

-Aurora, Aurora

Solo se limitaba a repetir su nombre, una y otra vez, mientras entraba por primera vez en ella, con furia y deseo. La pobre futura novia, solo atinaba a colgarse con fuerza del cuello de su amado, gimiendo de dolor y emocionada, porque aquella era su primera vez. Al caer fulminado ante el orgasmo, armando, aun agarrando fuertemente el cabello de su prometida, se hizo a un lado, mirando el techo y normalizando su agitada respiración. Aurora hacia lo mismo, pero con los ojos cerrados, palpando su adolorido sexo y esperando que Armando la besase, cosa que no ocurrió. El se limito a mirarla por un segundo, caminar para el baño y pasarle una toalla mojada para que limpiase la sangre de sus muslos, sangre que era la prueba de la pureza de la joven

Limpiándose el frente a ella, solo preocupándose de sacar todo rastro de lo que había pasado hace algunos instantes, aun sin mirarla le dijo:

-Mañana terminamos de finiquitar los detalles de la boda, vendré a las 4. Estate lista para ese entonces

Se arreglo la ropa y partió, dejando a Aurora tirada, con las piernas abiertas colgando del borde de la cama y con las enaguas manchadas de sangre y esperma.

En la soledad de su cuarto, escuchando solo el tic-tac del reloj, Aurora comenzó a recordar el día que conoció a aquel cruel hombre del que estaba perdidamente enamorada. Armando Backhaus apareció en su vida justo el día después del entierro de su padre, don José Samuel, un 21 de septiembre de 1878. Este Hombre alto, trigueño y de bigote bien cuidado, llego con un gesto grave en la cara a hablar con doña Clarita, madre de Aurora sobre las deudas de juego que su difunto marido había contraído con el. La pobre mujer perdió la razón con la noticia que aquel extraño le había comunicado..

-Pero es mucho dinero señor y José Samuel nos dejo en la ruina.- decía la pobre mujer entre lágrimas

-Lo siento pero deudas son deudas. Yo necesito aquel dinero, soy un hombre de negocios y usted comprenderá…

-Si, claro, por supuesto...pero por favor...dennos algún tiempo...

Y le dio ese tiempo, 2 meses, dos meses que pasaron volando sin resultado. Doña Clarita había tratado de conseguir aquella cuantiosa cantidad de dinero vendiendo joyas, muebles y reliquias familiares, pero aun así no consiguiendo el total para saldar la maldita deuda. Armando volvió puntual a pactar lo prometido y al escuchar los lamentos de la viuda, respondió fríamente

-Y aun hipotecando la casa estaría usted pagando el 100% de la deuda señora... ¿que haremos entonces?

-Yo ya no se que hacer señor Backhaus, ya no tengo que vender ni donde pedir dinero

El miraba a su alrededor, caminando por el living de la casa mientras doña Clarita trataba de apelar a sus sentimientos, cosa en vano ya que el no la escuchaba y bien poco le interesaban las desventuras que fuese a pasar aquella mujer. Cuando llego frente al ventanal, al correr las cortinas, vio sentada en el pasto leyendo, la mujer mas bella que sus ojos hubiesen visto: De largos rizos negros, piel palida como nieve con leves tintes rojos en las mejillas y ojos cafe chocolate . Quedo ensimismado, mirando a aquella belleza, hasta que una chispa se encendió en su cabeza...

-Doña Clara.... ¿quien es esa muchacha?

-Cual.- dijo parándose.- ah si...es mi hija, Aurorita, Lo único que lindo y de valor que me dejo este desgraciado

-Me gustaría conocerla... ¿seria posible?

Al mirarlo, Doña Clarita entendió todo....había encontrado la solución a sus problemas, su adorada hija Aurora. Mataría dos pájaros de un tiro: Conservaría su casa y casaría a su hija con un hombre de bien. Rápidamente salio a buscar a la muchacha al patio para presentársela a aquel hombre

-Mira mi niña, este es don Armando Backhaus, fue conocido de tu padre

-Un gusto conocerla señorita.- la saludo galante besando su mano

La chica quedo impávida, sintiendo aquellos labios besando su mano. Una corriente eléctrica corrió por todo su cuerpo, haciéndola tiritar y cubriendo su rostro de un fuerte rubor.

-El gusto es mío Señor Backhaus.- respondió bajando la cabeza y sonriendo de nerviosismo

Ese rubor termino por conquistar al frió Backhaus, el cual, después de pasar un rato conversando de tonterías con Aurora, le hizo la propuesta a la viuda.

-Le tengo una propuesta Doña Clara....su hija a cambio de la deuda que tenemos

-¿Como dice usted?- respondió haciéndose la desentendida

-Fácil, usted me entrega a su hija en matrimonio y yo saldo la deuda que tenemos, ¿le parece?- le respondió mientras prendía un puro

Se hizo un poco de rogar la viuda, mientras que en su interior daba gracias a dios por aquello. Accedió encantada y mando a llamar de nuevo a su hija, esta vez para anunciarle el compromiso. Al darse por enterada, Aurora, aunque gustaba de aquel hombre, se asusto de sobremanera. No tenía presupuestado casarse, mucho menos cuando la muerte de su adorado padre estaba tan presente.

-¿Y cuando seria aquello madre?- pregunto tímidamente la joven

-No se preocupe Aurora, será en algún tiempo mas, unos 4 o 5 meses, aproximadamente.- contesto Armando con una maquiavélica sonrisa en los labios

-Pero...Apenas nos conocemos

-Tendremos tiempo suficiente para conocernos, no se preocupe, por lo pronto, pasare a diario por acá para acompañarla, charlar y conocerla mas

Pero a el no le interesaba conocerla mas, el ya había visto lo que quería de ella, su cuerpo, ser su dueño...y si lo seria. Armando Backhaus siempre obtenía lo que quería.

Fin Capitulo I

jueves, 22 de noviembre de 2007

Candelaria & Emile : Capitulo II


Candelaria miraba al vacio, con un gesto de fatalidad y pena infinita. Murmuraba algo inentendible seguramente estaba llamando entre murmullos a su Louis. Solo reacciono cuando el niño empezo a quejarse.

-Debe tener hambre, venga para aca mi angelito.- dijo tomandolo entre sus brazos

-Ya decidiste que nombre ponerle?

-Se llamara igual que su padre ; Louis Amadeo Brihier, No importa que el no haya alcanzado a reconocerlo, llevara el apellido de su padre.

Candelaria sabia que el pequeño hijo de Brihier con su esposa, Teresa, igual se llamaba Louis, pero ¿que mas daba?, los dos medios hermanos llevarian el mismo nombre con orgullo.

-Si, con orgullo, porque el no asesinò a aquellas personas....Yo lo se, no era parte de su personalidad, el hubiese sido incapaz de matar a alguien. El era especial, pero no una bestia asesina..

Mientras amamantaba al pequeño Louis, con una melancolica sonrisa en los labios, siguio recordando

Eramos tan felices juntos!!. Lo solia esperar mirando por el balcon de mi dormitorio, y al verlo acercarse de Sotomayor hacia aca, creia volverme loca de emocion. Bajaba corriendo las escaleras para esperarlo en el portal de entrada y al estar frente mio me tiraba a sus brazos y lo besaba con pasion. Rapidamente llegabamos a mi dormitorio y entre besos y abrazos nos desnudabamos. Horas infinitas pasabamos acariciandonos de pies a cabeza,besandonos y entregandonos. Despues, dormiamos un poco y al despertarnos, ibamos juntos al local en donde el se sentaba en la barra a acompañarme, entre besos y licor.
Pasamos esos casi dos años amandonos a concho, mientras nos alcanzaba el tiempo, porque de dia, el era de otra....

Bajo la cabeza, se mordio el labio mirando a su hijo y recordo una escena que le quedo marcada en su memoria...

Era un lunes, lo recuerdo clarisimo, ya que Jeanette y yo ibamos camino a la casa con bolsas cargadas de verduras........ era lunes, dia de feria. Se nos habian olvidado las manzanas, asi que decidi ir sola al puesto donde las vendian a buscarlas. Iba corriendo con la bolsa de vuelta donde Jeanette , cuando pare en seco al ver a Louis, del brazo con su mujer.

A pesar que sabìa de su existencia, fue demasiado fuerte en impacto de ver a MI hombre del brazo de aquella mujercita estrafalaria y de modales forzados. Quize gritar, agarrarla del pelo y abofetearla en el suelo, pero no lo hize...no pude. Estaba congelada con la bolsa de manzanas en la mano, mirandolos como se sonreian y miraban. Cuando derrepente, al girar el la mirada, me vio, parada como estupida, observandolos. Algo le dijo a su mujer y se acerco a mi a paso apurado. Yo , en un ataque de locura, por el corazon herido ante tal escena, solte las manzanas, las que rodaron por el suelo y sali corriendo hacia algun callejon, con el pecho apretado y jadeando por la falta de aire. Me refugie en aquel humedo lugar, creyendome protegida y sola, pero el me encontro, sentada en el pavimento, con las manos en la cara, llorando desesperadamente. Se acerco a mi, con la respiracion agitada de tanto correr, se arrodillo al lado mio y me abrazo con ternura

-
Mon petit fille...perdoname, perdoname...Yo te amo

-No me dejes nunca Louis, por favor!, nunca nunca nunca!!

-Nunca...nunca mi niña...

Y desde ese dia, no se paseò mas con Teresa por las calles de Valparaiso , "por respeto a ti, porque te amo y no quiero que vuelvas a sufrir por culpa de este tonto frances" me dijo.


Los meses subsiguientes, fueron normales. El llegaba a la casa a eso de las 12 de la noche, cuando no a las 9 o 10 y pasaba todo el tiempo conmigo o charlando con los amigos en el local. Solo recuerdo un incidente fuera de lo comun, que fue cuando llego con un tajo en la mano y la manga bañada en sangre

-
Estos desgraciados quisieron asaltarme, pero no los deje, me defendi con todo y mira...me quisieron apuñaral y les agarre el cuchillo por el filo

-Que horror!!..ven que llamare al doctor para que venga a verte esta herida!

-Mi amor.- me dijo tomandome de la cintura y atrayendome a su regazo.- esto no es nada, he tenido peores, ahora besame y vamos a tu cuarto...

Asi era el, apasionado "como todo Frances" me decia el. Estaba enamorado de mis curvas, de mis pechos, de mis caderas.....besaba con devocion hasta el ultimo espacio de mi cuerpo. Se concentraba en mi vientre y me decia:

-
Dame un hijo Candelaria...

-Hablas en serio?

-Si mi amor...te adoro, y quiero que esa adoracion se haga carne con nuestras sangres mezcladas en un niño

-O niña...

-Niño...yo solo engendro niños.- me respondio entre risas

Con el pensamiento lleno de sueños, pose mi cabeza en su pecho, imaginando aquel acontecimiento: Un hijo! de ambos!... hermoso ser que vendria a alegrarnos la vida. Juntos, si juntos....algun dia dejaria a esa mujer y se casaria conmigo. Seriamos una familia, tendriamos nuestra casa y criariamos muchos hijos...sueños...dulces sueños..


Ves por que la noticia de mi embarazo me emociono tanto Catalina?. Crei morir de alegria el dia que se me confirmo lo que esperaba con ansias...

-Claro amiga que recuerdo....estaba contigo esa tarde.- le dije sonriendo

Candelaria se habia sentido mal durante dias, pero escondio a Louis sus molestias

-No es nada mi amor...bajas de presion, cosas de mujeres, tu sabes.- le respondia

Lucia blanca como nieve, pero con una sonrisa candida en sus rojos labios, sospechando el motivo de sus malestares. La cosa no fue oficial , hasta el doctor Mc Iver (doctor de cabecera de las "niñas Alegres" y Jeanette) lo confirmo

-Felicitaciones mi pequeña, usted sera madre

-Candelaria!.- dijimos Jeanette y yo sorprendidas por aquella revelacion

-Un hijo...el hijo que tanto quiere Louis!

Estaba tan feliz Catalina!, derrepente aquel frio invierno se convirtio en florida y tibia primavera. Estaba emocionada y moria por contarselo a el. Como siempre, lo espere sentada en el balcon, mirando con impaciencia por ambos lados a ver si se aparecia...Nada

Pasaron las 10, las 11, las 12....las 1! y yo aun sentada en aquel frio balcon esperandolo, hasta que Jeanette me vino a buscar al cuarto

-
Mi amor, quizas tuvo algun problema, por eso no vino, vamos al local..quizas llegue alla

Estaba preocupada....y que si lo habian tratado de asaltar de nuevo? y que si esta vez lo apuñalaron?. La incertidumbre me mataba, no podia trabajar bien, no atine a ninguna melodia al piano, confundia los tragos y los derramaba. Jeanette me miraba preocupada desde una esquina y se acerco a relevarme

-
Anda a recostarte, mi vida, si llega Louis, le dire que vaya a la casa a verte.

Me dirigia hacia la casa, cuando llego Leonardo y me agarro de los barzos con cara de espanto y aliento contenido de tanto correr

-
Cande! Candelarita....No sabe de lo que me enterado en el centro...mija!, venga para aca y sientese.

El estupor en sus palabras hicieron que la gente presente se acercara a escuchar lo que tenia que contar...eramos en y yo sentados y rodeados por un circulo de curiosos, expectantes de saber que iba a contar Don Leo.

-
Mi estimada amiga, tiene que ser fuerte...yo..

-Louis....que paso con Louis...digame!!!

-Al amigo franchute....lo han arrestado esta tarde

-Arrestado??? y por que??!!.-le respondi a punto de perder la razon

-
Dicen que por asesino, que trato de matar a un dentista en la plaza Anibal Pinto y.....

Ahi no escuche mas....me pare lentamente de mi silla y me dirigi a la puerta, bajando las escaleras con toda rapides para ir en su busqueda, gritando como loca

-
Nooo no!!... el no es un asesino!, tengo que ir a buscarlo, el es inocente!!

Me retuvieron Jeanette y Consuelito, mientras lloraba y gritaba como loca...tenia que ir a su encuentro fuese como fuese!., Tanta fue mi exaltacion que cai inconsiente en los brazos de mi madrina.

Todo me parecia tan surreal...no lo podia creer, el NO era un asesino, lo estaban culpando injustamente....y ahora su destino se veia incierto....que pasaria con el? conmigo?, con el hijo que llevaba en el vientre?

Ahora, en la distancia, recordando, me siento aun mas perdida de lo que me senti aquel dia...lo unico que me consuela es el dulce recuerdo que me dejo....este precioso hijo...mi hijo...nuestro hijo.

Con gran ternura, Candelaria puso al frente suyo a su primogenito, lo miro largamente, viendo todos los rasgos de Brihier en el mientras suaves lagrimas caian de aquellos tristes ojos, que solo unas horas antes, habian visto por ultima vez a aquel hombre que le robo el corazon...y que se lo llevo con el a la tumba.


Fin parte 2



miércoles, 21 de noviembre de 2007

Candelaria & Emile : Capitulo I



-No llores mi niña...Mira que el bebe se da cuenta de todo. Candelaria, amiga....

No veia como consolar a aquella mujer que acababa de perder al amor de su vida. A sus 19 años, ya era madre y habia quedado "viuda". Viuda entre comillas, porque aquel hombre nunca fue completamente suyo, solo lo era en las noches, y a veces en las tardes, cuando llegaba de sorpresa a lo de Jeanette a buscarla para ir de paseo.

-Catalina, que voy a hacer sin el?, el niño, no va a tener padre, yo...estoy sola, sola..

-No, tu no estas sola, me tienes a mi y a Jeanette . Por favor, no te eches a morir

Se tiro a mis brazos , agarrandose de mi con desesperacion. La agarre fuerte, pues sus piernas no resistian el peso enorme que tenia en el pecho. Ella estuvo ahi a la hora del fusilamiento, con su pequeño hijo en brazos en compañia de Jeanette y Consuelito consolandola en aquel trance. Agarrada al unico vestigio tangible que quedaria de ese hombre, aquel hermoso varoncito, nacido solo dias atras, sintio el ruido de los fusiles disparando a aquel cuerpo que habia amado de noche , en el que se refugiaba cuando tenia frio y que la hacia suya entre delirios de pasion, estabilidad y placer. Con el ruido de los fusiles, tambien sintio los llantos desconsolados y agudos de la mujer con la cual compartia aquel cuerpo, "la mujer legal", aquella que se lo robaba de dia, que la privaba de amarlo cuando quisiese, aquella colombiana que tanto odio, pero con la que compartia un dolor mutuo y profundo.

-El no fue...el seria incapaz de cometer aquellas atrocidades. Lo acusaron y juzgaron injustamente...murio siendo inocente!

Al consolarla, me remonte a los dias en que recien se habian conocido. Carlos y yo fuimos testigos de aquel amor que se tuvieron ambos, entre humo de cigarro, canciones alegres y vino.


Corria Diciembre de 1905, un principio de verano particularmemte caluroso, Habiamos llegado temprano a lo de Jeanette a tomar unas copas antes de subir a la pieza a entregarnos, Candelaria atendia en la barra y a veces tocaba el piano para entretener a la clientela. Tenia solo 17 años y era la niña de los ojos de Jeanette, la cual, al morir su madre, la habia adoptado como hija suya (dandole asi, todos los privilegios de niña bien , institutriz francesa, clases de musica , de idiomas y todo lo que ella quisiese). Era (Y aun lo es) bellisima ; pelo largo castaño claro y suave, ojos color miel, piel de porcelana y curvas acentuadas. Esa belleza, mas de una vez la convirtio en el centro de atencion del burdel, volviendo locos a los parroquianos e inclusollevandolos a hacerle propuestas indecentes a Jeanette sobre la bella adolescente:

-Jeanette.- Le decia un acaudalado empresario porteño una noche.- , te doy 3 millones de pesos por una noche con Candelaria, te los doy, y en efectivo

-Ni lo sueñe caballero!,ella no pertenece al grupo de niñitas alegres que tengo. Ella es mi hija y no esta a la venta!

Entonces, sobre aquella bella niña se crearon miles de historias, se especulo sobre su preciada virginidad, y mas de alguno trato de enamorarla, esfuerzos en vano, ya que Candelaria apenas los miraba.

Hasta aquella calurosa noche de 1905, cuando un hombre de fina estampa, alto y buenmozo aparecio en el local. El desconocido miro a su alrededor y su mirada choco con la de Candelaria, la cual habia quedado impresionada desde el momento que lo vio entrar al salon de baile. Se acerco aquel desconocido al bar y pidio a la joven cantinera que le sirviese un "Whiskey on the rocks"

Me causo mucha risa su fino acento frances!.- me confidencio un tiempo despues.- Habia escuchado acentos divertidos antes, pero aquel suyo, por sonar forzado, me dio risa. El parecio causarle gracia mis carcajadas y me respondio

-Tiene usted una sonrisa preciosa, se lo habian dicho?

-Sinceramente, muchas veces, mas aun trabajando aca.- le dije pasandole su trago

-Me gusto su sinceridad señorita..?

-Candelaria y usted?

Vacilo un poco al decirme su nombre....lo mire curiosa, y esa mirada fue respondida con una sonrisa candida y la respuesta que esperaba

-Louis...Louis Brihier, un gusto conocerla señorita...y....usted que hace aca?

-Soy la ahijada de la dueña, atiendo la barra y a veces amenizo la velada con musica.....y nada mas.

-Me lo imaginaba, aunque las niñas aca son bellas, usted se nota que es de otro nivel


Lo mire con una sonrisa en los labios y al verme sobrecargada de pedidos, lo deje con la palabra en la boca. Sentado en la barra me observaba.....y como me observaba Catalina!. Otros hombres habian posado sus ojos con esa pasion sobre mi, pero ninguno habia causado aquel efecto arrollador en mi ser. Me latia el cuerpo al compas del corazon y no paraba de mirarlo.Al desocuparme, volvi al lado de el y le pregunte

-Y usted, como llego aca?

-Por referencias, me dijieron que habian bellas damas de compañia, y no se equivocaron!

Estuvo toda la noche sentado en la barra conversando conmigo de la vida, actualidad y tonterias. Rechazo a todas y cada una de las chicas que se le acercaron a ofrecerle sus "servicios". Al caer la amanecida, se fue, prometiendo volver luego y cual no seria mi sorpresa al abrir la siguiente noche, al encontrarmelo en la puerta de la casona, esperando.

-No tenia nada mas que hacer por eso he venido temprano. Disfrute mucho la conversacion que tuvimos ayer, me gustaria que continuase hoy, le place ?.

Asi, el empezo a frecuentar todos los dias el local, se hizo amigo de Jeanette, de las demas chicas, y de ustedes!

Recorde ahi una noche en que celebramos las fiestas patrias por anticipado, por marzo, cuando Louis (como lo conociamos los amigos) me saco a bailar zamacueca. Yo jamas me hubiese imaginado que aquel frances hubiese sabido bailar tan bien cueca, se movia con desplante y altivez, como todo un huaso chileno. La gente en el burdel lo adoraba, era una persona culta, inteligente y divertida. Eso fue lo que enamoro a la independiente Candelaria, con la que al poco tiempo, empezo una relacion amorosa, con la aprobacion de Jeanette.


Me entrege enseguida a el. Habia tenido el deseo de hacerlo cuando lo conoci, pero me aguante las ganas hasta que formalizaramos algo. Aun sabiendo de su estado civil, no me importo, lo amaba demasiado como para ponerle condiciones. Seria mio de 7 de la tarde hasta que los primeros rayos del sol nos cegasen con su luz en las mañanas. El solia llegar por la entrada principal de la casa, la que da para Blanco, le abria la puerta y me subia en brazos , rapidamente por las escaleras, besandome y apretandome contra suyo y abriendose paso entre los muebles, llevandome a mi dormitorio para hacerme el amor. El ha sido el unico hombre en mi vida, mi unico amor...y ya no esta...Que hare Catalina?, sola y con un hijo huacho?

La aprete contra mi pecho y bese su cabeza, al igual que lo hacia cuando era pequeñita, fijando mi vista en aquel bebecito rubio, que movia lentamente sus manitos, mirando con curiosidad su alrededor, sin saber el drama de su madre y el fatal destino que habia corrido su padre....


Fin 1ra Parte




sábado, 17 de noviembre de 2007

"Anuari" Capitulo III ( XII al XIX)



Por la noche, penetro en mi alcoba como
en un templo, tan fervorosamente, que mis
rodillas se doblan. Porque alli esta tu retrato,
mirandome con esa bondad ilimitada del perdon.
Beso el cristal helado, en el sitio que transparenta
tu boca, y me regocijo en iluminar
tus ojos con el reflejo de los mios, brillantes
de emocion.
juntos mis manos sobre tu frente, y en tra-
gica conmocion del alma, imploro tu compa-
ñia, el calor de tu protecci6n cerca de mi lecho
; y en fervoroso anhelo ruego al misterio
para que tienda sobre el sudario del silencio.
Hablo con tu retrato, criatura mia, derramando
sobre el cosas pueriles y profundas,
como si fueran flores; Iloro, rio y sintiendote
en mis brazos, te canto como si hubieras nacido
de mi.
Y naces de mi; y para mi y en mi vives,
porque para todos los demas estas muerto.
Te extraje de la sangre mas noble de mi
corazon y te uni a mi destino para siempre.


Hallo cierto alivio en la monotona repeticion
de mis pesares, como la halla el loco en
sus palabras incoherentes, en sus exaltaciones
plasticas.
Te amo, Anuari ....
La tibieza de tu cuerpo ha quedado como
un veneno insomne en mis miembros. Todos
ellos se retuercen en convulsiones espasmodicas
de delirio; claman por Ia caricia aguda de
tu cuerpo, de tu carne joven, perfumada de
primavera.
Mi boca esta sedienta de lujuria. Si, Anuari.
En contorsiones de poseida, escapanse de mi
los aullidos desgarradores de mi carne y de
mi corazon heridos; en los espasmos de placer
y de perla, surge, entre los suspiros, tu
nombre.
¡Ah! He quedado Avida de ti; ansiosa de
besos tuyos.
Y ante la atraccion de tu espiritu radiante.
quede ciega como si mirase al sol.
Mis labios, avidos, aguardan entreabiertos,
el nectar de tu amor.
Y el tiempo pasa, y su balsamo de nieve no
cicatriza mis llagas de fuego.

El dia lucia todas las deslumbradoras galas
de la Primavera ....
Un olimpico rayo de luz vestia las flores
con tunicas de diamante.
Ante tan ironico esplendor mi corazon sintiò
con mas fuerza tu soledad augusta, y despreciando
la fastuosidad, fue a ofrecerse a ti,
para que te protegieran los suaves velos de su
melancolia.
Llegue a tu nicho, a tu estrecha caverna
miserable, y tuve el deseo de volverme terciopelo
para arroparte, envolverte en mi, para
darte una impresion de amor; para que no te
dieras cuenta, criatura mia, que todos te tomaban
como a un objeto inservible.
No concibo el calor que anima mi vida,
estando tan rigido y solo en el cementerio. Son
explosiones del mal todas las felicidades que
brotan fuera de esa orbita dolorosa.
Anuari mio; todo mi cuerpo se insensibiliza
al solo recuerdo de tu ausencia eterna.


Estoy enferma. Mi mano, ardiente, resbala
en triste desmayo sobre los libros donde me
refugio, para aturdirme y olvidar.
No trato de abrirlos, es inutil: los adivino.
¿Que pueden decirme que sustraiga mi pensamiento
de tu recuerdo?. Solo lograrian dejar
una negra mancha de tinta en mis pupilas luminosas
de tu imagen. Mi dolor se hace agonico;
mi tristeza se despedaza como las tunicas
de los martires desgarradas por las fieras del
circo.
Me pesan las sienes como si las oprimieran
los dedos de un coloso, y como losas funerarias
caen mis parpados.
¡Anuari, Anuari!
Las penas hacen pesada mi sangre, como
si circulara por mis venas lava fria.
Estoy enferma. A mi alrededor canta la vida,
impiadosa, cruel, en su inconsciencia de
diosa eternamente joven y alegre.
Ese desordenado bullicio me hace pensar
en la profanacion de cadiveres por un saltimbanqui
ebrio.
La vibracion del dolor ha destruido la orquestacion
divina, que, en lirica union con
todas mis cuerdas intimas, amenizaba las fiestas
de mi alma.
Estoy tan triste, como una. paloma a quien
sorprende la tormenta, sola y fuera del nido.


Anuari.. . .
Te llevè hoy un ramo de inmaculadas peonias.
Al depositarlas sobre tu ataud, me parecio
que el cielo habia llovido estrellas sobre
el, y entonces se apodero de mi un delirio de
belleza.
Quise unir mis labios a los blancos petalos,
y el cielo de mi alma llovio besos, infinitos
besos de anior sobre tu cuerpo insoñado.
La dulzura de la tumba penetra en mi cerebro,
como un baño de rosas, refrescandolo de
sus ansias pasionales.
Purificada esta mi carne por el alba castidad
de las cenizas de todos los antepasados
que a tu lado reposan.
Anuari; criatura mia.
Si mi tristeza fuese siempre tan suave como
para traducirla en besos y flores. bendeciria al
dolor con el fervor de una iluminada; lo buscaria
como el mas nutritivo alimento espiritual
.
Anuari: el dolor de haberte perdido es el
unico lazo humano que nos une para siempre.
Yo te amo, y lo digo en las flores que esparzo
sobre ti, y en mis llantos, que son vigorosos
como los reflujos del mar.
De la vida a tu tumba, de tu tumba a la
vida, ese es mi destino.


Anuari, mio.
Toda la felicidad de mis dias estaba en tu
atatid, donde yo iba a recostar mi cabeza y
desparramar mis flores.
En mi inmensa soledad, era esa una dulce
ocupacion.
Criatura, te sentia, y en mi locura de cariño,
crei que nadie mas que yo tenia derecho a
tu cadaver.
Fue como un golpe de hierro en la cabeza,
cuando a1 penetrar en la fosa vi que no estabas
en el lecho familiar.
Y cuando buscandote como una leona busca
su guarida, te encontre en un estrecho nicho,
fue mi dolor tan horrible, como si te hubieras
muerto por segunda vez.
el martirio de tus miembros estrechados, en
esa angosta carcel de piedra!
Alli no podre llevarte mis flores; no podre
comunicarte la sensacion de primavera, refrescando
tu cofre con petalos, besos y lagrimas.
¡Que frio tuve! y como senti en mi cuerpo
el martirio de tus miernbros estrechados, en
esa angosta cdrcel de piedra!
Alli no podre llevarte mis flores; no podre
comunicarte la sensacion de primavera, refrescando
tu cofre con petalos, besos y lagrimas


Anuari; dulce criatura mia, que soplas la
negra vela de mi vivir hacia el paraiso de los
sueños.
Grave criatura del gesto eterno, que me señalas,
en augusto ademan, la ruta luminosa
del Infinito.
El que hayan quitado tu feretro del alcance
de mis labios, me produce la misma terrible
desesperacion que maltrata el corazon de una
madre, a quien le arrancan la cuna donde
murio su hijo.
Anuari, mio.
Volvi del cementerio ahogada en mis sollo-
zos; mis lagrimas corrian empapandome el pecho
como cuentas de un collar sin fin.
Aqui sobre mi cama, donde escribo estan
acompañandome seis de tus retratos; a cada
uno de ellos les hablo, como si pudieran
oirme.
Un humilde Cristo de acero me acompaña,
y yo pongo como testigo de mi pena a ese
sublime hombre.
El murio por redirnir al mundo; y yo estoy
agonizando por un amor inalcanzable.
Somos hermanos, estamos unidos en las
unicas nobles causas de la vida; ahora nos
estrechamos, en intimo abrazo, haciendonos solidarios
de la unica verdad: la muerte.
Cristo
y yo nos confundimos en lo imposible.
Siento en mis manos todo el peso de mi
cabeza, como si la vida de todos loss seres humanos
se hubiera reconcentrado en ella.
Parece un mundo sostenido por dos bloques
de marmol; parece un astro en interna catas-
trofe.
Ya no Ilevaran mis manos petalos sobre tu
cuerpo, y las lagrimas, que eran rocio, inundaran
como cataratas turbulentas, destruyendo
las tristes, pero nobles ruinas que eran los
castillos de mi alma.



Desperte sobresaltada. El reloj diò las dos,
y esas dos campanadas severas, cayeron en
mi cerebro como el anuncio del juicio final.
Me levante del lecho como se levanta un
muerto de la tumba, empujada por una fuerza
superior. Turbada de misterio, sin saber que
era de mi y donde estaba, quise huir, y en mi
ansiedad loca tropece en las oscuridad con
un cuerpo que al caer dio un golpe seco.
Con las manos tendidas como los tentaculos
de una larva, buscaba, en medio de las
sombras, algo que me indicara un rumbo; y
mis ojos, desmesuradamente abiertos, querian
agujerear la noche.
Mis pies no se movian, fijos estaban en el
suelo, como dos pilares de bronce; una lluvia
helada empapaba mi frente, goteando sobre
mis senos liquido mortal.
Despavorida, temblorosa, no encontrando
salida al laberinto de mi alma , quise sucumbir.
En ese momento hirio mi recuerdo una belleza
de mi infancia, y, como entonces, cai de rodi-
llas. Florecio en mis labios una plegaria; una
honda plegaria; a mi Dios Anuari.
Con los parpados cerrados, los brazos en
alto, en mistica uncion, mi alma imploro al
cielo para que le diera el ansiado reposo.
Pasaron muchas horas, tantas que los vivos
tonos de la aurora envolvian de rosa a mi
balcon. Esa luz de la vida me hizo considerar
la realidad de los acontecimientos, y entonces
solo me di cuenta que habia pasado la noche
toda en delirante extasis ante tu retrato.
Con una sonrisa, de esas que por lo placidas
parecen inspiradas en las estrellas, me
volvi a mi lecho, llevando entre mis brazos la
adorada reliquia.
Dormi, y me senti dichosa. Soñè que estaba
muerta y que era como tù, una sombra ideal
y buena.
Anuari. Eres feliz, porque regalas a una alma
las dos sensaciones de mas intensa belleza:
el dolor y la muerte.

Anuari, Anuari. Si poseyera yo una guadaña
como aquella que tiene la muerte, me
serviria de ella para decapitar todas las flores
del mundo, y depositarlas como un humilde
homenaje sobre la losa que te esconde.





viernes, 16 de noviembre de 2007

"Anuari" Capitulo II ( VII al XII)

En la oscuridad de mi pensamiento veo surgir
tu imagen envuelta en el misterio de la
muerte, con la pavorosa aureola de un mas
alla desconocido. Te Ilamo, toda el alma reconcentrada
en ti; te llamo y me parece que
se rasgan las sombras a tu paso alado, como
el de ave herida en pleno vuelo.
Cuando comprendo que no te vere jamas,
una onda de angustia me sube del corazon,
envolviendo mi cerebro en un vertigo de catastrofe,
en un ansia de masacrar la belleza de
la vida.
Eres tan fuerte y hermoso, con tu cara serena
y tu frente mirando ai cielo.
Anuari. La pena no enloquece, la pena no
mata; va ahondando en el alma como un cuerpo
de plomo en una tembladera infinita. Asombrada
escucho en las noches el eco de mi voz,
que te busca aguardando una respuesta. La
negra verdad me hiere con saña. ¿Acaso tu
espiritu ha muerto tambien? ¡No; no! Como es
posible que tanto vigor, energia de astro, vaya
a perecer en el hielo eterno?




Desde que te fuiste, mis ojos y mis oidos
estan acechando tu imaqen .... tus pasos; estan
tendidos hacia la muerte en fervorosa espera
de resurreccion.
Y en los dias grises, cuando sopla viento
helado, te veo con los ojos del alma surgir
blanco de tu blanco sudario, transfigurado por
la serena, santa caricia de la tierra
Y cuando el sol derrocha diamantes sobre
el mundo, entonces te aspiro en todas las flores,
te veo en todos los arboles, y te poseo
rodando, ebria de amor, en los cespedes de
yerbas olorosas.
Y cuando la luna da su humilde bendicion
a los hombres, te veo gigantesco, destacarte
en un afilado rayo; te veo enorme, confundido
con lo inmortal, desparramando sobre el mundo
tu indulgencia, aliviando la desesperacion;
de tanto naufrago dolorido; te aspiro en el
ambiente, te imagino en el misterio, te extraigo
de la nada.
Me parece que el mundo fue hecho para
ayudarme a evocarte, y el sol, para que me
sirviera de linterna en la escabrosa ruta.



Con la cabeza reclinada entre los brazos, en
un afin de dormir, repito, como los niños, una
oracion: tu nombre.
Si, Anuari, tengo sueño, mucho sueño, ese
mismo letargico sopor que turbo tu alma antes
de cerrar los adorados ojos para siempre.
Como una oracion, desgranan silaba por silaba
mis labios tu nombre, y mis manos se
tienden desmayadas, buscando el tibio nido
de tus cabellos, para esconderse y morir.
¡ Anuari, Anuari!
Como de una fuente que hierve brotan de
mi pecho las quejas y las suplicas. Todas van
a perderse en el caos, sin llegar tal vez a ti.
Es horrible, y no comprendo como mi cuerpo
no sucumbe a1 peso de tan ruda carga.
La vida sin ti cs una tetrica cosa, que arrastro
como un harapo innoble.


Las horas caen como goteras de plomo en
un pàramo; se van a tu encuentro, y yo me
quedo; me quedo sombria, taciturna, envuelta
en negro hastio, como en una malla de hierro.
Dos meses hoy, criatura mia, que bajaste a
una caverna de piedra, llevandote en el Corazon
paralizado hasta mi deseo de llorar.
¡Ya dos meses! Sin morir vi como entraban
tu ataud por la puerta del Cementerio; por
esa puerta con fauces de chacal, que no se
abre jamas para Ias almas que la atraviesan
dormidos.
En estos dos meses no has tenido otra caricia
que aquellas tan leves y timidas de mis
flores, mis pobres flores, que son la unica prueba
de amor, la ofrenda santa que temblorosa
de pena, mi alma deposita sobre tu cadaver.
Dos meses. Mis manos pordioseras de caricias
tratan de arrancar de tu ataud una ternura;
pero la madera, avara del tesoro que
encierra, se hace rigida, como un ser que no
ha sufrido.

¡Nada, Anuari mio! Solo llegan a1 fondo de
tu foso, muy apagadamente, como de una
jauria lejana, los ruidos del mundo, el confuso
vaiven de los hombres, de esas sombras movibles,
que no saben de donde vienen y para
donde van, porque tienen miedo de averiguarlo.

Dos meses hoy que te fuiste. El reloj palpita;
su tic-tac pisotea mi cerebro? destruyendo mis
pensamientos, con sus pasos lùgubres hacia la
mentirosa Eternidad.
Dos meses, y ya no sufro de tanto sufrir.



Se mueven las cortinas y tiembla la luz.
Con toda intensidad pregunto a la noche si
eres tu el que anima esas cosas.
Anuari.
De espaldas sobre mi cama, solo el furioso
golpear de mi cornzon dentro del pecho.
Todo lo que me rodea ests empapado de
misterio. Los muebles hablan entre si de tragicos
secretos; las puertas se quejan de sus
umbrales siempre enigmaticos, a la espera de
alguien que nunca Ilega; y en la lampara me
parece adivinar una muda desesperacion.
Los retratos me miran con una desgarradora
expresion de pena. ¡Anuari, Anuari! Ya
se que mi grito se pierde sin eco en el impiadoso
abismo de la nada, pero para no sucumbir
no puedo dejar de llarnarte, aferrada a una
ilusion que no existe.



Como de costumbre, hoy fui a verte; era
tu dia, el dia de todos los dormidos eternos.
Cubri tu atadd de rojos claveles, e imagine
que su fragancia atravesaria las maderas e iria
a darte un escalofrio de dulzura.
Con la cabeea apoyada en el feretro pensc
profundamente en ti.
Una olimpica serenidad revistio de alba
tunica mi alma, apagando toda su amargura.
No hubo desesperacih en mi dolor.
Comprendi, amor mio, que para mi la gran
puerta al infinito estaba abierta de par en par,
abierta por tus manos sublimizadas.
Vi, tambien, que poseia alas capaces para
emprender el regio vuelo del encuentro, y
entonces me senti consolada.
Oculta en tu feretro esta la llave de la gran
puerta: tu la guardas en tu diestra. Cuando
me agobie la lucha miserable ire a buscarla.
Abrire tu mano con el beso de una madre que
despierta a su hijo, y, enlazandola a la mia,
marcharemos juntos hacia el sol, en busca de
su bendicion nupcial. Iremos, inmortales hijos
de la luz, en pos de la irradiacion de los astros
para coronar nuestras cabezas transparentes.
Marcharemos extaticos, serenos, gloriosos,
como una sola llama azul del alma del Creador.
al son de acordes magistrales, que entonarà
nuestra Reina Naturaleza.
Nos deslizaremos por los Iimpidos espacios,
sublimes de bondad, cantando un resurrexit
eterno.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
AI contacto de tu ataud, mi frente palidece
y miran mis ojos en busca de la gran puerta.

jueves, 15 de noviembre de 2007

"Anuarì". Teresa Wilms Montt



Si hablamos de sentimientos latentes y sangrantes que inundan mi ser en estos momentos, mas que explicarlos con una larga chachara autoreferente, lo explicare con uno de mis escritos favoritos.

Preciso, punzante, completamente desgarrador y crudo, "Anuarì", de la gran Teresa Wilms Montt, es una obra que refleja el dolor , sentimiento de perdida y soledad de una mujer que pierde al amor de su vida, al cual le habla, entre susurros, con la esperanza que su espiritu la escuche. Lo mismo que hago yo todas las noches al acostarme y al ir a la iglesia a rezarle un rosario a el...

Espero que les guste (La parti en 3 capitulos ya que la obra es larguisima, mañana el N- 2, este primero abarca del I al VI)

"Anuarì". Capitulo I


Para Anuari: que duerme en este feretro de el sueño eterno. Para el ... Anuari mio , que nadie puede disputarmelo; porque mi amor, mi amor y mi dolor, me dan derecho a poseerlo entero. Cuerpo dormido y alma radiante. Si, Anuari, este libro es para ti. ¿No me lo pediste tu una tarde, tus manos en las mias, en tus ojos mis ojos, en tu boca mi boca, en intima comunion? y yo, toda alma, te dije: Si,-besandote hondo en medio del corazon. ¿Te acuerdas, Anuarì?

Oh! ya no puedo cscribir tu nombre sin
que un velo de lagrimas oculte mis ojos, y
un apretado nudo extrangule mi garganta.
¿Por que te fuiste, amor? ¿Por que?, me lo
pregunto mil, dos mil veces al dia. Y no acierto
a hallar respuesta alguna que alivie el feroz
dolor de mi alma.
Si; ¿por que te fuiste, Anuari, y no me Ilevaste
contigo?
Mirando tu retrato, con la pasion de una
madre, de una novia, de una amante loca de
amor, trato de arrancar de tu mirada el gran
enigma que ha destrozado tu vida y la mia.
¡Ah, mi criatura! Cuando la suerte impia
me arrebato esas dos hijas de mi sangre, crei
que el dolor mio habia roto los limites humanos.
Pero no; tu has hecho que mi grito desesperado
llegue hasta el misrno trono del
Dios de los cristianos y los apostrofe temblando
de santa y fiera indignacion.
No se puede ser tan cruel con una debil criatura,
sin darles fuerzas suficientes para soportar
los latigazos, y abandonarla despues en la
agonia. Si; tu partida silenciosa me ha dejado
agonizando al borde de la infinita nada; y sola;
con sed de cariño, con ansia de dormir y descansar,
rendida al fin....

En una de tus cartas me escribiste, una vez:
"Per I'amor che rimane
e a la vita resiste ( y el nuestro re-
sistira, ¿verdad Teresa?)"
"Nulla è più dolce e triste
che la cose lontane"

Si, Anuari, "Nulla è più dolce e triste che
la cose lontane". Y por eso te fuiste.
Esa carta la he releido otra vez, y siempre
me deja una impresion desesperada, que solo
puedo traducir en sollozos.
Tus cartas, tu retratos, y Ias flores que han
muerto sobre tu ataud, son reliquias que guardo
con avaricia enferma: ellas forman todo
mi ideal, toda mi vida, y no digo mi consuelo
porque este ya no existe para mi.
Guardo tambien dos tornillos, que con dura
e impiadosa mano pusieron en tu feretro los
enterradores, tornillos que iran clavados en
mi cerebro el dia de mi muerte; en mi cerebro,
donde llevo cincelada tu imagen profunda e
inamovible, cual las grietas que han socavado
los siglos en las heladas rocas.
¡Anuari, Anuari! Si fuera posible resucitarte,
daria yo hasta mi conciencia; me resignaria
a vivir postrada a tus pies, como una
esclava, con la sola satisfaccion de mirarte, de
sentirte reir, con esa risa de cascada de plata;
sin aspirar a otra recompensa que el sentir,
por una vez solamente, el beso de tu boca en
mi frente.
¡Anuari, resucita! Vuelve a la tibia cuna de
mis brazos, donde te cantare, hasta convertirme
en una sola nota que encierre tu nombre.


Reposa tranquilo, Anuari. Sere siempre tuya.
He hecho de mi cuerpo un templo, donde
venero tus besos y tus caricias, con la mas
honda adoracion.
Llevo clavada, como un puñal, tu sonrisa
en el punto donde se posan mis ojos; esa sonrisa
con los dientes apretados, que hacian de
tu boca un capullo sangriento, repleto de blancas,
relucientes semillas.
Anuari. Tu sonrisa es una obsesion destructora
que mata todas mis risas, tu sonrisa
provoca en mi mente la inquietud del relampago
en medio de la noche. Es veneno de
nàcar que destila en mi corazon hasta paralizarlo.


Anuari; te evoco dormido y te imagino dormido
eterno.
Una sombra se esparce blandamente sobre
mi alma, la divina sombra de tus pestañas,
que formaban dos alas de aterciopelada mariposa
sobre tus ojeras.
Si, Anuari. Una noche, la mas feliz de mi
vida, se durmio tu cabeza en mi hombro, y
era tan intima mi dulzura, que mi respiraci6n
se hizo una musica para mecerte.
Te dormiste, criatura mia, despues de haberme
estrujado el cerebro y el corazon con
tus labios avidos de juventud, como una abeja
lujuriosa de nectar y perfume.
Y esas sombras de tus pestañas, son las
cortinas que me ocultan la luz del sol, y me
llevan en vertigo confuso hacia tu grave Pais.
Una noche, la mas feliz, la unica de mi vida,
se durmio tu cabeza en mi pecho, y alli encontro
la delicia del sueño, y buscò la almohada
eterna.


Traigo del fondo del silencio tu mirada; evoco
tus ojos .... y me estremezco. Aun apagados
por la muerte, me producen el efecto del
rayo. No ha perecido en ellos el poder fascinador.
Son dos faros azules, que me muestran las
irradiaciones magnificas del Infinito; son dos
estrellas de primera magnitud, que miran hondo
sobre mis penas, perforandolas y agrandando
la huella, hasta abrir una brecha infinita
como un mundo.
Tus ojos adorados, que fueron reflejo de
esa bellisima alma tuya, viven ahora en mi
mente nutridos de mi propia vida, adquiriendo
brillo en la fuente inagotable de mis Iagrimas.
Anuari. Asi como tus ojos me encadenaron
a tu vida, ahora me arrastran a tu fosa, invitandome
con tentaciones de delirio. Tus ojos
son dos imanes ante un abismo. Yo siento la
atraccion feroz.... "




A ti, para ti, fuente de mis penas y mi pasion. Gracias por acunarme en tus brazos en las noches y darme tan dulces sueños


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miércoles, 14 de noviembre de 2007

Compilado de historias de fotolog I

Desde que no estaba ni ahi antes con crearme in blog alternativo al de Catalina y Ursula, decidi publicar mis chispazos de creatividad en mi fotolog, el cual parece pueblo fantasma pero bue, me servia para desahogarme y sacarme las ideas de la cabeza (las cuales al acumularse aprietan y molestan ) aqui algunos compilados de historias cortas que publique ahi....(ojo, algunas versiones que publicare aaqui son en extenso y sin censura, algunas historias pueden incluir erotismo, asi que estan advertidos! )


La Joya del Pacifico en aquel entonces...

Ayer miraba por la ventana de mi pieza, las luces del puerto de noche...que lindo se ven los cerros de Valparaiso cuando la luz del dia se va!.

Y recorde...


Me vi en algun bar de mala muerte, tomando vino tinto entre risas y liras , bailando zamacuecas con los amigos y Valses chilotes colgada del cuello de aquel que no volvera. Me veia subiendo las escaleras de los cerros corriendo y agarrandome el vestido, mientras el me seguia rapidamente el paso y llegando a la cima del cerro sin aliento, afirmandome el sombrero y mirando las naves de madera llegando al puerto, mientras sentia su mano rodearme la cintura.

Me pensaba en las afueras de la casa de doña Juanita Ross esperandolo, mirando como los niños jugaban en la plaza Victoria, sintiendo el viento de primavera en mi cara y pensando en sus besos en mis labios y en mi cuello. Y lo vi ahi, con una sonrisa en los labios, su sombrero en la mano, y un ramito de violetas prendado en el ojal, flores para su amada, flores para mi..

Me pensaba caminando al lado de el, muriendo de ganas por tomarle la mano y besarlo,pero aguantandome las ganas por el maldito "que diran". Lo vi sereno, caminando a mi lado, mordiendose el labio y mirando hacia adelante, lo escuche hablandome del trabajo y de lo tanto que habia pensado en mi durante el dia.

Senti su mano agarrar mi brazo y llevarme hacia un solitario callejon, vi la oscuridad del lugar y senti su cuerpo aprisinoar el mio contra una fria pared , al el besarme. Senti su perfume, su tibio aliento en mi oido susurrandome : te amo. Vividamente senti mis brazos agarrandose desesperadamente de el, el sonido de nuestros besos desesperados y el latido de ambos corazones latiendo juntos al compas.

Me imagine tambien volviendo de amanecida a mi casa el en primer Tren de la mañana, mirando el bravo mar pegando contra la arena y mirando el cielo azul, con los ojos llenos de ensueño y el cuerpo satisfecho, recordando el calor de sus caricias , la suavidad y pasion de sus besos y las cortinas danzar al compas del viento mientras nos entregabamos el uno al otro


Recuerdos de una vida que jamas volvera. Apretè los ojos y llorè de impotencia.


La Primera vez... (Diciembre 1902) Capitulo I & II

"Ya ibamos por la segunda copa de vino, cuando la banda se puso a tocar un bello y a la vez triste vals Chilote. Me pare , me puse al frente de Carlos y lo saque a bailar. El me dijo

- Yo no se bailar lentos

Y yo le dije

-No te preocupes, sigueme el paso

Nos pusimos al medio de la pista de baile, me tomo timidamente de la cintura, yo puse mi brazo izquierdo alrededor de su cuello y la mano derecha agarrando la suya fuertemente. Al principio fue todo torpe, de parte de ambos, risas apagadas, miradas de reojo y movimientos timidos. Hasta que en un momento, nuestras miradas chocaron, nos quedamos mirando fijamente mientras bailabamos y como reflejo a esto, mi brazo derecho paso a rodear su cuello, lo mismo que su otro brazo, que hizo lo mismo con mi cintura.

Me apreto fuertisimo contra suyo, mientras nos mirabamos el uno al otro a los ojos...y de repente, como si leyesemos el pensamiento del otro, nos besamos con furia y pasion.


La musica seguia, pero nosotros estabamos estaticos en la mitad de la pista de baile, fundidos en un abrazo y un beso. Paso una eternidad antes de que nos separaramos para respirar y sonreirnos el uno al otro......casi 1 año aguantandonos las ganas de besarnos, abrazarnos y modernos la boca...

-Catalina, yo nunca pense que..

-Te amo Carlos...

-Yo tambien la amo Catalina!. No sabe lo feliz que me hace usted con esta confesion

Y volvimos a sellar nuestras bocas en un beso, ahi, parados al medio de la pista de baile, bajo la mirada de nuestros amigos. Al volver a separarnos, nada mas queria yo que entregarme a el, lo tome de la mano, lo lleve a la mesa, tome nuestras cosas y rapidamente pasamos a la barra a pagar la cuenta.

-Para donde vamos ?.- pregunto el

-Shsst, solo sigueme el paso..

Caminamos calle arriba hacia el lugar indicado...Aunque el no tenia idea de donde lo llevaba, dentro suyo tenia la nocion de lo que iba a pasar...


Por fin llegamos a la puerta, golpie, me abrieron la ventanilla y me identifique. Saludamos al portero y subimos aquella larga y empinada escalera, apretandonos la mano desesperadamente.

Al subir, Carlos se dio cuenta en donde estabamos...Chicas alegres cantando y bailando, ligeras de ropas (y algunas sin ella) coqueteando a hombres finamente vestidos, muchos de los cuales eran amigos o conocidos de mi familia. Entre la muchedumbre feliz, estaba mi amiga ,Madame Jeanette, la cual al instante de verme , nos fue a saludar. Le presente a Carlos y al vernos (El en ese instante me agarraba con fuerza la cintura y mi cabeza reposaba en su hombro) entendio el motivo de la visita. Nos dejo solos y ahi por los pasillos embebidos de perfume y cigarro, caminamos lentamente, besandonos y acariciandonos mientras subiamos otra escalera que nos llevaria al lugar en donde nos amariamos tranquilos.

Abri la puerta y no pude evitar ver la cara de embobamiento de Carlos...

-Todo esto fue Enviado de Paris...si alguna vez vas a un Burdel alla, te encontraras con esto"- Le dije mientras me sacaba el sombrero y el abrigo

Sin palabras y mirandome a los ojos se acerco lentamente, me abrazo y me dijo

-Yo la amo Catalina, la amo desde que la vi en Aquella fotografia y la ame aun mas cuando la conoci en aquel tecito Literario...

-Yo tambien te amo Carlos y no me importa lo demas, no quiero separarme de ti, pero debes entender que estoy casada y que...

-Shhhs, si el precio de tenerte es compartirte no me interesa, me amas y yo te amo y eso es lo que importa..ya?...mirame...Eres preciosa...

Ahi empeze a desvertirlo y vice versa, todo lentamente, manteniendo aun al tension sexual que habia existido entre nosotros hasta entonces, pero ahora con la tranquilidad de que al final terminariamos entrelazados..

Llego el momento en el que quede en corse y camisola, y con cierta timidez y verguenza me dijo:

-Jamas he sacado un corse...

-No importa...te ayudo...

Con mi ayuda y sus besos en el cuello, la tarea se hizo expedita y no nos dimos ni cuenta cuando ya estabamos en la cama , fundidos y extasiados, mientras el tibio viento de Diciembre, mezclado con el aire marino, entraba por la ventana. Pasamos horas haciendo el amor, cada minuto que pasamos conversando, mirandonos y amandonos en secreto desde el dia que nos conocimos, lo cobramos a besos, mordidas , gemidos y apretones . Queria parar el reloj, estar fundida a el por siempre, pero la mañana nos agarro aun amandonos y nos tuvimos que separar. Dulce separacion que se convirtio en desesperacion...."Cuando te vere de nuevo"?, me pregunto el mientras su cabeza descansaba en mi pecho.

-En la tarde, a lo que salgas del trabajo. Te esperare en la plaza Victoria y vendremos de nuevo para aca

-Me desesperare contando los minutos.- me dijo

-Yo igual, pero pasaremos la noche juntos matando la desesperacion igual que anoche. Ahora me tengo que ir...

-No te vayas aun...dejame contemplarte asi un instante...

Se lleno la mirada de mi cuerpo desnudo y mi cabellera alborotada, despues me beso de pies a cabeza y me ayudo a vestir. Lo mismo hice con el, abrochandole la camisa, anudandole la corbata y ordenandole la ropa , todo lentamente, con especial cuidado, como tratando de atesorar ese momento con cada detalle , en los recuerdos.

Salimos afuera y el sol nos cego por un instante. Abrazados caminamos hacia la estacion de tren, en donde con un dulce y apasionado beso nos dijimos "Hasta mas tarde". Con el cuerpo aun latiendo, despues de aquella noche de entrega mutua, mire por la ventana del carro y lo vi parado estatico, mirandome fijamente con aquellos ojos azules y el pelo alborotado, mientras el silvido del tren anunciaba la partida....



Fin por ahora.....






martes, 13 de noviembre de 2007

Otra extension para mi dolor y fustracion...

Decidi crear este blog al sentirme perdida y desmotivada con los otros dos. Llega un momento en que la fuente se seca y hay que parar un momento para volver a riel y no caer en cliches y cosas repetitivas.


Ahora me dedicare a este flog el cual sera para pequeñas historias (Catalina no se sale de mi, como vieron en la 1ra entrada), lamentos y varios, todos provinientes de mi herida sangrantes.

En el diario dijieron que tener blog para este tipo de cosas hacia bien, que funcionaba tanto como la sesion con un terapeuta, espero que funcione para mi, ya que necesito desahogo para esta pena y angustia que se anida en mi pecho...